Entonces, mis queridos creyentes, se han convertido en hijos de Dios porque han creído en lo que Dios nos ha prometido dar. Son como Isaac, quien nació porque Abraham creyó en lo que Dios le había prometido. Pero hace mucho tiempo Ismael, el hijo de Abraham, quién nació naturalmente, causó problemas para Isaac, el hijo de Abraham, que nació porque el Espíritu Santo lo hizo posible. Es igual ahora cuando las personas que son esclavas a la Ley de Dios persiguen aquellos de nosotros que confiamos en las promesas que nos hizo Cristo.