NT complete

This commit is contained in:
Larry Versaw 2022-01-03 12:23:42 -07:00
parent 29ca0aee64
commit 957d3cf86d
24 changed files with 6760 additions and 8 deletions

1498
45-ACT.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,1498 @@
\id ACT The Acts of the Apostles - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Hechos
\toc1 Hechos
\toc2 Hechos
\toc3 act
\mt1 Hechos
\s5
\c 1
\p
\v 1 EN el primer tratado, oh Teófilo, he hablado de todas las cosas que Jesús comenzó á hacer y á enseñar,
\v 2 Hasta el día en que, habiendo dado mandamientos por el Espíritu Santo á los apóstoles que escogió, fué recibido arriba;
\v 3 A los cuales, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoles por cuarenta días, y hablándo les del reino de Dios.
\s5
\v 4 Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalem, sino que esperasen la promesa del Padre, que oísteis, dijo, de mí.
\v 5 Porque Juan á la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de estos.
\s5
\v 6 Entonces los que se habían juntado le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restituirás el reino á Israel en este tiempo?
\v 7 Y les dijo: No toca á vosotros saber los tiempos ó las sazones que el Padre puso en su sola potestad;
\v 8 Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me sereís testigos en Jerusalem, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.
\s5
\v 9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndo lo ellos, fué alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos.
\v 10 Y estando con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él iba, he aquí dos varones se pusieron junto á ellos en vestidos blancos;
\v 11 Los cuales también les dijeron: Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
\s5
\v 12 Entonces se volvieron á Jerusalem del monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalem camino de un sábado.
\v 13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, y Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón Zelotes, y Judas hermano de Jacobo.
\v 14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
\s5
\v 15 Y en aquellos días, Pedro, levantándose en medio de los hermanos, dijo (y era la compañía junta como de ciento y veinte en número):
\v 16 Varones hermanos, convino que se cumpliese la Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la boca de David, de Judas, que fué guía de los que prendieron á Jesús;
\s5
\v 17 El cuál era contado con nosotros, y tenía suerte en este ministerio.
\v 18 Este, pues, adquirió un campo del salario de su iniquidad, y colgándose, reventó por medio, y todas sus entrañas se derramaron.
\v 19 Y fué notorio á todos los moradores de Jerusalem; de tal manera que aquel campo es llamado en su propia lengua, Acéldama, que es, Campo de sangre.
\s5
\v 20 Porque está escrito en el libro de los salmos: Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella; y: Tome otro su obispado.
\s5
\v 21 Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros,
\v 22 Comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día que fué recibido arriba de entre nosotros, uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección.
\v 23 Y señalaron á dos: á José, llamado Barsabas, que tenía por sobrenombre Justo, y á Matías.
\s5
\v 24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál escoges de estos dos,
\v 25 Para que tome el oficio de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para irse á su lugar.
\v 26 Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías; y fué contado con los once apóstoles.
\s5
\c 2
\p
\v 1 Y COMO se cumplieron los días de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos;
\v 2 Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio que corría, el cual hinchió toda la casa donde estaban sentados;
\v 3 Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentó sobre cada uno de ellos.
\v 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron á hablar en otras lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen.
\s5
\v 5 Moraban entonces en Jerusalem Judíos, varones religiosos, de todas las naciones debajo del cielo.
\v 6 Y hecho este estruendo, juntóse la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar su propia lengua.
\v 7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: He aquí ¿no son Galileos todos estos que hablan?
\s5
\v 8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en que somos nacidos?
\v 9 Partos y Medos, y Elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
\v 10 En Phrygia y Pamphylia, en Egipto y en las partes de Africa que está de la otra parte de Cirene, y Romanos extranjeros, tanto Judíos como convertidos,
\v 11 Cretenses y Arabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
\s5
\v 12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciendo los unos á los otros: ¿Qué quiere ser esto?
\v 13 Mas otros burlándose, decían: Que están llenos de mosto.
\s5
\v 14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó su voz, y hablóles diciendo: Varones Judíos, y todos los que habitáis en Jerusalem, esto os sea notorio, y oid mis palabras.
\v 15 Porque éstos no están borrachos, como vosotros pensáis, siendo la hora tercia del día;
\s5
\v 16 Mas esto es lo que fué dicho por el profeta Joel:
\v 17 Y será en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; y vuestros mancebos verán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños:
\s5
\v 18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
\v 19 Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo:
\s5
\v 20 El sol se volverá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto;
\v 21 Y será que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
\s5
\v 22 Varones Israelitas, oid estas palabras: Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros en maravillas y prodigios y señales, que Dios hizo por él en medio de vosotros, como también vosotros sabéis;
\v 23 A éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole;
\v 24 Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser detenido de ella.
\s5
\v 25 Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí: porque está á mi diestra, no seré conmovido.
\v 26 Por lo cual mi corazón se alegró, y gozóse mi lengua; y aun mi carne descansará en esperanza;
\s5
\v 27 Que no dejarás mi alma en el infierno, ni darás á tu Santo que vea corrupción.
\v 28 Hicísteme notorios los caminos de la vida; me henchirás de gozo con tu presencia.
\s5
\v 29 Varones hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que murió, y fué sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta del día de hoy.
\v 30 Empero siendo profeta, y sabiendo que con juramento le había Dios jurado que del fruto de su lomo, cuanto á la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono;
\v 31 Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fué dejada en el infierno, ni su carne vió corrupción.
\s5
\v 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
\v 33 Así que, levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
\s5
\v 34 Porque David no subió á los cielos; empero él dice: Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra,
\v 35 Hasta que ponga á tus enemigos por estrado de tus pies.
\v 36 Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que á éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios ha hecho Señor y Cristo.
\s5
\v 37 Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron á Pedro y á los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
\v 38 Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
\v 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
\s5
\v 40 Y con otras muchas palabras testificaba y exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
\v 41 Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados: y fueron añadidas á ellos aquel día como tres mil personas.
\v 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones.
\s5
\v 43 Y toda persona tenía temor: y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
\v 44 Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes;
\v 45 Y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas á todos, como cada uno había menester.
\s5
\v 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón,
\v 47 Alabando á Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día á la iglesia los que habían de ser salvos.
\s5
\c 3
\p
\v 1 PEDRO y Juan subían juntos al templo á la hora de oración, la de nona.
\v 2 Y un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, era traído; al cual ponían cada día á la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.
\v 3 Este, como vió á Pedro y á Juan que iban á entrar en el templo, rogaba que le diesen limosna.
\s5
\v 4 Y Pedro, con Juan, fijando los ojos en él, dijo: Mira á nosotros.
\v 5 Entonces él estuvo atento á ellos, esperando recibir de ellos algo.
\v 6 Y Pedro dijo: Ni tengo plata ni oro; mas lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
\s5
\v 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó: y luego fueron afirmados sus pies y tobillos;
\v 8 Y saltando, se puso en pie, y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando á Dios.
\s5
\v 9 Y todo el pueblo le vió andar y alabar á Dios.
\v 10 Y conocían que él era el que se sentaba á la limosna á la puerta del templo, la Hermosa: y fueron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido.
\s5
\v 11 Y teniendo á Pedro y á Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo concurrió á ellos al pórtico que se llama de Salomón, atónitos.
\v 12 Y viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones Israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ó ¿por qué ponéis los ojos en nosotros, como si con nuestra virtud ó piedad hubiésemos hecho andar á éste?
\s5
\v 13 El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado á su Hijo Jesús, al cual vosotros entregasteis, y negasteis delante de Pilato, juzgando él que había de ser suelto.
\v 14 Mas vosotros al Santo y al Justo negasteis, y pedisteis que se os diese un homicida;
\s5
\v 15 Y matasteis al Autor de la vida, al cual Dios ha resucitado de los muertos; de lo que nosotros somos testigos.
\v 16 Y en la fe de su nombre, á éste que vosotros veis y conocéis, ha confirmado su nombre: y la fe que por él es, ha dado á éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.
\s5
\v 17 Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros príncipes.
\v 18 Empero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer.
\s5
\v 19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor,
\v 20 Y enviará á Jesucristo, que os fué antes anunciado:
\s5
\v 21 Al cual de cierto es menester que el cielo tenga hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde el siglo.
\v 22 Porque Moisés dijo á los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de vuestros hermanos, como yo; á él oiréis en todas las cosas que os hablare.
\v 23 Y será, que cualquiera alma que no oyere á aquel profeta, será desarraigada del pueblo.
\s5
\v 24 Y todos los profetas desde Samuel y en adelante, todos los que han hablado, han anunciado estos días.
\v 25 Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios concertó con nuestros padres, diciendo á Abraham: Y en tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra.
\v 26 A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado á su Hijo, le envió para que os bendijese, á fin de que cada uno se convierta de su maldad.
\s5
\c 4
\p
\v 1 Y HABLANDO ellos al pueblo, sobrevinieron los sacerdotes, y el magistrado del templo, y los Saduceos,
\v 2 Resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de los muertos.
\v 3 Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente; porque era ya tarde.
\v 4 Mas muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y fué el número de los varones como cinco mil.
\s5
\v 5 Y aconteció al día siguiente, que se juntaron en Jerusalem los príncipes de ellos, y los ancianos, y los escribas;
\v 6 Y Anás, príncipe de los sacerdotes, y Caifás, y Juan y Alejandro, y todos los que eran del linaje sacerdotal;
\v 7 Y haciéndolos presentar en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, ó en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?
\s5
\v 8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Príncipes del pueblo, y ancianos de Israel:
\v 9 Pues que somos hoy demandados acerca del beneficio hecho á un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado,
\v 10 Sea notorio á todos vosotros, y á todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, al que vosotros crucificasteis y Dios le resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.
\s5
\v 11 Este es la piedra reprobada de vosotros los edificadores, la cual es puesta por cabeza del ángulo.
\v 12 Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos.
\s5
\v 13 Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sabido que eran hombres sin letras é ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.
\v 14 Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba con ellos, no podían decir nada en contra.
\s5
\v 15 Mas les mandaron que se saliesen fuera del concilio; y conferían entre sí,
\v 16 Diciendo: ¿Qué hemos de hacer á estos hombres? porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria á todos los que moran en Jerusalem, y no lo podemos negar.
\v 17 Todavía, porque no se divulgue más por el pueblo, amenacémoslos que no hablen de aquí adelante á hombre alguno en este nombre.
\v 18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.
\s5
\v 19 Entonces Pedro y Juan, respondiendo, les dijeron: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer antes á vosotros que á Dios:
\v 20 Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
\s5
\v 21 Ellos entonces los despacharon amenazándolos, no hallando ningún modo de castigarlos, por causa del pueblo; porque todos glorificaban á Dios de lo que había sido hecho.
\v 22 Porque el hombre en quien había sido hecho este milagro de sanidad, era de más de cuarenta años.
\s5
\v 23 Y sueltos, vinieron á los suyos, y contaron todo lo que los príncipes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
\v 24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz á Dios, y dijeron: Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, la mar, y todo lo que en ellos hay;
\v 25 Que por boca de David, tu siervo, dijiste: ¿Por qué han bramado las gentes, y los pueblos han pensado cosas vanas?
\s5
\v 26 Asistieron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo.
\s5
\v 27 Porque verdaderamente se juntaron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los Gentiles y los pueblos de Israel,
\v 28 Para hacer lo que tu mano y tu consejo habían antes determinado que había de ser hecho.
\s5
\v 29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y da á tus siervos que con toda confianza hablen tu palabra;
\v 30 Que extiendas tu mano á que sanidades, y milagros, y prodigios sean hechos por el nombre de tu santo Hijo Jesús.
\v 31 Y como hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaron la palabra de Dios con confianza.
\s5
\v 32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma: y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes.
\v 33 Y los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo; y gran gracia era en todos ellos.
\s5
\v 34 Que ningún necesitado había entre ellos: porque todos los que poseían heredades ó casas, vendiéndolas, traían el precio de lo vendido,
\v 35 Y lo ponían á los pies de los apóstoles; y era repartido á cada uno según que había menester.
\s5
\v 36 Entonces José, que fué llamado de los apóstoles por sobrenombre, Bernabé, (que es interpretado, Hijo de consolación) Levita, natural de Cipro,
\v 37 Como tuviese una heredad, la vendió, y trajo el precio, y púsolo á los pies de los apóstoles.
\s5
\c 5
\p
\v 1 MAS un varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión,
\v 2 Y defraudó del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo una parte, púsola á los pies de los apóstoles.
\s5
\v 3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón á que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad?
\v 4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba á ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido á los hombres, sino á Dios.
\v 5 Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y espiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
\v 6 Y levantándose los mancebos, le tomaron, y sacándolo, sepultáronlo.
\s5
\v 7 Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.
\v 8 Entonces Pedro le dijo: Dime: ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto.
\s5
\v 9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué os concertasteis para tentar al Espíritu del Señor? He aquí á la puerta los pies de los que han sepultado á tu marido, y te sacarán.
\v 10 Y luego cayó á los pies de él, y espiró: y entrados los mancebos, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto á su marido.
\v 11 Y vino un gran temor en toda la iglesia, y en todos los que oyeron estas cosas.
\s5
\v 12 Y por las manos de los apóstoles eran hechos muchos milagros y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.
\v 13 Y de los otros, ninguno osaba juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente.
\s5
\v 14 Y los que creían en el Señor se aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres;
\v 15 Tanto que echaban los enfermos por las calles, y los ponían en camas y en lechos, para que viniendo Pedro, á lo menos su sombra tocase á alguno de ellos.
\v 16 Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud á Jerusalem, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; los cuales todos eran curados.
\s5
\v 17 Entonces levantándose el príncipe de los sacerdotes, y todos los que estaban con él, que es la secta de los Saduceos, se llenaron de celo;
\v 18 Y echaron mano á los apóstoles, y pusiéronlos en la cárcel pública.
\s5
\v 19 Mas el ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo:
\v 20 Id, y estando en el templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.
\v 21 Y oído que hubieron esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, viniendo el príncipe de los sacerdotes, y los que eran con él, convocaron el concilio, y á todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron á la cárcel para que fuesen traídos.
\s5
\v 22 Mas como llegaron los ministros, y no los hallaron en la cárcel, volvieron, y dieron aviso,
\v 23 Diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas que estaban delante de las puertas; mas cuando abrimos, á nadie hallamos dentro.
\s5
\v 24 Y cuando oyeron estas palabras el pontífice y el magistrado del templo y los príncipes de los sacerdotes, dudaban en qué vendría á parar aquello.
\v 25 Pero viniendo uno, dióles esta noticia: He aquí, los varones que echasteis en la cárcel, están en el templo, y enseñan al pueblo.
\s5
\v 26 Entonces fué el magistrado con los ministros, y trájolos sin violencia; porque temían del pueblo ser apedreados.
\v 27 Y como los trajeron, los presentaron en el concilio: y el príncipe de los sacerdotes les preguntó,
\v 28 Diciendo: ¿No os denunciamos estrechamente, que no enseñaseis en este nombre? y he aquí, habéis llenado á Jerusalem de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de este hombre.
\s5
\v 29 Y respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es menester obedecer á Dios antes que á los hombres.
\v 30 El Dios de nuestros padres levantó á Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole en un madero.
\v 31 A éste ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar á Israel arrepentimiento y remisión de pecados.
\v 32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios á los que le obedecen.
\s5
\v 33 Ellos, oyendo esto, regañaban, y consultaban matarlos.
\v 34 Entonces levantándose en el concilio un Fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerable á todo el pueblo, mandó que sacasen fuera un poco á los apóstoles.
\s5
\v 35 Y les dijo: Varones Israelitas, mirad por vosotros acerca de estos hombres en lo que habéis de hacer.
\v 36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien; al que se agregó un número de hombres como cuatrocientos: el cual fué matado; y todos los que le creyeron fueron dispersos, y reducidos á nada.
\v 37 Después de éste, se levantó Judas el Galileo en los días del empadronamiento, y llevó mucho pueblo tras sí. Pereció también aquél; y todos los que consintieron con él, fueron derramados.
\s5
\v 38 Y ahora os digo: Dejaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo ó esta obra es de los hombres, se desvanecerá:
\v 39 Mas si es de Dios, no la podréis deshacer; no seáis tal vez hallados resistiendo á Dios.
\s5
\v 40 Y convinieron con él: y llamando á los apóstoles, después de azotados, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y soltáronlos.
\v 41 Y ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre.
\v 42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar á Jesucristo.
\s5
\c 6
\p
\v 1 EN aquellos días, creciendo el número de los discípulos, hubo murmuración de los Griegos contra los Hebreos, de que sus viudas eran menospreciadas en el ministerio cotidiano.
\s5
\v 2 Así que, los doce convocaron la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, y sirvamos á las mesas.
\v 3 Buscad pues, hermanos, siete varones de vosotros de buen testimonio, llenos de Espíritu Santo y de sabiduría, los cuales pongamos en esta obra.
\v 4 Y nosotros persistiremos en la oración, y en el ministerio de la palabra.
\s5
\v 5 Y plugo el parecer á toda la multitud; y eligieron á Esteban, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, y á Felipe, y á Prócoro, y á Nicanor, y á Timón, y á Parmenas, y á Nicolás, prosélito de Antioquía:
\v 6 A estos presentaron delante de los apóstoles, los cuales orando les pusieron las manos encima.
\s5
\v 7 Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem: también una gran multitud de los sacerdotes obedecía á la fe.
\s5
\v 8 Empero Esteban, lleno de gracia y de potencia, hacía prodigios y milagros grandes en el pueblo.
\v 9 Levantáronse entonces unos de la sinagoga que se llama de los Libertinos, y Cireneos, y Alejandrinos, y de los de Cilicia, y de Asia, disputando con Esteban.
\s5
\v 10 Mas no podían resistir á la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.
\v 11 Entonces sobornaron á unos que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y Dios.
\s5
\v 12 Y conmovieron al pueblo, y á los ancianos, y á los escribas; y arremetiendo le arrebataron, y le trajeron al concilio.
\v 13 Y pusieron testigos falsos, que dijesen: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y la ley:
\v 14 Porque le hemos oído decir, que este Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y mudará las ordenanzas que nos dió Moisés.
\v 15 Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, puestos los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel.
\s5
\c 7
\p
\v 1 EL príncipe de los sacerdotes dijo entonces: ¿Es esto así?
\v 2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oid: El Dios de la gloria apareció á nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Chârán,
\v 3 Y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven á la tierra que te mostraré.
\s5
\v 4 Entonces salió de la tierra de los Caldeos, y habitó en Chârán: y de allí, muerto su padre, le traspasó á esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora;
\v 5 Y no le dió herencia en ella, ni aun para asentar un pie: mas le prometió que se la daría en posesión, y á su simiente después de él, no teniendo hijo.
\s5
\v 6 Y hablóle Dios así: Que su simiente sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían á servidumbre y maltratarían, por cuatrocientos años.
\v 7 Mas yo juzgaré, dijo Dios, la nación á la cual serán siervos: y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.
\v 8 Y dióle el pacto de la circuncisión: y así Abraham engendró á Isaac, y le circuncidó al octavo día; é Isaac á Jacob, y Jacob á los doce patriarcas.
\s5
\v 9 Y los patriarcas, movidos de envidia, vendieron á José para Egipto; mas Dios era con él,
\v 10 Y le libró de todas sus tribulaciones, y le dió gracia y sabiduría en la presencia de Faraón, rey de Egipto, el cual le puso por gobernador sobre Egipto, y sobre toda su casa.
\s5
\v 11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.
\v 12 Y como oyese Jacob que había trigo en Egipto, envió á nuestros padres la primera vez.
\v 13 Y en la segunda, José fué conocido de sus hermanos, y fué sabido de Faraón el linaje de José.
\s5
\v 14 Y enviando José, hizo venir á su padre Jacob, y á toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.
\v 15 Así descendió Jacob á Egipto, donde murió él y nuestros padres;
\v 16 Los cuales fueron trasladados á Sichêm, y puestos en el sepulcro que compró Abraham á precio de dinero de los hijos de Hemor de Sichêm.
\s5
\v 17 Mas como se acercaba el tiempo de la promesa, la cual Dios había jurado á Abraham, el pueblo creció y multiplicóse en Egipto,
\v 18 Hasta que se levantó otro rey en Egipto que no conocía á José.
\v 19 Este, usando de astucia con nuestro linaje, maltrató á nuestros padres, á fin de que pusiesen á peligro de muerte sus niños, para que cesase la generación.
\s5
\v 20 En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fué agradable á Dios: y fué criado tres meses en casa de su padre.
\v 21 Mas siendo puesto al peligro, la hija de Faraón le tomó, y le crió como á hijo suyo.
\s5
\v 22 Y fué enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus dichos y hechos.
\v 23 Y cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino voluntad de visitar á sus hermanos los hijos de Israel.
\v 24 Y como vió á uno que era injuriado, defendióle, é hiriendo al Egipcio, vengó al injuriado.
\v 25 Pero él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar salud por su mano; mas ellos no lo habían entendido.
\s5
\v 26 Y al día siguiente, riñendo ellos, se les mostró, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os injuriáis los unos á los otros?
\v 27 Entonces el que injuriaba á su prójimo, le rempujó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez sobre nosotros?
\v 28 ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al Egipcio?
\s5
\v 29 A esta palabra Moisés huyó, y se hizo extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.
\v 30 Y cumplidos cuarenta años, un ángel le apareció en el desierto del monte Sina, en fuego de llama de una zarza.
\s5
\v 31 Entonces Moisés mirando, se maravilló de la visión: y llegándose para considerar, fué hecha á él voz del Señor:
\v 32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Mas Moisés, temeroso, no osaba mirar.
\s5
\v 33 Y le dijo el Señor: Quita los zapatos de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.
\v 34 He visto, he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído el gemido de ellos, y he descendido para librarlos. Ahora pues, ven, te enviaré á Egipto.
\s5
\v 35 A este Moisés, al cual habían rehusado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por príncipe y juez? á éste envió Dios por príncipe y redentor con la mano del ángel que le apareció en la zarza.
\v 36 Este los sacó, habiendo hecho prodigios y milagros en la tierra de Egipto, y en el mar Bermejo, y en el desierto por cuarenta años.
\v 37 Este es el Moisés, el cual dijo á los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor Dios vuestro de vuestros hermanos, como yo; á él oiréis.
\s5
\v 38 Este es aquél que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sina, y con nuestros padres; y recibió las palabras de vida para darnos:
\v 39 Al cual nuestros padres no quisieron obedecer; antes le desecharon, y se apartaron de corazón á Egipto,
\v 40 Diciendo á Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque á este Moisés, que nos sacó de tierra de Egipto, no sabemos qué le ha acontecido.
\s5
\v 41 Y entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se holgaron.
\v 42 Y Dios se apartó, y los entregó que sirviesen al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, casa de Israel?
\s5
\v 43 Antes, trajisteis el tabernáculo de Moloch, y la estrella de vuestro dios Remphan: figuras que os hicisteis para adorarlas: os transportaré pues, más allá de Babilonia.
\s5
\v 44 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios, hablando á Moisés que lo hiciese según la forma que había visto.
\v 45 El cual recibido, metieron también nuestros padres con Josué en la posesión de los Gentiles, que Dios echó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David;
\v 46 El cual halló gracia delante de Dios, y pidió hallar tabernáculo para el Dios de Jacob.
\s5
\v 47 Mas Salomón le edificó casa.
\v 48 Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano; como el profeta dice:
\v 49 El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿ó cuál es el lugar de mi reposo?
\v 50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?
\s5
\v 51 Duros de cerviz, é incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo: como vuestros padres, así también vosotros.
\v 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? y mataron á los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;
\v 53 Que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.
\s5
\v 54 Y oyendo estas cosas, regañaban de sus corazones, y crujían los dientes contra él.
\v 55 Mas él, estando lleno de Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vió la gloria de Dios, y á Jesús que estaba á la diestra de Dios,
\v 56 Y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está á la diestra de Dios.
\s5
\v 57 Entonces dando grandes voces, se taparon sus oídos, y arremetieron unánimes contra él;
\v 58 Y echándolo fuera de la ciudad, le apedreaban: y los testigos pusieron sus vestidos á los pies de un mancebo que se llamaba Saulo.
\s5
\v 59 Y apedrearon á Esteban, invocando él y diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
\v 60 Y puesto de rodillas, clamó á gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
\s5
\c 8
\p
\v 1 Y SAULO consentía en su muerte. Y en aquel día se hizo una grande persecución en la iglesia que estaba en Jerusalem; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.
\v 2 Y llevaron á enterrar á Esteban varones piadosos, é hicieron gran llanto sobre él.
\v 3 Entonces Saulo asolaba la iglesia, entrando por las casas: y trayendo hombres y mujeres, los entregaba en la cárcel.
\s5
\v 4 Mas los que fueron esparcidos, iban por todas partes anunciando la palabra.
\v 5 Entonces Felipe, descendiendo á la ciudad de Samaria, les predicaba á Cristo.
\s5
\v 6 Y las gentes escuchaban atentamente unánimes las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.
\v 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados:
\v 8 Así que había gran gozo en aquella ciudad.
\s5
\v 9 Y había un hombre llamado Simón, el cual había sido antes mágico en aquella ciudad, y había engañado la gente de Samaria, diciéndose ser algún grande:
\v 10 Al cual oían todos atentamente desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es la gran virtud de Dios.
\v 11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas los había embelesado mucho tiempo.
\s5
\v 12 Mas cuando creyeron á Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
\v 13 El mismo Simón creyó también entonces, y bautizándose, se llegó á Felipe: y viendo los milagros y grandes maravillas que se hacían, estaba atónito.
\s5
\v 14 Y los apóstoles que estaban en Jerusalem, habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron á Pedro y á Juan:
\v 15 Los cuales venidos, oraron por ellos, para que recibiesen el Espíritu Santo;
\v 16 (Porque aun no había descendido sobre ninguno de ellos, mas solamente eran bautizados en el nombre de Jesús.)
\v 17 Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo.
\s5
\v 18 Y como vió Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
\v 19 Diciendo: Dadme también á mí esta potestad, que á cualquiera que pusiere las manos encima, reciba el Espíritu Santo.
\s5
\v 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gane por dinero.
\v 21 No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios.
\v 22 Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega á Dios, si quizás te será perdonado el pensamiento de tu corazón.
\v 23 Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
\s5
\v 24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, que ninguna cosa de estas que habéis dicho, venga sobre mí.
\s5
\v 25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron á Jerusalem, y en muchas tierras de los Samaritanos anunciaron el evangelio.
\s5
\v 26 Empero el ángel del Señor habló á Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el mediodía, al camino que desciende de Jerusalem á Gaza, el cual es desierto.
\v 27 Entonces él se levantó, y fué: y he aquí un Etiope, eunuco, gobernador de Candace, reina de los Etiopes, el cual era puesto sobre todos sus tesoros, y había venido á adorar á Jerusalem,
\v 28 Se volvía sentado en su carro, y leyendo el profeta Isaías.
\s5
\v 29 Y el Espíritu dijo á Felipe: Llégate, y júntate á este carro.
\v 30 Y acudiendo Felipe, le oyó que leía el profeta Isaías, y dijo: Mas ¿entiendes lo que lees?
\v 31 Y él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó á Felipe que subiese, y se sentase con él.
\s5
\v 32 Y el lugar de la Escritura que leía, era éste: Como oveja á la muerte fué llevado; y como cordero mudo delante del que le trasquila, así no abrió su boca:
\v 33 En su humillación su juicio fué quitado: mas su generación, ¿quién la contará? porque es quitada de la tierra su vida.
\s5
\v 34 Y respondiendo el eunuco á Felipe, dijo: Ruégote ¿de quién el profeta dice esto? ¿de sí, ó de otro alguno?
\v 35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
\s5
\v 36 Y yendo por el camino, llegaron á cierta agua; y dijo el eunuco: He aquí agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
\v 37 Y Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
\v 38 Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco; y bautizóle.
\s5
\v 39 Y como subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató á Felipe; y no le vió más el eunuco, y se fué por su camino gozoso.
\v 40 Felipe empero se halló en Azoto: y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó á Cesarea.
\s5
\c 9
\p
\v 1 Y SAULO, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes,
\v 2 Y demandó de él letras para Damasco á las sinagogas, para que si hallase algunos hombres ó mujeres de esta secta, los trajese presos á Jerusalem.
\s5
\v 3 Y yendo por el camino, aconteció que llegando cerca de Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo;
\v 4 Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
\s5
\v 5 Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él dijo: Yo soy Jesús á quien tú persigues: dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
\v 6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que haga? Y el Señor le dice: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene hacer.
\v 7 Y los hombres que iban con Saulo, se pararon atónitos, oyendo á la verdad la voz, mas no viendo á nadie.
\s5
\v 8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía á nadie: así que, llevándole por la mano, metiéronle en Damasco;
\v 9 Donde estuvo tres días sin ver, y no comió, ni bebió.
\s5
\v 10 Había entonces un discípulo en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.
\v 11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve á la calle que se llama la Derecha, y busca en casa de Judas á uno llamado Saulo, de Tarso: porque he aquí, él ora;
\v 12 Y ha visto en visión un varón llamado Ananías, que entra y le pone la mano encima, para que reciba la vista.
\s5
\v 13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído á muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho á tus santos en Jerusalem:
\v 14 Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender á todos los que invocan tu nombre.
\v 15 Y le dijo el Señor: Ve: porque instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel:
\v 16 Porque yo le mostraré cuánto le sea menester que padezca por mi nombre.
\s5
\v 17 Ananías entonces fué, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo.
\v 18 Y luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al punto la vista: y levantándose, fué bautizado.
\v 19 Y como comió, fué confortado. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.
\s5
\v 20 Y luego en las sinagogas predicaba á Cristo, diciendo que éste era el Hijo de Dios.
\v 21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalem á los que invocaban este nombre, y á eso vino acá, para llevarlos presos á los príncipes de los sacerdotes?
\v 22 Empero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía á los Judíos que moraban en Damasco, afirmando que éste es el Cristo.
\s5
\v 23 Y como pasaron muchos días, los Judíos hicieron entre sí consejo de matarle;
\v 24 Mas las asechanzas de ellos fueron entendidas de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.
\v 25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro en una espuerta.
\s5
\v 26 Y como vino á Jerusalem, tentaba de juntarse con los discípulos; mas todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo.
\v 27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo á los apóstoles, y contóles cómo había visto al Señor en el camino, y que le había hablado, y cómo en Damasco había hablado confiadamente en el nombre de Jesús.
\s5
\v 28 Y entraba y salía con ellos en Jerusalem;
\v 29 Y hablaba confiadamente en el nombre del Señor: y disputaba con los Griegos; mas ellos procuraban matarle.
\v 30 Lo cual, como los hermanos entendieron, le acompañaron hasta Cesarea, y le enviaron á Tarso.
\s5
\v 31 Las iglesias entonces tenían paz por toda Judea y Galilea y Samaria, y eran edificadas, andando en el temor del Señor; y con consuelo del Espíritu Santo eran multiplicadas.
\v 32 Y aconteció que Pedro, andándolos á todos, vino también á los santos que habitaban en Lydda.
\s5
\v 33 Y halló allí á uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, que era paralítico.
\v 34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó.
\v 35 Y viéronle todos los que habitaban en Lydda y en Sarona, los cuales se convirtieron al Señor.
\s5
\v 36 Entonces en Joppe había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas que hacía.
\v 37 Y aconteció en aquellos días que enfermando, murió; á la cual, después de lavada, pusieron en una sala.
\s5
\v 38 Y como Lydda estaba cerca de Joppe, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros.
\v 39 Pedro entonces levantándose, fué con ellos: y llegado que hubo, le llevaron á la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas.
\s5
\v 40 Entonces echados fuera todos, Pedro puesto de rodillas, oró; y vuelto al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y viendo á Pedro, incorporóse.
\v 41 Y él le dió la mano, y levantóla: entonces llamando á los santos y las viudas, la presentó viva.
\v 42 Esto fué notorio por toda Joppe; y creyeron muchos en el Señor.
\v 43 Y aconteció que se quedó muchos días en Joppe en casa de un cierto Simón, curtidor.
\s5
\c 10
\p
\v 1 Y HABÍA un varón en Cesarea llamado Cornelio, centurión de la compañía que se llamaba la Italiana,
\v 2 Pío y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba á Dios siempre.
\s5
\v 3 Este vió en visión manifiestamente, como á la hora nona del día, que un ángel de Dios entraba á él, y le decía: Cornelio.
\v 4 Y él, puestos en él los ojos, espantado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y díjole: Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria á la presencia de Dios.
\v 5 Envía pues ahora hombres á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.
\v 6 Este posa en casa de un Simón, curtidor, que tiene su casa junto á la mar: él te dirá lo que te conviene hacer.
\s5
\v 7 E ido el ángel que hablaba con Cornelio, llamó dos de sus criados, y un devoto soldado de los que le asistían;
\v 8 A los cuales, después de habérselo contado todo, los envió á Joppe.
\s5
\v 9 Y al día siguiente, yendo ellos su camino, y llegando cerca de la ciudad, Pedro subió á la azotea á orar, cerca de la hora de sexta;
\v 10 Y aconteció que le vino una grande hambre, y quiso comer; pero mientras disponían, sobrevínole un éxtasis;
\v 11 Y vió el cielo abierto, y que descendía un vaso, como un gran lienzo, que atado de los cuatro cabos era bajado á la tierra;
\v 12 En el cual había de todos los animales cuadrúpedos de la tierra, y reptiles, y aves del cielo.
\s5
\v 13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come.
\v 14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común é inmunda he comido jamás.
\v 15 Y volvió la voz hacia él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.
\v 16 Y esto fué hecho por tres veces; y el vaso volvió á ser recogido en el cielo.
\s5
\v 17 Y estando Pedro dudando dentro de sí qué sería la visión que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio, que, preguntando por la casa de Simón, llegaron á la puerta.
\v 18 Y llamando, preguntaron si un Simón que tenía por sobrenombre Pedro, posaba allí.
\s5
\v 19 Y estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
\v 20 Levántate, pues, y desciende, y no dudes ir con ellos; porque yo los he enviado.
\v 21 Entonces Pedro, descendiendo á los hombres que eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis: ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
\s5
\v 22 Y ellos dijeron: Cornelio, el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene testimonio de toda la nación de los Judíos, ha recibido respuesta por un santo ángel, de hacerte venir á su casa, y oir de ti palabras.
\v 23 Entonces metiéndolos dentro, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fué con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Joppe.
\s5
\v 24 Y al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo llamado á sus parientes y los amigos más familiares.
\s5
\v 25 Y como Pedro entró, salió Cornelio á recibirle; y derribándose á sus pies, adoró.
\v 26 Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate; yo mismo también soy hombre.
\s5
\v 27 Y hablando con él, entró, y halló á muchos que se habían juntado.
\v 28 Y les dijo: Vosotros sabéis que es abominable á un varón Judío juntarse ó llegarse á extranjero; mas me ha mostrado Dios que á ningún hombre llame común ó inmundo;
\v 29 Por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿por qué causa me habéis hecho venir?
\s5
\v 30 Entonces Cornelio dijo: Cuatro días ha que á esta hora yo estaba ayuno; y á la hora de nona estando orando en mi casa, he aquí, un varón se puso delante de mí en vestido resplandeciente.
\v 31 Y dijo: Cornelio, tu oración es oída, y tus limosnas han venido en memoria en la presencia de Dios.
\v 32 Envía pues á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro; éste posa en casa de Simón, curtidor, junto á la mar; el cual venido, te hablará.
\v 33 Así que, luego envié á ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado.
\s5
\v 34 Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas;
\v 35 Sino que de cualquiera nación que le teme y obra justicia, se agrada.
\s5
\v 36 Envió palabra Dios á los hijos de Israel, anunciando la paz por Jesucristo; éste es el Señor de todos.
\v 37 Vosotros sabéis lo que fué divulgado por toda Judea; comenzando desde Galilea después del bautismo que Juan predicó,
\v 38 Cuanto á Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dios de Espíritu Santo y de potencia; el cual anduvo haciendo bienes, y sanando á todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él.
\s5
\v 39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de Judea, y en Jerusalem; al cual mataron colgándole en un madero.
\v 40 A éste levantó Dios al tercer día, é hizo que apareciese manifiesto,
\v 41 No á todo el pueblo, sino á los testigos que Dios antes había ordenado, es á saber, á nosotros que comimos y bebimos con él, después que resucitó de los muertos.
\s5
\v 42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.
\v 43 A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
\s5
\v 44 Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón.
\v 45 Y se espantaron los fieles que eran de la circuncisión, que habían venido con Pedro, de que también sobre los Gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.
\s5
\v 46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban á Dios.
\v 47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?
\v 48 Y les mandó bautizar en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.
\s5
\c 11
\p
\v 1 Y OYERON los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los Gentiles habían recibido la palabra de Dios.
\v 2 Y como Pedro subió á Jerusalem, contendían contra él los que eran de la circuncisión,
\v 3 Diciendo: ¿Por qué has entrado á hombres incircuncisos, y has comido con ellos?
\s5
\v 4 Entonces comenzando Pedro, les declaró por orden lo pasado, diciendo:
\v 5 Estaba yo en la ciudad de Joppe orando, y vi en rapto de entendimiento una visión: un vaso, como un gran lienzo, que descendía, que por los cuatro cabos era abajado del cielo, y venía hasta mí.
\v 6 En el cual como puse los ojos, consideré y vi animales terrestres de cuatro pies, y fieras, y reptiles, y aves del cielo.
\s5
\v 7 Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come.
\v 8 Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común ó inmunda entró jamás en mi boca.
\v 9 Entonces la voz me respondió del cielo segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.
\v 10 Y esto fué hecho por tres veces: y volvió todo á ser tomado arriba en el cielo.
\s5
\v 11 Y he aquí, luego sobrevinieron tres hombres á la casa donde yo estaba, enviados á mí de Cesarea.
\v 12 Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Y vinieron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón,
\v 13 El cual nos contó cómo había visto un ángel en su casa, que se paró, y le dijo: Envía á Joppe, y haz venir á un Simón que tiene por sobrenombre Pedro;
\v 14 El cual te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.
\s5
\v 15 Y como comencé á hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.
\v 16 Entonces me acordé del dicho del Señor, como dijo: Juan ciertamente bautizó en agua; mas vosotros seréis bautizados en Espíritu Santo.
\s5
\v 17 Así que, si Dios les dió el mismo don también como á nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar á Dios?
\v 18 Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron á Dios, diciendo: De manera que también á los Gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida.
\s5
\v 19 Y los que habían sido esparcidos por causa de la tribulación que sobrevino en tiempo de Esteban, anduvieron hasta Fenicia, y Cipro, y Antioquía, no hablando á nadie la palabra, sino sólo á los Judíos.
\v 20 Y de ellos había unos varones Ciprios y Cirenenses, los cuales como entraron en Antioquía, hablaron á los Griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús.
\v 21 Y la mano del Señor era con ellos: y creyendo, gran número se convirtió al Señor.
\s5
\v 22 Y llegó la fama de estas cosas á oídos de la iglesia que estaba en Jerusalem: y enviaron á Bernabé que fuese hasta Antioquía.
\v 23 El cual, como llegó, y vió la gracia de Dios, regocijóse; y exhortó á todos á que permaneciesen en el propósito del corazón en el Señor.
\v 24 Porque era varón bueno, y lleno de Espíritu Santo y de fe: y mucha compañía fué agregada al Señor.
\s5
\v 25 Después partió Bernabé á Tarso á buscar á Saulo; y hallado, le trajo á Antioquía.
\v 26 Y conversaron todo un año allí con la iglesia, y enseñaron á mucha gente; y los discípulos fueron llamados Cristianos primeramente en Antioquía.
\s5
\v 27 Y en aquellos días descendieron de Jerusalem profetas á Antioquía.
\v 28 Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba á entender por Espíritu, que había de haber una grande hambre en toda la tierra habitada: la cual hubo en tiempo de Claudio.
\s5
\v 29 Entonces los discípulos, cada uno conforme á lo que tenía, determinaron enviar subsidio á los hermanos que habitaban en Judea:
\v 30 Lo cual asimismo hicieron, enviándolo á los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.
\s5
\c 12
\p
\v 1 Y EN el mismo tiempo el rey Herodes echó mano á maltratar algunos de la iglesia.
\v 2 Y mató á cuchillo á Jacobo, hermano de Juan.
\s5
\v 3 Y viendo que había agradado á los Judíos, pasó adelante para prender también á Pedro. Eran entonces los días de los ázimos.
\v 4 Y habiéndole preso, púsole en la cárcel, entregándole á cuatro cuaterniones de soldados que le guardasen; queriendo sacarle al pueblo después de la Pascua.
\s5
\v 5 Así que, Pedro era guardado en la cárcel; y la iglesia hacía sin cesar oración á Dios por él.
\v 6 Y cuando Herodes le había de sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, preso con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta, que guardaban la cárcel.
\s5
\v 7 Y he aquí, el ángel del Señor sobrevino, y una luz resplandeció en la cárcel; é hiriendo á Pedro en el lado, le despertó, diciendo: Levántate prestamente. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
\v 8 Y le dijo el ángel: Cíñete, y átate tus sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Rodéate tu ropa, y sígueme.
\s5
\v 9 Y saliendo, le seguía; y no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, mas pensaba que veía visión.
\v 10 Y como pasaron la primera y la segunda guardia, vinieron á la puerta de hierro que va á la ciudad, la cual se les abrió de suyo: y salidos, pasaron una calle; y luego el ángel se apartó de él.
\s5
\v 11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo el pueblo de los Judíos que me esperaba.
\v 12 Y habiendo considerado esto, llegó á casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban juntos orando.
\s5
\v 13 Y tocando Pedro á la puerta del patio, salió una muchacha, para escuchar, llamada Rhode:
\v 14 La cual como conoció la voz de Pedro, de gozo no abrió el postigo, sino corriendo adentro, dió nueva de que Pedro estaba al postigo.
\v 15 Y ellos le dijeron: Estás loca. Mas ella afirmaba que así era. Entonces ellos decían: Su ángel es.
\s5
\v 16 Mas Pedro perseveraba en llamar: y cuando abrieron, viéronle, y se espantaron.
\v 17 Mas él haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto á Jacobo y á los hermanos. Y salió, y partió á otro lugar.
\s5
\v 18 Luego que fué de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué se había hecho de Pedro.
\v 19 Mas Herodes, como le buscó y no le halló, hecha inquisición de los guardas, los mandó llevar. Después descendiendo de Judea á Cesarea, se quedó allí.
\s5
\v 20 Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y los de Sidón: mas ellos vinieron concordes á él, y sobornado Blasto, que era el camarero del rey, pedían paz; porque las tierras de ellos eran abastecidas por las del rey.
\v 21 Y un día señalado, Herodes vestido de ropa real, se sentó en el tribunal, y arengóles.
\s5
\v 22 Y el pueblo aclamaba: Voz de Dios, y no de hombre.
\v 23 Y luego el ángel del Señor le hirió, por cuanto no dió la gloria á Dios; y espiró comido de gusanos.
\s5
\v 24 Mas la palabra del Señor crecía y era multiplicada.
\v 25 Y Bernabé y Saulo volvieron de Jerusalem cumplido su servicio, tomando también consigo á Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos.
\s5
\c 13
\p
\v 1 HABÍA entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y doctores: Bernabé, y Simón el que se llamaba Niger, y Lucio Cireneo, y Manahén, que había sido criado con Herodes el tetrarca, y Saulo.
\v 2 Ministrando pues éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme á Bernabé y á Saulo para la obra para la cual los he llamado.
\v 3 Entonces habiendo ayunado y orado, y puesto las manos encima de ellos, despidiéronlos.
\s5
\v 4 Y ellos, enviados así por el Espíritu Santo, descendieron á Seleucia; y de allí navegaron á Cipro.
\v 5 Y llegados á Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los Judíos: y tenían también á Juan en el ministerio.
\s5
\v 6 Y habiendo atravesado toda la isla hasta Papho, hallaron un hombre mago, falso profeta, Judío, llamado Barjesús;
\v 7 El cual estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando á Bernabé y á Saulo, deseaba oir la palabra de Dios.
\v 8 Mas les resistía Elimas el encantador (que así se interpreta su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul.
\s5
\v 9 Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, poniendo en él los ojos,
\v 10 Dijo: Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
\s5
\v 11 Ahora pues, he aquí la mano del Señor es contra ti, y serás ciego, que no veas el sol por tiempo. Y luego cayeron en él obscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quién le condujese por la mano.
\v 12 Entonces el procónsul, viendo lo que había sido hecho, creyó, maravillado de la doctrina del Señor.
\s5
\v 13 Y partidos de Papho, Pablo y sus compañeros arribaron á Perge de Pamphylia: entonces Juan, apartándose de ellos, se volvió á Jerusalem.
\v 14 Y ellos pasando de Perge, llegaron á Antioquía de Pisidia, y entrando en la sinagoga un día de sábado, sentáronse.
\v 15 Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los príncipes de la sinagoga enviaron á ellos, diciendo: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.
\s5
\v 16 Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dice: Varones Israelitas, y los que teméis á Dios, oid:
\v 17 El Dios del pueblo de Israel escogió á nuestros padres, y ensalzó al pueblo, siendo ellos extranjeros en la tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella.
\v 18 Y por tiempo como de cuarenta años soportó sus costumbres en el desierto;
\s5
\v 19 Y destruyendo siete naciones en la tierra de Canaán, les repartió por suerte la tierra de ellas.
\v 20 Y después, como por cuatrocientos y cincuenta años, dió les jueces hasta el profeta Samuel.
\s5
\v 21 Y entonces demandaron rey; y les dió Dios á Saúl, hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años.
\v 22 Y quitado aquél, levantóles por rey á David, al que dió también testimonio, diciendo: He hallado á David, hijo de Jessé, varón conforme á mi corazón, el cual hará todo lo que yo quiero.
\s5
\v 23 De la simiente de éste, Dios, conforme á la promesa, levantó á Jesús por Salvador á Israel;
\v 24 Predicando Juan delante de la faz de su venida el bautismo de arrepentimiento á todo el pueblo de Israel.
\v 25 Mas como Juan cumpliese su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí, viene tras mí uno, cuyo calzado de los pies no soy digno de desatar.
\s5
\v 26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen á Dios, á vosotros es enviada la palabra de esta salud.
\v 27 Porque los que habitaban en Jerusalem, y sus príncipes, no conociendo á éste, y las voces de los profetas que se leen todos los sábados, condenándo le, las cumplieron.
\s5
\v 28 Y sin hallar en él causa de muerte, pidieron á Pilato que le matasen.
\v 29 Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro.
\s5
\v 30 Mas Dios le levantó de los muertos.
\v 31 Y él fué visto por muchos días de los que habían subido juntamente con él de Galilea á Jerusalem, los cuales son sus testigos al pueblo.
\s5
\v 32 Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa que fué hecha á los padres,
\v 33 La cual Dios ha cumplido á los hijos de ellos, á nosotros, resucitando á Jesús: como también en el salmo segundo está escrito: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.
\v 34 Y que le levantó de los muertos para nunca más volver á corrupción, así lo dijo: Os daré las misericordias fieles de David.
\s5
\v 35 Por eso dice también en otro lugar: No permitirás que tu Santo vea corrupción.
\v 36 Porque á la verdad David, habiendo servido en su edad á la voluntad de Dios, durmió, y fué juntado con sus padres, y vió corrupción:
\v 37 Mas aquel que Dios levantó, no vió corrupción.
\s5
\v 38 Séaos pues notorio, varones hermanos, que por éste os es anunciada remisión de pecados;
\v 39 Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en éste es justificado todo aquel que creyere.
\s5
\v 40 Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas;
\v 41 Mirad, oh menospreciadores, y entonteceos, y desvaneceos; porque yo obro una obra en vuestros días, obra que no creeréis, si alguien os la contare.
\s5
\v 42 Y saliendo ellos de la sinagoga de los Judíos, los Gentiles les rogaron que el sábado siguiente les hablasen estas palabras.
\v 43 Y despedida la congregación, muchos de los Judíos y de los religiosos prosélitos siguieron á Pablo y á Bernabé; los cuales hablándoles, les persuadían que permaneciesen en la gracia de Dios.
\s5
\v 44 Y el sábado siguiente se juntó casi toda la ciudad á oir la palabra de Dios.
\v 45 Mas los Judíos, visto el gentío, llenáronse de celo, y se oponían á lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.
\s5
\v 46 Entonces Pablo y Bernabé, usando de libertad, dijeron: A vosotros á la verdad era menester que se os hablase la palabra de Dios; mas pues que la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos á los Gentiles.
\v 47 Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los Gentiles, para que seas salud hasta lo postrero de la tierra.
\s5
\v 48 Y los Gentiles oyendo esto, fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor: y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.
\v 49 Y la palabra del Señor era sembrada por toda aquella provincia.
\s5
\v 50 Mas los Judíos concitaron mujeres pías y honestas, y á los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de sus términos.
\v 51 Ellos entonces sacudiendo en ellos el polvo de sus pies, vinieron á Iconio.
\v 52 Y los discípulos estaban llenos de gozo, y del Espíritu Santo.
\s5
\c 14
\p
\v 1 Y ACONTECIÓ en Iconio, que entrados juntamente en la sinagoga de los Judíos, hablaron de tal manera, que creyó una grande multitud de Judíos, y asimismo de Griegos.
\v 2 Mas los Judíos que fueron incrédulos, incitaron y corrompieron los ánimos de los Gentiles contra los hermanos.
\s5
\v 3 Con todo eso se detuvieron allí mucho tiempo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio á la palabra de su gracia, dando que señales y milagros fuesen hechos por las manos de ellos.
\v 4 Mas el vulgo de la ciudad estaba dividido; y unos eran con los Judíos, y otros con los apóstoles.
\s5
\v 5 Y haciendo ímpetu los Judíos y los Gentiles juntamente con sus príncipes, para afrentarlos y apedrearlos,
\v 6 Habiéndolo entendido, huyeron á Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y por toda la tierra alrededor.
\v 7 Y allí predicaban el evangelio.
\s5
\v 8 Y un hombre de Listra, impotente de los pies, estaba sentado, cojo desde el vientre de su madre, que jamás había andado.
\v 9 Este oyó hablar á Pablo; el cual, como puso los ojos en él, y vió que tenía fe para ser sano,
\v 10 Dijo á gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y saltó, y anduvo.
\s5
\v 11 Entonces las gentes, visto lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses semejantes á hombres han descendido á nosotros.
\v 12 Y á Bernabé llamaban Júpiter, y á Pablo, Mercurio, porque era el que llevaba la palabra.
\v 13 Y el sacerdote de Júpiter, que estaba delante de la ciudad de ellos, trayendo toros y guirnaldas delante de las puertas, quería con el pueblo sacrificar.
\s5
\v 14 Y como lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rotas sus ropas, se lanzaron al gentío, dando voces,
\v 15 Y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes á vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, y la mar, y todo lo que está en ellos:
\v 16 El cual en las edades pasadas ha dejado á todas las gentes andar en sus caminos;
\s5
\v 17 Si bien no se dejó á sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, hinchiendo de mantenimiento y de alegría nuestros corazones.
\v 18 Y diciendo estas cosas, apenas apaciguaron el pueblo, para que no les ofreciesen sacrificio.
\s5
\v 19 Entonces sobrevinieron unos Judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron á la multitud, y habiendo apedreado á Pablo, le sacaron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
\v 20 Mas rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y un día después, partió con Bernabé á Derbe.
\s5
\v 21 Y como hubieron anunciado el evangelio á aquella ciudad, y enseñado á muchos, volvieron á Listra, y á Iconio, y á Antioquía,
\v 22 Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles á que permaneciesen en la fe, y que es menester que por muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
\s5
\v 23 Y habiéndoles constituído ancianos en cada una de las iglesias, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en el cual habían creído.
\v 24 Y pasando por Pisidia vinieron á Pamphylia.
\v 25 Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron á Atalia;
\v 26 Y de allí navegaron á Antioquía, donde habían sido encomendados á la gracia de Dios para la obra que habían acabado.
\s5
\v 27 Y habiendo llegado, y reunido la iglesia, relataron cuán grandes cosas había Dios hecho con ellos, y cómo había abierto á los Gentiles la puerta de la fe.
\v 28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.
\s5
\c 15
\p
\v 1 ENTONCES algunos que venían de Judea enseñaban á los hermanos: Que si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.
\v 2 Así que, suscitada una disensión y contienda no pequeña á Pablo y á Bernabé contra ellos, determinaron que subiesen Pablo y Bernabé á Jerusalem, y algunos otros de ellos, á los apóstoles y á los ancianos, sobre esta cuestión.
\s5
\v 3 Ellos, pues, habiendo sido acompañados de la iglesia, pasaron por la Fenicia y Samaria, contando la conversión de los Gentiles; y daban gran gozo á todos los hermanos.
\v 4 Y llegados á Jerusalem, fueron recibidos de la iglesia y de los apóstoles y de los ancianos: y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.
\s5
\v 5 Mas algunos de la secta de los Fariseos, que habían creído, se levantaron, diciendo: Que es menester circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.
\v 6 Y se juntaron los apóstoles y los ancianos para conocer de este negocio.
\s5
\v 7 Y habiendo habido grande contienda, levantándose Pedro, les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los Gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio, y creyesen.
\v 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dió testimonio, dándoles el Espíritu Santo también como á nosotros;
\v 9 Y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando con la fe sus corazones.
\s5
\v 10 Ahora pues, ¿por qué tentáis á Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
\v 11 Antes por la gracia del Señor Jesús creemos que seremos salvos, como también ellos.
\s5
\v 12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron á Bernabé y á Pablo, que contaban cuán grandes maravillas y señales Dios había hecho por ellos entre los Gentiles.
\s5
\v 13 Y después que hubieron callado, Jacobo respondió, diciendo: Varones hermanos, oidme:
\v 14 Simón ha contado cómo Dios primero visitó á los Gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre;
\s5
\v 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
\v 16 Después de esto volveré y restauraré la habitación de David, que estaba caída; y repararé sus ruinas, y la volveré á levantar;
\v 17 Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los Gentiles, sobre los cuales es llamado mi nombre, dice el Señor, que hace todas estas cosas.
\v 18 Conocidas son á Dios desde el siglo todas sus obras.
\s5
\v 19 Por lo cual yo juzgo, que los que de los Gentiles se convierten á Dios, no han de ser inquietados;
\v 20 Sino escribirles que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, y de fornicación, y de ahogado, y de sangre.
\v 21 Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado.
\s5
\v 22 Entonces pareció bien á los apóstoles y á los ancianos, con toda la iglesia, elegir varones de ellos, y enviarlos á Antioquía con Pablo y Bernabé: á Judas que tenía por sobrenombre Barsabas, y á Silas, varones principales entre los hermanos;
\v 23 Y escribir por mano de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, á los hermanos de los Gentiles que están en Antioquía, y en Siria, y en Cilicia, salud:
\s5
\v 24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, os han inquietado con palabras, trastornando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, á los cuales no mandamos;
\v 25 Nos ha parecido, congregados en uno, elegir varones, y enviarlos á vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo,
\v 26 Hombres que han expuesto sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
\s5
\v 27 Así que, enviamos á Judas y á Silas, los cuales también por palabra os harán saber lo mismo.
\v 28 Que ha parecido bien al Espíritu Santo, y á nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:
\v 29 Que os abstengáis de cosas sacrificadas á ídolos, y de sangre, y de ahogado, y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
\s5
\v 30 Ellos entonces enviados, descendieron á Antioquía; y juntando la multitud, dieron la carta.
\v 31 La cual, como leyeron, fueron gozosos de la consolación.
\v 32 Judas también y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron á los hermanos con abundancia de palabra.
\s5
\v 33 Y pasando allí algún tiempo, fueron enviados de los hermanos á los apóstoles en paz.
\v 34 Mas á Silas pareció bien el quedarse allí.
\v 35 Y Pablo y Bernabé se estaban en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos.
\s5
\v 36 Y después de algunos días, Pablo dijo á Bernabé: Volvamos á visitar á los hermanos por todas las ciudades en las cuales hemos anunciado la palabra del Señor, cómo están.
\v 37 Y Bernabé quería que tomasen consigo á Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos;
\v 38 Mas á Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Pamphylia, y no había ido con ellos á la obra.
\s5
\v 39 Y hubo tal contención entre ellos, que se apartaron el uno del otro; y Bernabé tomando á Marcos, navegó á Cipro.
\v 40 Y Pablo escogiendo á Silas, partió encomendado de los hermanos á la gracia del Señor.
\v 41 Y anduvo la Siria y la Cilicia, confirmando á las iglesias.
\s5
\c 16
\p
\v 1 DESPUÉS llegó á Derbe, y á Listra: y he aquí, estaba allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía fiel, mas de padre Griego.
\v 2 De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
\v 3 Este quiso Pablo que fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los Judíos que estaban en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era Griego.
\s5
\v 4 Y como pasaban por las ciudades, les daban que guardasen los decretos que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.
\v 5 Así que, las iglesias eran confirmadas en fe, y eran aumentadas en número cada día.
\s5
\v 6 Y pasando á Phrygia y la provincia de Galacia, les fué prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.
\v 7 Y como vinieron á Misia, tentaron de ir á Bithynia; mas el Espíritu no les dejó.
\v 8 Y pasando á Misia, descendieron á Troas.
\s5
\v 9 Y fué mostrada á Pablo de noche una visión: Un varón Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa á Macedonia, y ayúdanos.
\v 10 Y como vió la visión, luego procuramos partir á Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
\s5
\v 11 Partidos pues de Troas, vinimos camino derecho á Samotracia, y el día siguiente á Neápolis;
\v 12 Y de allí á Filipos, que es la primera ciudad de la parte de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.
\v 13 Y un día de sábado salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración; y sentándonos, hablamos á las mujeres que se habían juntado.
\s5
\v 14 Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.
\v 15 Y cuando fué bautizada, y su familia, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad: y constriñónos.
\s5
\v 16 Y aconteció, que yendo nosotros á la oración, una muchacha que tenía espíritu pitónico, nos salió al encuentro, la cual daba grande ganancia á sus amos adivinando.
\v 17 Esta, siguiendo á Pablo y á nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de salud.
\v 18 Y esto hacía por muchos días; mas desagradando á Pablo, se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
\s5
\v 19 Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron á Pablo y á Silas, y los trajeron al foro, al magistrado;
\v 20 Y presentándolos á los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad,
\v 21 Y predican ritos, los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos Romanos.
\s5
\v 22 Y agolpóse el pueblo contra ellos: y los magistrados rompiéndoles sus ropas, les mandaron azotar con varas.
\v 23 Y después que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia:
\v 24 El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.
\s5
\v 25 Mas á media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos á Dios: y los que estaban presos los oían.
\v 26 Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos se soltaron.
\s5
\v 27 Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huído.
\v 28 Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que todos estamos aquí.
\s5
\v 29 El entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas;
\v 30 Y sacándolos fuera, les dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?
\v 31 Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.
\s5
\v 32 Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que estaban en su casa.
\v 33 Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego él, y todos los suyos.
\v 34 Y llevándolos á su casa, les puso la mesa: y se gozó de que con toda su casa había creído á Dios.
\s5
\v 35 Y como fué de día, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Deja ir á aquellos hombres.
\v 36 Y el carcelero hizo saber estas palabras á Pablo: Los magistrados han enviado á decir que seáis sueltos: así que ahora salid, é id en paz.
\s5
\v 37 Entonces Pablo les dijo: Azotados públicamente sin ser condenados, siendo hombres Romanos, nos echaron en la cárcel; y ¿ahora nos echan encubiertamente? No, de cierto, sino vengan ellos y sáquennos.
\v 38 Y los alguaciles volvieron á decir á los magistrados estas palabras: y tuvieron miedo, oído que eran Romanos.
\v 39 Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que se saliesen de la ciudad.
\s5
\v 40 Entonces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto á los hermanos, los consolaron, y se salieron.
\s5
\c 17
\p
\v 1 Y PASANDO por Amphípolis y Apolonia, llegaron á Tesalónica, donde estaba la sinagoga de los Judíos.
\v 2 Y Pablo, como acostumbraba, entró á ellos, y por tres sábados disputó con ellos de las Escrituras,
\s5
\v 3 Declarando y proponiendo, que convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, el cual yo os anuncio, decía él, éste era el Cristo.
\v 4 Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los Griegos religiosos grande multitud, y mujeres nobles no pocas.
\s5
\v 5 Entonces los Judíos que eran incrédulos, teniendo celos, tomaron consigo á algunos ociosos, malos hombres, y juntando compañía, alborotaron la ciudad; y acometiendo á la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.
\v 6 Mas no hallándolos, trajeron á Jasón y á algunos hermanos á los gobernadores de la ciudad, dando voces: Estos que alborotan el mundo, también han venido acá;
\v 7 A los cuales Jasón ha recibido; y todos estos hacen contra los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús.
\s5
\v 8 Y alborotaron al pueblo y á los gobernadores de la ciudad, oyendo estas cosas.
\v 9 Mas recibida satisfacción de Jasón y de los demás, los soltaron.
\s5
\v 10 Entonces los hermanos, luego de noche, enviaron á Pablo y á Silas á Berea; los cuales habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los Judíos.
\v 11 Y fueron éstos más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así.
\v 12 Así que creyeron muchos de ellos; y mujeres Griegas de distinción, y no pocos hombres.
\s5
\v 13 Mas como entendieron los Judíos de Tesalónica que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron, y también allí tumultuaron al pueblo.
\v 14 Empero luego los hermanos enviaron á Pablo que fuese como á la mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí.
\v 15 Y los que habían tomado á cargo á Pablo, le llevaron hasta Atenas; y tomando encargo para Silas y Timoteo, que viniesen á él lo más presto que pudiesen, partieron.
\s5
\v 16 Y esperándolos Pablo en Atenas, su espíritu se deshacía en él viendo la ciudad dada á idolatría.
\v 17 Así que, disputaba en la sinagoga con los Judíos y religiosos; y en la plaza cada día con los que le ocurrían.
\s5
\v 18 Y algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estóicos, disputaban con él; y unos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses: porque les predicaba á Jesús y la resurrección.
\s5
\v 19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué sea esta nueva doctrina que dices?
\v 20 Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas: queremos pues saber qué quiere ser esto.
\v 21 (Entonces todos los Atenienses y los huéspedes extranjeros, en ninguna otra cosa entendían, sino ó en decir ó en oir alguna cosa nueva.)
\s5
\v 22 Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones Atenienses, en todo os veo como más supersticiosos;
\v 23 Porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, á éste os anuncio yo.
\s5
\v 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos,
\v 25 Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas;
\s5
\v 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos;
\v 27 Para que buscasen á Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros:
\s5
\v 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también.
\v 29 Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la Divinidad ser semejante á oro, ó á plata, ó á piedra, escultura de artificio ó de imaginación de hombres.
\s5
\v 30 Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia á todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan:
\v 31 Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; dando fe á todos con haberle levantado de los muertos.
\s5
\v 32 Y así como oyeron de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez.
\v 33 Y así Pablo se salió de en medio de ellos.
\v 34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales también fué Dionisio el del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.
\s5
\c 18
\p
\v 1 PASADAS estas cosas, Pablo partió de Atenas, y vino á Corinto.
\v 2 Y hallando á un Judío llamado Aquila, natural del Ponto, que hacía poco que había venido de Italia, y á Priscila su mujer, (porque Claudio había mandado que todos los Judíos saliesen de Roma) se vino á ellos;
\v 3 Y porque era de su oficio, posó con ellos, y trabajaba; porque el oficio de ellos era hacer tiendas.
\s5
\v 4 Y disputaba en la sinagoga todos los sábados, y persuadía á Judíos y á Griegos.
\v 5 Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba constreñido por la palabra, testificando á los Judíos que Jesús era el Cristo.
\v 6 Mas contradiciendo y blasfemando ellos, les dijo, sacudiendo sus vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré á los Gentiles.
\s5
\v 7 Y partiendo de allí, entró en casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la casa del cual estaba junto á la sinagoga.
\v 8 Y Crispo, el prepósito de la sinagoga, creyó al Señor con toda su casa: y muchos de los Corintios oyendo creían, y eran bautizados.
\s5
\v 9 Entonces el Señor dijo de noche en visión á Pablo: No temas, sino habla, y no calles:
\v 10 Porque yo estoy contigo, y ninguno te podrá hacer mal; porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.
\v 11 Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios.
\s5
\v 12 Y siendo Galión procónsul de Acaya, los Judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal,
\v 13 Diciendo: Que éste persuade á los hombres á honrar á Dios contra la ley.
\s5
\v 14 Y comenzando Pablo á abrir la boca, Galión dijo á los Judíos: Si fuera algún agravio ó algún crimen enorme, oh Judíos, conforme á derecho yo os tolerara:
\v 15 Mas si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas.
\s5
\v 16 Y los echó del tribunal.
\v 17 Entonces todos los Griegos tomando á Sóstenes, prepósito de la sinagoga, le herían delante del tribunal: y á Galión nada se le daba de ello.
\s5
\v 18 Mas Pablo habiéndose detenido aún allí muchos días, después se despidió de los hermanos, y navegó á Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose trasquilado la cabeza en Cencreas, porque tenía voto.
\v 19 Y llegó á Efeso, y los dejó allí: y él entrando en la sinagoga, disputó con los Judíos,
\s5
\v 20 Los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió,
\v 21 Sino que se despidió de ellos, diciendo: Es menester que en todo caso tenga la fiesta que viene, en Jerusalem; mas otra vez volveré á vosotros, queriendo Dios. Y partió de Efeso.
\s5
\v 22 Y habiendo arribado á Cesarea subió á Jerusalem; y después de saludar á la iglesia, descendió á Antioquía.
\v 23 Y habiendo estado allí algún tiempo, partió, andando por orden la provincia de Galacia, y la Phrygia, confirmando á todos los discípulos.
\s5
\v 24 Llegó entonces á Efeso un Judío, llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
\v 25 Este era instruído en el camino del Señor; y ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente las cosas que son del Señor, enseñando solamente en el bautismo de Juan.
\v 26 Y comenzó á hablar confiadamente en la sinagoga: al cual como oyeron Priscila y Aquila, le tomaron, y le declararon más particularmente el camino de Dios.
\s5
\v 27 Y queriendo él pasar á Acaya, los hermanos exhortados, escribieron á los discípulos que le recibiesen; y venido él, aprovechó mucho por la gracia á los que habían creído:
\v 28 Porque con gran vehemencia convencía públicamente á los Judíos, mostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.
\s5
\c 19
\p
\v 1 Y ACONTECIÓ que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, andadas las regiones superiores, vino á Efeso, y hallando ciertos discípulos,
\v 2 Díjoles: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis? Y ellos le dijeron: Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo.
\s5
\v 3 Entonces dijo: ¿En qué pues sois bautizados? Y ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
\v 4 Y dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, es á saber, en Jesús el Cristo.
\s5
\v 5 Oído que hubieron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
\v 6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
\v 7 Y eran en todos como unos doce hombres.
\s5
\v 8 Y entrando él dentro de la sinagoga, hablaba libremente por espacio de tres meses, disputando y persuadiendo del reino de Dios.
\v 9 Mas endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, apartándose Pablo de ellos separó á los discípulos, disputando cada día en la escuela de un cierto Tyranno.
\v 10 Y esto fué por espacio de dos años; de manera que todos los que habitaban en Asia, Judíos y Griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.
\s5
\v 11 Y hacía Dios singulares maravillas por manos de Pablo:
\v 12 De tal manera que aun se llevaban sobre los enfermos los sudarios y los pañuelos de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los malos espíritus salían de ellos.
\s5
\v 13 Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos, tentaron á invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que Pablo predica.
\v 14 Y había siete hijos de un tal Sceva, Judío, príncipe de los sacerdotes, que hacían esto.
\s5
\v 15 Y respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo: mas vosotros ¿quiénes sois?
\v 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
\v 17 Y esto fué notorio á todos, así Judíos como Griegos, los que habitaban en Efeso: y cayó temor sobre todos ellos, y era ensalzado el nombre del Señor Jesús.
\s5
\v 18 Y muchos de los que habían creído, venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
\v 19 Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos; y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios.
\v 20 Así crecía poderosamente la palabra del Señor, y prevalecía.
\s5
\v 21 Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo en espíritu partir á Jerusalem, después de andada Macedonia y Acaya, diciendo: Después que hubiere estado allá, me será menester ver también á Roma.
\v 22 Y enviando á Macedonia á dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se estuvo por algún tiempo en Asia.
\s5
\v 23 Entonces hubo un alboroto no pequeño acerca del Camino.
\v 24 Porque un platero llamado Demetrio, el cual hacía de plata templecillos de Diana, daba á los artífices no poca ganancia;
\v 25 A los cuales, reunidos con los oficiales de semejante oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio tenemos ganancia;
\s5
\v 26 Y veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino á muchas gentes de casi toda el Asia, ha apartado con persuasión, diciendo, que no son dioses los que se hacen con las manos.
\v 27 Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience á ser destruída su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo.
\s5
\v 28 Oídas estas cosas, llenáronse de ira, y dieron alarido, diciendo: ¡Grande es Diana de los Efesios!
\v 29 Y la ciudad se llenó de confusión; y unánimes se arrojaron al teatro, arrebatando á Gayo y á Aristarco, Macedonios, compañeros de Pablo.
\s5
\v 30 Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.
\v 31 También algunos de los principales de Asia, que eran sus amigos, enviaron á él rogando que no se presentase en el teatro.
\v 32 Y otros gritaban otra cosa; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían juntado.
\s5
\v 33 Y sacaron de entre la multitud á Alejandro, empujándole los Judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería dar razón al pueblo.
\v 34 Mas como conocieron que era Judío, fué hecha un voz de todos, que gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los Efesios!
\s5
\v 35 Entonces el escribano, apaciguado que hubo la gente, dijo: Varones Efesios, ¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de los Efesios es honradora de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?
\v 36 Así que, pues esto no puede ser contradicho, conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis temerariamente;
\v 37 Pues habéis traído á estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa.
\s5
\v 38 Que si Demetrio y los oficiales que están con él tienen negocio con alguno, audiencias se hacen, y procónsules hay; acúsense los unos á los otros.
\v 39 Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se pueda decidir.
\v 40 Porque peligro hay de que seamos argüidos de sedición por hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la concurrencia.
\s5
\c 20
\p
\v 1 Y DESPUÉS que cesó el alboroto, llamando Pablo á los discípulos habiéndoles exhortado y abrazado, se despidió, y partió para ir á Macedonia.
\v 2 Y andado que hubo aquellas partes, y exhortádoles con abundancia de palabra, vino á Grecia.
\v 3 Y después de haber estado allí tres meses, y habiendo de navegar á Siria, le fueron puestas asechanzas por los Judíos; y así tomó consejo de volverse por Macedonia.
\s5
\v 4 Y le acompañaron hasta Asia Sopater Bereense, y los Tesalonicenses, Aristarco y Segundo; y Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tychîco y Trófimo.
\v 5 Estos yendo delante, nos esperaron en Troas.
\v 6 Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos y vinimos á ellos á Troas en cinco días, donde estuvimos siete días.
\s5
\v 7 Y el día primero de la semana, juntos los discípulos á partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de partir al día siguiente: y alargó el discurso hasta la media noche.
\v 8 Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban juntos.
\s5
\v 9 Y un mancebo llamado Eutichô que estaba sentado en la ventana, tomado de un sueño profundo, como Pablo disputaba largamente, postrado del sueño cayó del tercer piso abajo, y fué alzado muerto.
\v 10 Entonces descendió Pablo, y derribóse sobre él, y abrazándole, dijo: No os alborotéis, que su alma está en él.
\s5
\v 11 Después subiendo, y partiendo el pan, y gustando, habló largamente hasta el alba, y así partió.
\v 12 Y llevaron al mozo vivo, y fueron consolados no poco.
\s5
\v 13 Y nosotros subiendo en el navío, navegamos á Assón, para recibir de allí á Pablo; pues así había determinado que debía él ir por tierra.
\v 14 Y como se juntó con nosotros en Assón, tomándole vinimos á Mitilene.
\s5
\v 15 Y navegando de allí, al día siguiente llegamos delante de Chîo, y al otro día tomamos puerto en Samo: y habiendo reposado en Trogilio, al día siguiente llegamos á Mileto.
\v 16 Porque Pablo se había propuesto pasar adelante de Efeso; por no detenerse en Asia: porque se apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalem.
\s5
\v 17 Y enviando desde Mileto á Efeso, hizo llamar á los ancianos de la iglesia.
\v 18 Y cuando vinieron á él, les dijo: Vosotros sabéis cómo, desde el primer día que entré en Asia, he estado con vosotros por todo el tiempo,
\v 19 Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y tentaciones que me han venido por las asechanzas de los Judíos:
\v 20 Cómo nada que fuese útil he rehuído de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas,
\v 21 Testificando á los Judíos y á los Gentiles arrepentimiento para con Dios, y la fe en nuestro Señor Jesucristo.
\s5
\v 22 Y ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy á Jerusalem, sin saber lo que allá me ha de acontecer:
\v 23 Mas que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que prisiones y tribulaciones me esperan.
\v 24 Mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; solamente que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
\s5
\v 25 Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, por quien he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.
\v 26 Por tanto, yo os protesto el día de hoy, que yo soy limpio de la sangre de todos:
\v 27 Porque no he rehuído de anunciaros todo el consejo de Dios.
\s5
\v 28 Por tanto mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre.
\v 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al ganado;
\v 30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí.
\s5
\v 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas á cada uno.
\v 32 Y ahora, hermanos, os encomiendo á Dios, y á la palabra de su gracia: el cual es poderoso para sobreedificar, y daros heredad con todos los santificados.
\s5
\v 33 La plata, ó el oro, ó el vestido de nadie he codiciado.
\v 34 Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y á los que están conmigo, estas manos me han servido.
\v 35 En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar á los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir.
\s5
\v 36 Y como hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos.
\v 37 Entonces hubo un gran lloro de todos: y echándose en el cuello de Pablo, le besaban,
\v 38 Doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, que no habían de ver más su rostro. Y le acompañaron al navío.
\s5
\c 21
\p
\v 1 Y HABIENDO partido de ellos, navegamos y vinimos camino derecho á Coos, y al día siguiente á Rhodas, y de allí á Pátara.
\v 2 Y hallando un barco que pasaba á Fenicia, nos embarcamos, y partimos.
\s5
\v 3 Y como avistamos á Cipro, dejándola á mano izquierda, navegamos á Siria, y vinimos á Tiro: porque el barco había de descargar allí su carga.
\v 4 Y nos quedamos allí siete días, hallados los discípulos, los cuales decían á Pablo por Espíritu, que no subiese á Jerusalem.
\s5
\v 5 Y cumplidos aquellos días, salimos acompañándonos todos, con sus mujeres é hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos.
\v 6 Y abrazándonos los unos á los otros, subimos al barco, y ellos se volvieron á sus casas.
\s5
\v 7 Y nosotros, cumplida la navegación, vinimos de Tiro á Tolemaida; y habiendo saludado á los hermanos, nos quedamos con ellos un día.
\v 8 Y otro día, partidos Pablo y los que con él estábamos, vinimos á Cesarea: y entrando en casa de Felipe el evangelista, el cual era uno de los siete, posamos con él.
\v 9 Y éste tenía cuatro hijas, doncellas, que profetizaban.
\s5
\v 10 Y parando nosotros allí por muchos días, descendió de Judea un profeta, llamado Agabo;
\v 11 Y venido á nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalem al varón cuyo es este cinto, y le entregarán en manos de los Gentiles.
\s5
\v 12 Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese á Jerusalem.
\v 13 Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón? porque yo no sólo estoy presto á ser atado, mas aun á morir en Jerusalem por el nombre del Señor Jesús.
\v 14 Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
\s5
\v 15 Y después de estos días, apercibidos, subimos á Jerusalem.
\v 16 Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo á un Mnasón, Cyprio, discípulo antiguo, con el cual posásemos.
\s5
\v 17 Y cuando llegamos á Jerusalem, los hermanos nos recibieron de buena voluntad.
\v 18 Y al día siguiente Pablo entró con nosotros á Jacobo, y todos los ancianos se juntaron;
\v 19 A los cuales, como los hubo saludado, contó por menudo lo que Dios había hecho entre los Gentiles por su ministerio.
\s5
\v 20 Y ellos como lo oyeron, glorificaron á Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de Judíos hay que han creído; y todos son celadores de la ley:
\v 21 Mas fueron informados acerca de ti, que enseñas á apartarse de Moisés á todos los Judíos que están entre los Gentiles, diciéndoles que no han de circuncidar á los hijos, ni andar según la costumbre.
\s5
\v 22 ¿Qué hay pues? La multitud se reunirá de cierto: porque oirán que has venido.
\v 23 Haz pues esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen voto sobre sí:
\v 24 Tomando á éstos contigo, purifícate con ellos, y gasta con ellos, para que rasuren sus cabezas, y todos entiendan que no hay nada de lo que fueron informados acerca de ti; sino que tú también andas guardando la ley.
\s5
\v 25 Empero cuanto á los que de los Gentiles han creído, nosotros hemos escrito haberse acordado que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo que fuere sacrificado á los ídolos, y de sangre, y de ahogado, y de fornicación.
\v 26 Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta ser ofrecida ofrenda por cada uno de ellos.
\s5
\v 27 Y cuando estaban para acabarse los siete días, unos Judíos de Asia, como le vieron en el templo, alborotaron todo el pueblo y le echaron mano,
\v 28 Dando voces: Varones Israelitas, ayudad: Este es el hombre que por todas partes enseña á todos contra el pueblo, y la ley, y este lugar; y además de esto ha metido Gentiles en el templo, y ha contaminado este lugar santo.
\v 29 Porque antes habían visto con él en la ciudad á Trófimo, Efesio, al cual pensaban que Pablo había metido en el templo.
\s5
\v 30 Así que, toda la ciudad se alborotó, y agolpóse el pueblo; y tomando á Pablo, hiciéronle salir fuera del templo, y luego las puertas fueron cerradas.
\v 31 Y procurando ellos matarle, fué dado aviso al tribuno de la compañía, que toda la ciudad de Jerusalem estaba alborotada;
\s5
\v 32 El cual tomando luego soldados y centuriones, corrió á ellos. Y ellos como vieron al tribuno y á los soldados, cesaron de herir á Pablo.
\v 33 Entonces llegando el tribuno, le prendió, y le mandó atar con dos cadenas; y preguntó quién era, y qué había hecho.
\s5
\v 34 Y entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra: y como no podía entender nada de cierto á causa del alboroto, le mandó llevar á la fortaleza.
\v 35 Y como llegó á las gradas, aconteció que fué llevado de los soldados á causa de la violencia del pueblo;
\v 36 Porque multitud de pueblo venía detrás, gritando: Mátale.
\s5
\v 37 Y como comenzaron á meter á Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?
\v 38 ¿No eres tú aquel Egipcio que levantaste una sedición antes de estos días, y sacaste al desierto cuatro mil hombres salteadores?
\s5
\v 39 Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre Judío, ciudadano de Tarso, ciudad no obscura de Cilicia: empero ruégote que me permitas que hable al pueblo.
\v 40 Y como él se lo permitió, Pablo, estando en pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Y hecho grande silencio, habló en lengua hebrea, diciendo:
\s5
\c 22
\p
\v 1 VARONES hermanos y padres, oid la razón que ahora os doy.
\v 2 (Y como oyeron que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio.) Y dijo:
\s5
\v 3 Yo de cierto soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, mas criado en esta ciudad á los pies de Gamaliel, enseñado conforme á la verdad de la ley de la patria, celoso de Dios, como todos vosotros sois hoy.
\v 4 Que he perseguido este camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles hombres y mujeres:
\v 5 Como también el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también tomando letras á los hermanos, iba á Damasco para traer presos á Jerusalem aun á los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.
\s5
\v 6 Mas aconteció que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como á medio día, de repente me rodeó mucha luz del cielo:
\v 7 Y caí en el suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
\v 8 Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, á quien tú persigues.
\s5
\v 9 Y los que estaban conmigo vieron á la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.
\v 10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve á Damasco, y allí te será dicho todo lo que te está señalado hacer.
\v 11 Y como yo no viese por causa de la claridad de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine á Damasco.
\s5
\v 12 Entonces un Ananías, varón pío conforme á la ley, que tenía buen testimonio de todos los Judíos que allí moraban,
\v 13 Viniendo á mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella hora le miré.
\s5
\v 14 Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha predestinado para que conocieses su voluntad, y vieses á aquel Justo, y oyeses la voz de su boca.
\v 15 Porque has de ser testigo suyo á todos los hombres, de lo que has visto y oído.
\v 16 Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.
\s5
\v 17 Y me aconteció, vuelto á Jerusalem, que orando en el templo, fuí arrebatado fuera de mí.
\v 18 Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prestamente fuera de Jerusalem; porque no recibirán tu testimonio de mí.
\s5
\v 19 Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encerraba en cárcel, y hería por las sinagogas á los que creían en ti;
\v 20 Y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo también estaba presente, y consentía á su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.
\v 21 Y me dijo: Ve, porque yo te tengo que enviar lejos á los Gentiles.
\s5
\v 22 Y le oyeron hasta esta palabra: entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra á un tal hombre, porque no conviene que viva.
\v 23 Y dando ellos voces, y arrojando sus ropas y echando polvo al aire,
\v 24 Mandó el tribuno que le llevasen á la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.
\s5
\v 25 Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar á un hombre Romano sin ser condenado?
\v 26 Y como el centurión oyó esto, fué y dió aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas á hacer? porque este hombre es Romano.
\s5
\v 27 Y viniendo el tribuno, le dijo: Dime, ¿eres tú Romano? Y él dijo: Sí.
\v 28 Y respondió el tribuno: Yo con grande suma alcancé esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.
\v 29 Así que, luego se apartaron de él los que le habían de atormentar: y aun el tribuno también tuvo temor, entendido que era Romano, por haberle atado.
\s5
\v 30 Y al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por qué era acusado de los Judíos, le soltó de las prisiones, y mandó venir á los príncipes de los sacerdotes, y á todo su concilio: y sacando á Pablo, le presentó delante de ellos.
\s5
\c 23
\p
\v 1 ENTONCES Pablo, poniendo los ojos en el concilio, dice: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he conversado delante de Dios hasta el día de hoy.
\v 2 El príncipe de los sacerdotes, Ananías, mandó entonces á los que estaban delante de él, que le hiriesen en la boca.
\v 3 Entonces Pablo le dijo: Herirte ha Dios, pared blanqueada: ¿y estás tú sentado para juzgarme conforme á la ley, y contra la ley me mandas herir?
\s5
\v 4 Y los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios maldices?
\v 5 Y Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: Al príncipe de tu pueblo no maldecirás.
\s5
\v 6 Entonces Pablo, sabiendo que la una parte era de Saduceos, y la otra de Fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy Fariseo, hijo de Fariseo: de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy yo juzgado.
\v 7 Y como hubo dicho esto, fué hecha disensión entre los Fariseos y los Saduceos; y la multitud fué dividida.
\v 8 Porque los Saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; mas los Fariseos confiesan ambas cosas.
\s5
\v 9 Y levantóse un gran clamor: y levantándose los escribas de la parte de los Fariseos, contendían diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si espíritu le ha hablado, ó ángel, no resistamos á Dios.
\v 10 Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado de ellos, mandó venir soldados, y arrebatarle de en medio de ellos, y llevarle á la fortaleza.
\s5
\v 11 Y la noche siguiente, presentándosele el Señor, le dijo: Confía, Pablo; que como has testificado de mí en Jerusalem, así es menester testifiques también en Roma.
\s5
\v 12 Y venido el día, algunos de los Judíos se juntaron, é hicieron voto bajo de maldición, diciendo que ni comerían ni beberían hasta que hubiesen muerto á Pablo.
\v 13 Y eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración;
\s5
\v 14 Los cuales se fueron á los príncipes de los sacerdotes y á los ancianos, y dijeron: Nosotros hemos hecho voto debajo de maldición, que no hemos de gustar nada hasta que hayamos muerto á Pablo.
\v 15 Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le saque mañana á vosotros como que queréis entender de él alguna cosa más cierta; y nosotros, antes que él llegue, estaremos aparejados para matarle.
\s5
\v 16 Entonces un hijo de la hermana de Pablo, oyendo las asechanzas, fué, y entró en la fortaleza, y dió aviso á Pablo.
\v 17 Y Pablo, llamando á uno de los centuriones, dice: Lleva á este mancebo al tribuno, porque tiene cierto aviso que darle.
\s5
\v 18 El entonces tomándole, le llevó al tribuno, y dijo: El preso Pablo, llamándome, me rogó que trajese á ti este mancebo, que tiene algo que hablarte.
\v 19 Y el tribuno, tomándole de la mano y retirándose aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme?
\s5
\v 20 Y él dijo: Los Judíos han concertado rogarte que mañana saques á Pablo al concilio, como que han de inquirir de él alguna cosa más cierta.
\v 21 Mas tú no los creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales han hecho voto debajo de maldición, de no comer ni beber hasta que le hayan muerto; y ahora están apercibidos esperando tu promesa.
\s5
\v 22 Entonces el tribuno despidió al mancebo, mandándole que á nadie dijese que le había dado aviso de esto.
\v 23 Y llamados dos centuriones, mandó que apercibiesen para la hora tercia de la noche doscientos soldados, que fuesen hasta Cesarea, y setenta de á caballo, y doscientos lanceros;
\v 24 Y que aparejasen cabalgaduras en que poniendo á Pablo, le llevasen en salvo á Félix el Presidente.
\s5
\v 25 Y escribió una carta en estos términos:
\v 26 Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud.
\v 27 A este hombre, aprehendido de los Judíos, y que iban ellos á matar, libré yo acudiendo con la tropa, habiendo entendido que era Romano.
\s5
\v 28 Y queriendo saber la causa por qué le acusaban, le llevé al concilio de ellos:
\v 29 Y hallé que le acusaban de cuestiones de la ley de ellos, y que ningún crimen tenía digno de muerte ó de prisión.
\v 30 Mas siéndome dado aviso de asechanzas que le habían aparejado los Judíos, luego al punto le he enviado á ti, intimando también á los acusadores que traten delante de ti lo que tienen contra él. Pásalo bien.
\s5
\v 31 Y los soldados, tomando á Pablo como les era mandado, lleváronle de noche á Antipatris.
\v 32 Y al día siguiente, dejando á los de á caballo que fuesen con él, se volvieron á la fortaleza.
\v 33 Y como llegaron á Cesarea, y dieron la carta al gobernador, presentaron también á Pablo delante de él.
\s5
\v 34 Y el gobernador, leída la carta, preguntó de qué provincia era; y entendiendo que de Cilicia,
\v 35 Te oiré, dijo, cuando vinieren tus acusadores. Y mandó que le guardasen en el pretorio de Herodes.
\s5
\c 24
\p
\v 1 Y CINCO días después descendió el sumo sacerdote Ananías, con algunos de los ancianos, y un cierto Tértulo, orador; y parecieron delante del gobernador contra Pablo.
\v 2 Y citado que fué, Tértulo comenzó á acusar, diciendo: Como por causa tuya vivamos en grande paz, y muchas cosas sean bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia,
\v 3 Siempre y en todo lugar lo recibimos con todo hacimiento de gracias, oh excelentísimo Félix.
\s5
\v 4 Empero por no molestarte más largamente, ruégote que nos oigas brevemente conforme á tu equidad.
\v 5 Porque hemos hallado que este hombre es pestilencial, y levantador de sediciones entre todos los Judíos por todo el mundo, y príncipe de la secta de los Nazarenos:
\v 6 El cual también tentó á violar el templo; y prendiéndole, le quisimos juzgar conforme á nuestra ley:
\s5
\v 7 Mas interviniendo el tribuno Lisias, con grande violencia le quitó de nuestras manos,
\v 8 Mandando á sus acusadores que viniesen á ti; del cual tú mismo juzgando, podrás entender todas estas cosas de que le acusamos.
\v 9 Y contendían también los Judíos, diciendo ser así estas cosas.
\s5
\v 10 Entonces Pablo, haciéndole el gobernador señal que hablase, respondió: Porque sé que muchos años ha eres gobernador de esta nación, con buen ánimo satisfaré por mí.
\v 11 Porque tú puedes entender que no hace más de doce días que subí á adorar á Jerusalem;
\v 12 Y ni me hallaron en el templo disputando con ninguno, ni haciendo concurso de multitud, ni en sinagogas, ni en la ciudad;
\v 13 Ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan.
\s5
\v 14 Esto empero te confieso, que conforme á aquel Camino que llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas;
\v 15 Teniendo esperanza en Dios que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, la cual también ellos esperan.
\v 16 Y por esto, procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de Dios y acerca de los hombres.
\s5
\v 17 Mas pasados muchos años, vine á hacer limosnas á mi nación, y ofrendas,
\v 18 Cuando me hallaron purificado en el templo (no con multitud ni con alboroto) unos Judíos de Asia;
\v 19 Los cuales debieron comparecer delante de ti, y acusarme, si contra mí tenían algo.
\s5
\v 20 O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando yo estuve en el concilio,
\v 21 Si no sea que, estando entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los muertos soy hoy juzgado de vosotros.
\s5
\v 22 Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de esta secta, les puso dilación, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias acabaré de conocer de vuestro negocio.
\v 23 Y mandó al centurión que Pablo fuese guardado, y aliviado de las prisiones; y que no vedase á ninguno de sus familiares servirle, ó venir á él.
\s5
\v 24 Y algunos días después, viniendo Félix con Drusila, su mujer, la cual era Judía, llamó á Pablo, y oyó de él la fe que es en Jesucristo.
\v 25 Y disertando él de la justicia, y de la continencia, y del juicio venidero, espantado Félix, respondió: Ahora vete; mas en teniendo oportunidad te llamaré:
\s5
\v 26 Esperando también con esto, que de parte de Pablo le serían dados dineros, porque le soltase; por lo cual, haciéndole venir muchas veces, hablaba con él.
\v 27 Mas al cabo de dos años recibió Félix por sucesor á Porcio Festo: y queriendo Félix ganar la gracia de los Judíos, dejó preso á Pablo.
\s5
\c 25
\p
\v 1 FESTO pues, entrado en la provincia, tres días después subió de Cesarea á Jerusalem.
\v 2 Y vinieron á él los príncipes de los sacerdotes y los principales de los Judíos contra Pablo; y le rogaron,
\v 3 Pidiendo gracia contra él, que le hiciese traer á Jerusalem, poniendo ellos asechanzas para matarle en el camino.
\s5
\v 4 Mas Festo respondió, que Pablo estaba guardado en Cesarea, y que él mismo partiría presto.
\v 5 Los que de vosotros pueden, dijo, desciendan juntamente; y si hay algún crimen en este varón, acúsenle.
\s5
\v 6 Y deteniéndose entre ellos no más de ocho ó diez días, venido á Cesarea, el siguiente día se sentó en el tribunal, y mandó que Pablo fuese traído.
\v 7 El cual venido, le rodearon los Judíos que habían venido de Jerusalem, poniendo contra Pablo muchas y graves acusaciones, las cuales no podían probar;
\v 8 Alegando él por su parte: Ni contra la ley de los Judíos, ni contra el templo, ni contra César he pecado en nada.
\s5
\v 9 Mas Festo, queriendo congraciarse con los Judíos, respondiendo á Pablo, dijo: ¿Quieres subir á Jerusalem, y allá ser juzgado de estas cosas delante de mí?
\v 10 Y Pablo dijo: Ante el tribunal de César estoy, donde conviene que sea juzgado. A los Judíos no he hecho injuria ninguna, como tú sabes muy bien.
\s5
\v 11 Porque si alguna injuria, ó cosa alguna digna de muerte he hecho, no rehuso morir; mas si nada hay de las cosas de que éstos me acusan, nadie puede darme á ellos. A César apelo.
\v 12 Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondió: ¿A César has apelado? á César irás.
\s5
\v 13 Y pasados algunos días, el rey Agripa y Bernice vinieron á Cesarea á saludar á Festo.
\v 14 Y como estuvieron allí muchos días, Festo declaró la causa de Pablo al rey, diciendo: Un hombre ha sido dejado preso por Félix,
\v 15 Sobre el cual, cuando fuí á Jerusalem, vinieron á mí los príncipes de los sacerdotes y los ancianos de los Judíos, pidiendo condenación contra él:
\v 16 A los cuales respondí, no ser costumbre de los Romanos dar alguno á la muerte antes que el que es acusado tenga presentes sus acusadores, y haya lugar de defenderse de la acusación.
\s5
\v 17 Así que, habiendo venido ellos juntos acá, sin ninguna dilación, al día siguiente, sentado en el tribunal, mandé traer al hombre;
\v 18 Y estando presentes los acusadores, ningún cargo produjeron de los que yo sospechaba:
\v 19 Solamente tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su superstición, y de un cierto Jesús, difunto, el cual Pablo afirmaba que estaba vivo.
\v 20 Y yo, dudando en cuestión semejante, dije, si quería ir á Jerusalem, y allá ser juzgado de estas cosas.
\s5
\v 21 Mas apelando Pablo á ser guardado al conocimiento de Augusto, mandé que le guardasen hasta que le enviara á César.
\v 22 Entonces Agripa dijo á Festo: Yo también quisiera oir á ese hombre. Y él dijo: Mañana le oirás.
\s5
\v 23 Y al otro día, viniendo Agripa y Bernice con mucho aparato, y entrando en la audiencia con los tribunos y principales hombres de la ciudad, por mandato de Festo, fué traído Pablo.
\v 24 Entonces Festo dijo: Rey Agripa, y todos los varones que estáis aquí juntos con nosotros: veis á éste, por el cual toda la multitud de los Judíos me ha demandado en Jerusalem y aquí, dando voces que no conviene que viva más;
\s5
\v 25 Mas yo, hallando que ninguna cosa digna de muerte ha hecho, y él mismo apelando á Augusto, he determinado enviarle:
\v 26 Del cual no tengo cosa cierta que escriba al señor; por lo que le he sacado á vosotros, y mayormente á tí, oh rey Agripa, para que hecha información, tenga yo qué escribir.
\v 27 Porque fuera de razón me parece enviar un preso, y no informar de las causas.
\s5
\c 26
\p
\v 1 ENTONCES Agripa dijo á Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó á responder por sí, diciendo:
\v 2 Acerca de todas las cosas de que soy acusado por los Judíos, oh rey Agripa, me tengo por dichoso de que haya hoy de defenderme delante de ti;
\v 3 Mayormente sabiendo tú todas las costumbres y cuestiones que hay entre los Judíos: por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
\s5
\v 4 Mi vida pues desde la mocedad, la cual desde el principio fué en mi nación, en Jerusalem, todos los Judíos la saben:
\v 5 Los cuales tienen ya conocido que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme á la más rigurosa secta de nuestra religión he vivido Fariseo.
\s5
\v 6 Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios á nuestros padres, soy llamado en juicio;
\v 7 A la cual promesa nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan que han de llegar. Por la cual esperanza, oh rey Agripa, soy acusado de los Judíos.
\v 8 ¡Qué! ¿Júzgase cosa increíble entre vosotros que Dios resucite los muertos?
\s5
\v 9 Yo ciertamente había pensado deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret:
\v 10 Lo cual también hice en Jerusalem, y yo encerré en cárceles á muchos de los santos, recibida potestad de los príncipes de los sacerdotes; y cuando eran matados, yo dí mi voto.
\v 11 Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forcé á blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extrañas.
\s5
\v 12 En lo cual ocupado, yendo á Damasco con potestad y comisión de los príncipes de los sacerdotes,
\v 13 En mitad del día, oh rey, vi en el camino una luz del cielo, que sobrepujaba el resplandor del sol, la cual me rodeó y á los que iban conmigo.
\v 14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
\s5
\v 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, á quien tú persigues.
\v 16 Mas levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré á ti:
\v 17 Librándote del pueblo y de los Gentiles, á los cuales ahora te envío,
\v 18 Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas á la luz, y de la potestad de Satanás á Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados.
\s5
\v 19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fuí rebelde á la visión celestial:
\v 20 Antes anuncié primeramente á los que están en Damasco, y Jerusalem, y por toda la tierra de Judea, y á los Gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen á Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
\v 21 Por causa de esto los Judíos, tomándome en el templo, tentaron matarme.
\s5
\v 22 Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio á pequeños y á grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de venir:
\v 23 Que Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y á los Gentiles.
\s5
\v 24 Y diciendo él estas cosas en su defensa, Festo á gran voz dijo: Estás loco, Pablo: las muchas letras te vuelven loco.
\v 25 Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de templanza.
\v 26 Pues el rey sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente. Pues no pienso que ignora nada de esto; pues no ha sido esto hecho en algún rincón.
\s5
\v 27 ¿Crees, rey Agripa, á los profetas? Yo sé que crees.
\v 28 Entonces Agripa dijo á Pablo: Por poco me persuades á ser Cristiano.
\v 29 Y Pablo dijo: ¡Pluguiese á Dios que por poco ó por mucho, no solamente tú, mas también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas prisiones!
\s5
\v 30 Y como hubo dicho estas cosas, se levantó el rey, y el presidente, y Bernice, y los que se habían sentado con ellos;
\v 31 Y como se retiraron aparte, hablaban los unos á los otros, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte, ni de prisión, hace este hombre.
\v 32 Y Agripa dijo á Festo: Podía este hombre ser suelto, si no hubiera apelado á César.
\s5
\c 27
\p
\v 1 MAS como fué determinado que habíamos de navegar para Italia, entregaron á Pablo y á algunos otros presos á un centurión, llamado Julio, de la compañía Augusta.
\v 2 Así que, embarcándonos en una nave Adrumentina, partimos, estando con nosotros Aristarco, Macedonio de Tesalónica, para navegar junto á los lugares de Asia.
\s5
\v 3 Y otro día llegamos á Sidón; y Julio, tratando á Pablo con humanidad, permitióle que fuese á los amigos, para ser de ellos asistido.
\v 4 Y haciéndonos á la vela desde allí, navegamos bajo de Cipro, porque los vientos eran contrarios.
\v 5 Y habiendo pasado la mar de Cilicia y Pamphylia, arribamos á Mira, ciudad de Licia.
\v 6 Y hallando allí el centurión una nave Alejandrina que navegaba á Italia, nos puso en ella.
\s5
\v 7 Y navegando muchos días despacio, y habiendo apenas llegado delante de Gnido, no dejándonos el viento, navegamos bajo de Creta, junto á Salmón.
\v 8 Y costeándola difícilmente, llegamos á un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
\s5
\v 9 Y pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, porque ya era pasado el ayuno, Pablo amonestaba,
\v 10 Diciéndoles: Varones, veo que con trabajo y mucho daño, no sólo de la cargazón y de la nave, mas aun de nuestras personas, habrá de ser la navegación.
\v 11 Mas el centurión creía más al piloto y al patrón de la nave, que á lo que Pablo decía.
\s5
\v 12 Y no habiendo puerto cómodo para invernar, muchos acordaron pasar aún de allí, por si pudiesen arribar á Fenice é invernar allí, que es un puerto de Creta que mira al Nordeste y Sudeste.
\v 13 Y soplando el austro, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, alzando velas, iban cerca de la costa de Creta.
\s5
\v 14 Mas no mucho después dió en ella un viento repentino, que se llama Euroclidón.
\v 15 Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo resistir contra el viento, la dejamos, y éramos llevados.
\v 16 Y habiendo corrido á sotavento de una pequeña isla que se llama Clauda, apenas pudimos ganar el esquife:
\s5
\v 17 El cual tomado, usaban de remedios, ciñendo la nave; y teniendo temor de que diesen en la Sirte, abajadas las velas, eran así llevados.
\v 18 Mas siendo atormentados de una vehemente tempestad, al siguiente día alijaron;
\s5
\v 19 Y al tercer día nosotros con nuestras manos arrojamos los aparejos de la nave.
\v 20 Y no pareciendo sol ni estrellas por muchos días, y viniendo una tempestad no pequeña, ya era perdida toda la esperanza de nuestra salud.
\s5
\v 21 Entonces Pablo, habiendo ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Fuera de cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no partir de Creta, y evitar este inconveniente y daño.
\v 22 Mas ahora os amonesto que tengáis buen ánimo; porque ninguna pérdida habrá de persona de vosotros, sino solamente de la nave.
\s5
\v 23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios del cual yo soy, y al cual sirvo,
\v 24 Diciendo: Pablo, no temas; es menester que seas presentado delante de César; y he aquí, Dios te ha dado todos los que navegan contigo.
\v 25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como me ha dicho;
\v 26 Si bien es menester que demos en una isla.
\s5
\v 27 Y venida la décimacuarta noche, y siendo llevados por el mar Adriático, los marineros á la media noche sospecharon que estaban cerca de alguna tierra;
\v 28 Y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante, volviendo á echar la sonda, hallaron quince brazas.
\v 29 Y habiendo temor de dar en lugares escabrosos, echando cuatro anclas de la popa, deseaban que se hiciese de día.
\s5
\v 30 Entonces procurando los marineros huir de la nave, echado que hubieron el esquife á la mar, aparentando como que querían largar las anclas de proa,
\v 31 Pablo dijo al centurión y á los soldados: Si éstos no quedan en la nave, vosotros no podéis salvaros.
\v 32 Entonces los soldados cortaron los cabos del esquife, y dejáronlo perder.
\s5
\v 33 Y como comenzó á ser de día, Pablo exhortaba á todos que comiesen, diciendo: Este es el décimocuarto día que esperáis y permanecéis ayunos, no comiendo nada.
\v 34 Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud: que ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.
\v 35 Y habiendo dicho esto, tomando el pan, hizo gracias á Dios en presencia de todos, y partiendo, comenzó á comer.
\s5
\v 36 Entonces todos teniendo ya mejor ánimo, comieron ellos también.
\v 37 Y éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis.
\v 38 Y satisfechos de comida, aliviaban la nave, echando el grano á la mar.
\s5
\v 39 Y como se hizo de día, no conocían la tierra: mas veían un golfo que tenía orilla, al cual acordaron echar, si pudiesen, la nave.
\v 40 Cortando pues las anclas, las dejaron en la mar, largando también las ataduras de los gobernalles; y alzada la vela mayor al viento, íbanse á la orilla.
\v 41 Mas dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, estaba sin moverse, y la popa se abría con la fuerza de la mar.
\s5
\v 42 Entonces el acuerdo de los soldados era que matasen los presos, porque ninguno se fugase nadando.
\v 43 Mas el centurión, queriendo salvar á Pablo, estorbó este acuerdo, y mandó que los que pudiesen nadar, se echasen los primeros, y saliesen á tierra;
\v 44 Y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo á tierra.
\s5
\c 28
\p
\v 1 Y CUANDO escapamos, entonces supimos que la isla se llamaba Melita.
\v 2 Y los bárbaros nos mostraron no poca humanidad; porque, encendido un fuego, nos recibieron á todos, á causa de la lluvia que venía, y del frío.
\s5
\v 3 Entonces habiendo Pablo recogido algunos sarmientos, y puéstolos en el fuego, una víbora, huyendo del calor, le acometió á la mano.
\v 4 Y como los bárbaros vieron la víbora colgando de su mano, decían los unos á los otros: Ciertamente este hombre es homicida, á quien, escapado de la mar, la justicia no deja vivir.
\s5
\v 5 Mas él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún mal padeció.
\v 6 Empero ellos estaban esperando cuándo se había de hinchar, ó caer muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, mudados, decían que era un dios.
\s5
\v 7 En aquellos lugares había heredades del principal de la isla, llamado Publio, el cual nos recibió y hospedó tres días humanamente.
\v 8 Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebres y de disentería: al cual Pablo entró, y después de haber orado, le puso las manos encima, y le sanó:
\v 9 Y esto hecho, también los otros que en la isla tenían enfermedades, llegaban, y eran sanados:
\v 10 Los cuales también nos honraron con muchos obsequios; y cuando partimos, nos cargaron de las cosas necesarias.
\s5
\v 11 Así que, pasados tres meses, navegamos en una nave Alejandrina que había invernado en la isla, la cual tenía por enseña á Cástor y Pólux.
\v 12 Y llegados á Siracusa, estuvimos allí tres días.
\s5
\v 13 De allí, costeando alrededor, vinimos á Regio; y otro día después, soplando el austro, vinimos al segundo día á Puteolos:
\v 14 Donde habiendo hallado hermanos, nos rogaron que quedásemos con ellos siete días; y luego vinimos á Roma;
\v 15 De donde, oyendo de nosotros los hermanos, nos salieron á recibir hasta la plaza de Appio, y Las Tres Tabernas: á los cuales como Pablo vió, dió gracias á Dios, y tomó aliento.
\s5
\v 16 Y como llegamos á Roma, el centurión entregó los presos al prefecto de los ejércitos, mas á Pablo fué permitido estar por sí, con un soldado que le guardase.
\v 17 Y aconteció que tres días después, Pablo convocó á los principales de los Judíos; á los cuales, luego que estuvieron juntos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra los ritos de la patria, he sido entregado preso desde Jerusalem en manos de los Romanos;
\v 18 Los cuales, habiéndome examinado, me querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte.
\s5
\v 19 Mas contradiciendo los Judíos, fuí forzado á apelar á César; no que tenga de qué acusar á mi nación.
\v 20 Así que, por esta causa, os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy rodeado de esta cadena.
\s5
\v 21 Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido cartas tocante á ti de Judea, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado ó hablado algún mal de ti.
\v 22 Mas querríamos oir de ti lo que sientes; porque de esta secta notorio nos es que en todos lugares es contradicha.
\s5
\v 23 Y habiéndole señalado un día, vinieron á él muchos á la posada, á los cuales declaraba y testificaba el reino de Dios, persuadiéndoles lo concerniente á Jesús, por la ley de Moisés y por los profetas, desde la mañana hasta la tarde.
\v 24 Y algunos asentían á lo que se decía, mas algunos no creían.
\s5
\v 25 Y como fueron entre sí discordes, se fueron, diciendo Pablo esta palabra: Bien ha hablado el Espíritu Santo por el profeta Isaías á nuestros padres,
\v 26 Diciendo: Ve á este pueblo, y di les: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis:
\s5
\v 27 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y de los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos taparon; porque no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.
\s5
\v 28 Séaos pues notorio que á los Gentiles es enviada esta salud de Dios: y ellos oirán.
\v 29 Y habiendo dicho esto, los Judíos salieron, teniendo entre sí gran contienda.
\s5
\v 30 Pablo empero, quedó dos años enteros en su casa de alquiler, y recibía á todos los que á él venían,
\v 31 Predicando el reino de Dios y enseñando lo que es del Señor Jesucristo con toda libertad, sin impedimento.

686
46-ROM.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,686 @@
\id ROM Paul's Letter to the Romans - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Romanos
\toc1 Romanos
\toc2 Romanos
\toc3 rom
\mt1 Romanos
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, siervo de Jesucristo, llamado á ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,
\v 2 Que él había antes prometido por sus profetas en las santas Escrituras,
\v 3 Acerca de su Hijo, (que fué hecho de la simiente de David según la carne;
\s5
\v 4 El cual fué declarado Hijo de Dios con potencia, según el espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos), de Jesucristo Señor nuestro,
\v 5 Por el cual recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia de la fe en todas las naciones en su nombre,
\v 6 Entre las cuales sois también vosotros, llamados de Jesucristo:
\s5
\v 7 A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados santos: Gracia y paz tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
\s5
\v 8 Primeramente, doy gracias á mi Dios por Jesucristo acerca de todos vosotros, de que vuestra fe es predicada en todo el mundo.
\v 9 Porque testigo me es Dios, al cual sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, que sin cesar me acuerdo de vosotros siempre en mis oraciones,
\v 10 Rogando, si al fin algún tiempo haya de tener, por la voluntad de Dios, próspero viaje para ir á vosotros.
\s5
\v 11 Porque os deseo ver, para repartir con vosotros algún don espiritual, para confirmaros;
\v 12 Es á saber, para ser juntamente consolado con vosotros por la común fe vuestra y juntamente mía.
\s5
\v 13 Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir á vosotros (empero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás Gentiles.
\v 14 A Griegos y á bárbaros, á sabios y á no sabios soy deudor.
\v 15 Así que, cuanto á mí, presto estoy á anunciar el evangelio también á vosotros que estáis en Roma.
\s5
\v 16 Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para salud á todo aquel que cree; al Judío primeramente y también al Griego.
\v 17 Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe.
\s5
\v 18 Porque manifiesta es la ira de Dios del cielo contra toda impiedad é injusticia de los hombres, que detienen la verdad con injusticia:
\v 19 Porque lo que de Dios se conoce, á ellos es manifiesto; porque Dios se lo manifestó.
\s5
\v 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables:
\v 21 Porque habiendo conocido á Dios, no le glorificaron como á Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fué entenebrecido.
\s5
\v 22 Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos,
\v 23 Y trocaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves, y de animales de cuatro pies, y de serpientes.
\s5
\v 24 Por lo cual también Dios los entregó á inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de suerte que contaminaron sus cuerpos entre sí mismos:
\v 25 Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo á las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
\s5
\v 26 Por esto Dios los entregó á afectos vergonzosos; pues aun sus mujeres mudaron el natural uso en el uso que es contra naturaleza:
\v 27 Y del mismo modo también los hombres, dejando el uso natural de las mujeres, se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la recompensa que convino á su extravío.
\s5
\v 28 Y como á ellos no les pareció tener á Dios en su noticia, Dios los entregó á una mente depravada, para hacer lo que no conviene,
\s5
\v 29 Estando atestados de toda iniquidad, de fornicación, de malicia, de avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engaños, de malignidades;
\v 30 Murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes á los padres,
\v 31 Necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia:
\s5
\v 32 Que, habiendo entendido el juicio de Dios que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, mas aun consienten á los que las hacen.
\s5
\c 2
\p
\v 1 POR lo cual eres inexcusable, oh hombre, cualquiera que juzgas: porque en lo que juzgas á otro, te condenas á ti mismo; porque lo mismo haces, tú que juzgas.
\v 2 Mas sabemos que el juicio de Dios es según verdad contra los que hacen tales cosas.
\s5
\v 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas á los que hacen tales cosas, y haces las mismas, que tú escaparás del juicio de Dios?
\v 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, y paciencia, y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía á arrepentimiento?
\s5
\v 5 Mas por tu dureza, y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios;
\v 6 El cual pagará á cada uno conforme á sus obras:
\v 7 A los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra é inmortalidad, la vida eterna.
\s5
\v 8 Mas á los que son contenciosos, y no obedecen á la verdad, antes obedecen á la injusticia, enojo é ira;
\v 9 Tribulación y angustia sobre toda persona humana que obra lo malo, el Judío primeramente, y también el Griego:
\s5
\v 10 Mas gloria y honra y paz á cualquiera que obra el bien, al Judío primeramente, y también al Griego.
\v 11 Porque no hay acepción de personas para con Dios.
\v 12 Porque todos los que sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados:
\s5
\v 13 Porque no los oidores de la ley son justos para con Dios, mas los hacedores de la ley serán justificados.
\v 14 Porque los Gentiles que no tienen ley, naturalmente haciendo lo que es de la ley, los tales, aunque no tengan ley, ellos son ley á sí mismos:
\s5
\v 15 Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio juntamente sus conciencias, y acusándose y también excusándose sus pensamientos unos con otros;
\v 16 En el día que juzgará el Señor lo encubierto de los hombres, conforme á mi evangelio, por Jesucristo.
\s5
\v 17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de Judío, y estás reposado en la ley, y te glorías en Dios,
\v 18 Y sabes su voluntad, y apruebas lo mejor, instruído por la ley;
\v 19 Y confías que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
\v 20 Enseñador de los que no saben, maestro de niños, que tienes la forma de la ciencia y de la verdad en la ley:
\s5
\v 21 Tú pues, que enseñas á otro, ¿no te enseñas á ti mismo? ¿Tú, que predicas que no se ha de hurtar, hurtas?
\v 22 ¿Tú, que dices que no se ha de adulterar, adulteras? ¿Tú, que abominas los ídolos, cometes sacrilegio?
\s5
\v 23 ¿Tú, que te jactas de la ley, con infracción de la ley deshonras á Dios?
\v 24 Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre los Gentiles, como está escrito.
\s5
\v 25 Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardares la ley; mas si eres rebelde á la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión.
\v 26 De manera que, si el incircunciso guardare las justicias de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión por circuncisión?
\v 27 Y lo que de su natural es incircunciso, guardando perfectamente la ley, te juzgará á ti, que con la letra y con la circuncisión eres rebelde á la ley.
\s5
\v 28 Porque no es Judío el que lo es en manifiesto; ni la circuncisión es la que es en manifiesto en la carne:
\v 29 Mas es Judío el que lo es en lo interior; y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no es de los hombres, sino de Dios.
\s5
\c 3
\p
\v 1 ¿QUÉ, pues, tiene más el Judío? ¿ó qué aprovecha la circuncisión?
\v 2 Mucho en todas maneras. Lo primero ciertamente, que la palabra de Dios les ha sido confiada.
\s5
\v 3 ¿Pues qué si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿la incredulidad de ellos habrá hecho vana la verdad de Dios?
\v 4 En ninguna manera; antes bien sea Dios verdadero, mas todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus dichos, y venzas cuando de ti se juzgare.
\s5
\v 5 Y si nuestra iniquidad encarece la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (hablo como hombre.)
\v 6 En ninguna manera: de otra suerte ¿cómo juzgaría Dios el mundo?
\s5
\v 7 Empero si la verdad de Dios por mi mentira creció á gloria suya, ¿por qué aun así yo soy juzgado como pecador?
\v 8 ¿Y por qué no decir (como somos blasfemados, y como algunos dicen que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? la condenación de los cuales es justa.
\s5
\v 9 ¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera: porque ya hemos acusado á Judíos y á Gentiles, que todos están debajo de pecado.
\v 10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;
\s5
\v 11 No hay quien entienda, no hay quien busque á Dios;
\v 12 Todos se apartaron, á una fueron hechos inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno:
\s5
\v 13 Sepulcro abierto es su garganta; con sus lenguas tratan engañosamente; veneno de áspides está debajo de sus labios;
\v 14 Cuya boca está llena de maledicencia y de amargura;
\s5
\v 15 Sus pies son ligeros á derramar sangre;
\v 16 Quebrantamiento y desventura hay en sus caminos;
\v 17 Y camino de paz no conocieron:
\v 18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.
\s5
\v 19 Empero sabemos que todo lo que la ley dice, á los que están en la ley lo dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete á Dios:
\v 20 Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.
\s5
\v 21 Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas:
\v 22 La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él; porque no hay diferencia;
\s5
\v 23 Por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios;
\v 24 Siendo justificados gratuitamente por su gracia, por la redención que es en Cristo Jesús;
\s5
\v 25 Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento á haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
\v 26 Con la mira de manifestar su justicia en este tiempo: para que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
\s5
\v 27 ¿Dónde pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe.
\v 28 Así que, concluímos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la ley.
\s5
\v 29 ¿Es Dios solamente Dios de los Judíos? ¿No es también Dios de los Gentiles? Cierto, también de los Gentiles.
\v 30 Porque uno es Dios, el cual justificará por la fe la circuncisión, y por medio de la fe la incircuncisión.
\s5
\v 31 ¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley.
\s5
\c 4
\p
\v 1 ¿QUÉ, pues, diremos que halló Abraham nuestro padre según la carne?
\v 2 Que si Abraham fué justificado por la obras, tiene de qué gloriarse; mas no para con Dios.
\v 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Y creyó Abraham á Dios, y le fué atribuído á justicia.
\s5
\v 4 Empero al que obra, no se le cuenta el salario por merced, sino por deuda.
\v 5 Mas al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia.
\s5
\v 6 Como también David dice ser bienaventurado el hombre al cual Dios atribuye justicia sin obras,
\v 7 Diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos.
\v 8 Bienaventurado el varón al cual el Señor no imputó pecado.
\s5
\v 9 ¿Es pues esta bienaventuranza solamente en la circuncisión, ó también en la incircuncisión? porque decimos que á Abraham fué contada la fe por justicia.
\v 10 ¿Cómo pues le fué contada? ¿en la circuncisión, ó en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión.
\s5
\v 11 Y recibió la circuncisión por señal, por sello de la justicia de la fe que tuvo en la incircuncisión: para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, para que también á ellos les sea contado por justicia;
\v 12 Y padre de la circuncisión, no solamente á los que son de la circuncisión, mas también á los que siguen las pisadas de la fe que fué en nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
\s5
\v 13 Porque no por la ley fué dada la promesa á Abraham ó á su simiente, que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
\v 14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa.
\v 15 Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
\s5
\v 16 Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme á toda simiente, no solamente al que es de la ley, mas también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros,
\v 17 (Como está escrito: Que por padre de muchas gentes te he puesto) delante de Dios, al cual creyó; el cual da vida á los muertos, y llama las cosas que no son, como las que son.
\s5
\v 18 El creyó en esperanza contra esperanza, para venir á ser padre de muchas gentes, conforme á lo que le había sido dicho: Así será tu simiente.
\v 19 Y no se enflaqueció en la fe, ni consideró su cuerpo ya muerto (siendo ya de casi cien años), ni la matriz muerta de Sara;
\s5
\v 20 Tampoco en la promesa de Dios dudó con desconfianza: antes fué esforzado en fe, dando gloria á Dios,
\v 21 Plenamente convencido de que todo lo que había prometido, era también poderoso para hacerlo.
\v 22 Por lo cual también le fué atribuído á justicia.
\s5
\v 23 Y no solamente por él fué escrito que le haya sido imputado;
\v 24 Sino también por nosotros, á quienes será imputado, esto es, á los que creemos en el que levantó de los muertos á Jesús Señor nuestro,
\v 25 El cual fué entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación.
\s5
\c 5
\p
\v 1 JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo:
\v 2 Por el cual también tenemos entrada por la fe á esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
\s5
\v 3 Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
\v 4 Y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
\v 5 Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.
\s5
\v 6 Porque Cristo, cuando aun éramos flacos, á su tiempo murió por los impíos.
\v 7 Ciertamente apenas muere alguno por un justo: con todo podrá ser que alguno osara morir por el bueno.
\s5
\v 8 Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
\v 9 Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
\s5
\v 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
\v 11 Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por el cual hemos ahora recibido la reconciliación.
\s5
\v 12 De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.
\v 13 Porque hasta la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley.
\s5
\v 14 No obstante, reinó la muerte desde Adam hasta Moisés, aun en los que no pecaron á la manera de la rebelión de Adam; el cual es figura del que había de venir.
\v 15 Mas no como el delito, tal fué el don: porque si por el delito de aquel uno murieron los muchos, mucho más abundó la gracia de Dios á los muchos, y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo.
\s5
\v 16 Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don: porque el juicio á la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de muchos delitos para justificación.
\v 17 Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más reinarán en vida por un Jesucristo los que reciben la abundancia de la gracia, y del don de la justicia.
\s5
\v 18 Así que, de la manera que por un delito vino la culpa á todos los hombres para condenación, así por una justicia vino la gracia á todos los hombres para justificación de vida.
\v 19 Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituídos pecadores, así por la obediencia de uno los muchos serán constituídos justos.
\s5
\v 20 La ley empero entró para que el pecado creciese; mas cuando el pecado creció, sobrepujó la gracia;
\v 21 Para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesucristo Señor nuestro.
\s5
\c 6
\p
\v 1 ¿PUES qué diremos? Perseveraremos en pecado para que la gracia crezca?
\v 2 En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
\v 3 ¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte?
\s5
\v 4 Porque somos sepultados juntamente con él á muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
\v 5 Porque si fuimos plantados juntamente en él á la semejanza de su muerte, así también lo seremos á la de su resurrección:
\s5
\v 6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fué crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, á fin de que no sirvamos más al pecado.
\v 7 Porque el que es muerto, justificado es del pecado.
\s5
\v 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
\v 9 Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñoreará más de él.
\s5
\v 10 Porque el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir, á Dios vive.
\v 11 Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos á Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
\s5
\v 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias;
\v 13 Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad; antes presentaos á Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros á Dios por instrumentos de justicia.
\v 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
\s5
\v 15 ¿Pues qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo de la ley, sino bajo de la gracia? En ninguna manera.
\v 16 ¿No sabéis que á quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecer le, sois siervos de aquel á quien obedecéis, ó del pecado para muerte, ó de la obediencia para justicia?
\s5
\v 17 Empero gracias á Dios, que aunque fuisteis siervos del pecado, habéis obedecido de corazón á aquella forma de doctrina á la cual sois entregados;
\v 18 Y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia.
\s5
\v 19 Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne: que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros á servir á la inmundicia y á la iniquidad, así ahora para santidad presentéis vuestros miembros á servir á la justicia.
\v 20 Porque cuando fuisteis siervos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
\v 21 ¿Qué fruto, pues, teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? porque el fin de ellas es muerte.
\s5
\v 22 Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos á Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y por fin la vida eterna.
\v 23 Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
\s5
\c 7
\p
\v 1 ¿IGNORÁIS, hermanos, (porque hablo con los que saben la ley) que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive?
\s5
\v 2 Porque la mujer que está sujeta á marido, mientras el marido vive está obligada á la ley; mas muerto el marido, libre es de la ley del marido.
\v 3 Así que, viviendo el marido, se llamará adúltera si fuere de otro varón; mas si su marido muriere, es libre de la ley; de tal manera que no será adúltera si fuere de otro marido.
\s5
\v 4 Así también vosotros, hermanos míos, estáis muertos á la ley por el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, á saber, del que resucitó de los muertos, á fin de que fructifiquemos á Dios.
\v 5 Porque mientras estábamos en la carne, los afectos de los pecados que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando para muerte.
\s5
\v 6 Mas ahora estamos libres de la ley, habiendo muerto á aquella en la cual estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en vejez de letra.
\s5
\v 7 ¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Empero yo no conocí el pecado sino por la ley: porque tampoco conociera la concupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás.
\v 8 Mas el pecado, tomando ocasión, obró en mí por el mandamiento toda concupiscencia: porque sin la ley el pecado está muerto.
\s5
\v 9 Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo: mas venido el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí.
\v 10 Y hallé que el mandamiento, intimado para vida, para mí era mortal:
\s5
\v 11 Porque el pecado, tomando ocasión, me engañó por el mandamiento, y por él me mató.
\v 12 De manera que la ley á la verdad es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno.
\s5
\v 13 ¿Luego lo que es bueno, á mí me es hecho muerte? No; sino que el pecado, para mostrarse pecado, por lo bueno me obró la muerte, haciéndose pecado sobremanera pecante por el mandamiento.
\v 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido á sujeción del pecado.
\s5
\v 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago; antes lo que aborrezco, aquello hago.
\v 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
\s5
\v 17 De manera que ya no obro aquello, sino el pecado que mora en mí.
\v 18 Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.
\s5
\v 19 Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.
\v 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí.
\v 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí.
\s5
\v 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios:
\v 23 Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.
\s5
\v 24 ¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?
\v 25 Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo á la ley de Dios, mas con la carne á la ley del pecado.
\s5
\c 8
\p
\v 1 AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.
\v 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
\s5
\v 3 Porque lo que era imposible á la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando á su Hijo en semejanza de carne de pecado, y á causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
\v 4 Para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme á la carne, mas conforme al espíritu.
\v 5 Porque los que viven conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu.
\s5
\v 6 Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención del espíritu, vida y paz:
\v 7 Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede.
\v 8 Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios.
\s5
\v 9 Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.
\v 10 Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo á la verdad está muerto á causa del pecado; mas el espíritu vive á causa de la justicia.
\s5
\v 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesús mora en vosotros, el que levantó á Cristo Jesús de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
\s5
\v 12 Así que, hermanos, deudores somos, no á la carne, para que vivamos conforme á la carne:
\v 13 Porque si viviereis conforme á la carne, moriréis; mas si por el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis.
\s5
\v 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
\v 15 Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor; mas habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba, Padre.
\s5
\v 16 Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
\v 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo; si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
\s5
\v 18 Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.
\v 19 Porque el continuo anhelar de las criaturas espera la manifestación de los hijos de Dios.
\s5
\v 20 Porque las criaturas sujetas fueron á vanidad, no de grado, mas por causa del que las sujetó con esperanza,
\v 21 Que también las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
\v 22 Porque sabemos que todas las criaturas gimen á una, y á una están de parto hasta ahora.
\s5
\v 23 Y no sólo ellas, mas también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, es á saber, la redención de nuestro cuerpo.
\v 24 Porque en esperanza somos salvos; mas la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿á qué esperarlo?
\v 25 Empero si lo que no vemos esperamos, por paciencia esperamos.
\s5
\v 26 Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles.
\v 27 Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu, porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos.
\s5
\v 28 Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados.
\v 29 Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos;
\v 30 Y á los que predestinó, á éstos también llamó; y á los que llamó, á éstos también justificó; y á los que justificó, á éstos también glorificó.
\s5
\v 31 ¿Pues qué diremos á esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?
\v 32 El que aun á su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
\s5
\v 33 ¿Quién acusará á los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
\v 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está á la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
\s5
\v 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? tribulación? ó angustia? ó persecución? ó hambre? ó desnudez? ó peligro? ó cuchillo?
\v 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo: somos estimados como ovejas de matadero.
\s5
\v 37 Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó.
\v 38 Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
\v 39 Ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
\s5
\c 9
\p
\v 1 VERDAD digo en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo,
\v 2 Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.
\s5
\v 3 Porque deseara yo mismo ser apartado de Cristo por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
\v 4 Que son israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y el pacto, y la data de la ley, y el culto, y las promesas;
\v 5 Cuyos son los padres, y de los cuales es Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
\s5
\v 6 No empero que la palabra de Dios haya faltado: porque no todos los que son de Israel son Israelitas;
\v 7 Ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; mas: En Isaac te será llamada simiente.
\s5
\v 8 Quiere decir: No los que son hijos de la carne, éstos son los hijos de Dios; mas los que son hijos de la promesa, son contados en la generación.
\v 9 Porque la palabra de la promesa es esta: Como en este tiempo vendré, y tendrá Sara un hijo.
\s5
\v 10 Y no sólo esto; mas también Rebeca concibiendo de uno, de Isaac nuestro padre,
\v 11 (Porque no siendo aún nacidos, ni habiendo hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme á la elección, no por las obras sino por el que llama, permaneciese;)
\v 12 Le fué dicho que el mayor serviría al menor.
\v 13 Como está escrito: A Jacob amé, mas á Esaú aborrecí.
\s5
\v 14 ¿Pues qué diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.
\v 15 Mas á Moisés dice: Tendré misericordia del que tendré misericordia, y me compadeceré del que me compadeceré.
\v 16 Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
\s5
\v 17 Porque la Escritura dice de Faraón: Que para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi potencia, y que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.
\v 18 De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere, endurece.
\s5
\v 19 Me dirás pues: ¿Por qué, pues, se enoja? porque ¿quién resistirá á su voluntad?
\v 20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? Dirá el vaso de barro al que le labró: ¿Por qué me has hecho tal?
\v 21 ¿O no tiene potestad el alfarero para hacer de la misma masa un vaso para honra, y otro para vergüenza?
\s5
\v 22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar la ira y hacer notoria su potencia, soportó con mucha mansedumbre los vasos de ira preparados para muerte,
\v 23 Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, mostrólas para con los vasos de misericordia que él ha preparado para gloria;
\v 24 Los cuales también ha llamado, es á saber, á nosotros, no sólo de los Judíos, mas también de los Gentiles?
\s5
\v 25 Como también en Oseas dice: Llamaré al que no era mi pueblo, pueblo mío; y á la no amada, amada.
\v 26 Y será, que en el lugar donde les fué dicho: Vosotros no sois pueblo mío: allí serán llamados hijos del Dios viviente.
\s5
\v 27 También Isaías clama tocante á Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena de la mar, las reliquias serán salvas:
\v 28 Porque palabra consumadora y abreviadora en justicia, porque palabra abreviada, hará el Señor sobre la tierra.
\v 29 Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado simiente, como Sodoma habríamos venido á ser, y á Gomorra fuéramos semejantes.
\s5
\v 30 ¿Pues qué diremos? Que los Gentiles que no seguían justicia, han alcanzado la justicia, es á saber, la justicia que es por la fe;
\v 31 Mas Israel que seguía la ley de justicia, no ha llegado á la ley de justicia.
\s5
\v 32 ¿Por qué? Porque la seguían no por fe, mas como por las obras de la ley: por lo cual tropezaron en la piedra de tropiezo,
\v 33 Como está escrito: He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo, y piedra de caída; y aquel que creyere en ella, no será avergonzado.
\s5
\c 10
\p
\v 1 HERMANOS, ciertamente la voluntad de mi corazón y mi oración á Dios sobre Israel, es para salud.
\v 2 Porque yo les doy testimonio que tienen celo de Dios, mas no conforme á ciencia.
\v 3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado á la justicia de Dios.
\s5
\v 4 Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia á todo aquel que cree.
\v 5 Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: Que el hombre que hiciere estas cosas, vivirá por ellas.
\s5
\v 6 Mas la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo á Cristo:)
\v 7 O, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver á traer á Cristo de los muertos.)
\s5
\v 8 Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la cual predicamos:
\v 9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
\v 10 Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud.
\s5
\v 11 Porque la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
\v 12 Porque no hay diferencia de Judío y de Griego: porque el mismo que es Señor de todos, rico es para con todos los que le invocan:
\v 13 Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
\s5
\v 14 ¿Cómo, pues invocarán á aquel en el cual no han creído? ¿y cómo creerán á aquel de quien no han oído? ¿y cómo oirán sin haber quien les predique?
\v 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la paz, de los que anuncian el evangelio de los bienes!
\s5
\v 16 Mas no todos obedecen al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído á nuestro anuncio?
\v 17 Luego la fe es por el oir; y el oir por la palabra de Dios.
\s5
\v 18 Mas digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la fama de ellos, y hasta los cabos de la redondez de la tierra las palabras de ellos.
\s5
\v 19 Mas digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré á celos con gente que no es mía; con gente insensata os provocaré á ira.
\s5
\v 20 E Isaías determinadamente dice: Fuí hallado de los que no me buscaban; manifestéme á los que no preguntaban por mí.
\v 21 Mas acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos á un pueblo rebelde y contradictor.
\s5
\c 11
\p
\v 1 DIGO pues: ¿Ha desechado Dios á su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy Israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.
\v 2 No ha desechado Dios á su pueblo, al cual antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura? cómo hablando con Dios contra Israel dice:
\v 3 Señor, á tus profetas han muerto, y tus altares han derruído; y yo he quedado solo, y procuran matarme.
\s5
\v 4 Mas ¿qué le dice la divina respuesta? He dejado para mí siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.
\v 5 Así también, aun en este tiempo han quedado reliquias por la elección de gracia.
\s5
\v 6 Y si por gracia, luego no por las obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por las obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
\v 7 ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel aquello no ha alcanzado; mas la elección lo ha alcanzado: y los demás fueron endurecidos;
\v 8 Como está escrito: Dióles Dios espíritu de remordimiento, ojos con que no vean, y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy.
\s5
\v 9 Y David dice: Séales vuelta su mesa en lazo, y en red, y en tropezadero, y en paga:
\v 10 Sus ojos sean obscurecidos para que no vean, y agóbiales siempre el espinazo.
\s5
\v 11 Digo pues: ¿Han tropezado para que cayesen? En ninguna manera; mas por el tropiezo de ellos vino la salud á los Gentiles, para que fuesen provocados á celos.
\v 12 Y si la falta de ellos es la riqueza del mundo, y el menoscabo de ellos la riqueza de los Gentiles, ¿cuánto más el henchimiento de ellos?
\s5
\v 13 Porque á vosotros hablo, Gentiles. Por cuanto pues, yo soy apóstol de los Gentiles, mi ministerio honro,
\v 14 Por si en alguna manera provocase á celos á mi carne, é hiciese salvos á algunos de ellos.
\s5
\v 15 Porque si el extrañamiento de ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué será el recibimiento de ellos, sino vida de los muertos?
\v 16 Y si el primer fruto es santo, también lo es el todo, y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
\s5
\v 17 Que si algunas de las ramas fueron quebradas, y tú, siendo acebuche, has sido ingerido en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la grosura de la oliva;
\v 18 No te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú á la raíz, sino la raíz á ti.
\s5
\v 19 Pues las ramas, dirás, fueron quebradas para que yo fuese ingerido.
\v 20 Bien: por su incredulidad fueron quebradas, mas tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, antes teme,
\v 21 Que si Dios no perdonó á las ramas naturales, á ti tampoco no perdone.
\s5
\v 22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permanecieres en la bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
\s5
\v 23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán ingeridos; que poderoso es Dios para volverlos á ingerir.
\v 24 Porque si tú eres cortado del natural acebuche, y contra natura fuiste ingerido en la buena oliva, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán ingeridos en su oliva?
\s5
\v 25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles;
\s5
\v 26 Y luego todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad;
\v 27 Y este es mi pacto con ellos, cuando quitare su pecados.
\s5
\v 28 Así que, cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros: mas cuanto á la elección, son muy amados por causa de los padres.
\v 29 Porque sin arrepentimiento son las mercedes y la vocación de Dios.
\s5
\v 30 Porque como también vosotros en algún tiempo no creísteis á Dios, mas ahora habéis alcanzado misericordia por la incredulidad de ellos;
\v 31 Así también éstos ahora no han creído, para que, por la misericordia para con vosotros, ellos también alcancen misericordia.
\v 32 Porque Dios encerró á todos en incredulidad, para tener misericordia de todos.
\s5
\v 33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, é inescrutables sus caminos!
\v 34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿ó quién fué su consejero?
\s5
\v 35 ¿O quién le dió á él primero, para que le sea pagado?
\v 36 Porque de él, y por él, y en él, son todas las cosas. A él sea gloria por siglos. Amén.
\s5
\c 12
\p
\v 1 ASÍ que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro racional culto.
\v 2 Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
\s5
\v 3 Digo pues por la gracia que me es dada, á cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con templanza, conforme á la medida de fe que Dios repartió á cada uno.
\s5
\v 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, empero todos los miembros no tienen la misma operación;
\v 5 Así muchos somos un cuerpo en Cristo, mas todos miembros los unos de los otros.
\s5
\v 6 De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme á la medida de la fe;
\v 7 O si ministerio, en servir; ó el que enseña, en doctrina;
\v 8 El que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en simplicidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
\s5
\v 9 El amor sea sin fingimiento: aborreciendo lo malo, llegándoos á lo bueno;
\v 10 Amándoos los unos á los otros con caridad fraternal; previniéndoos con honra los unos á los otros;
\s5
\v 11 En el cuidado no perezosos; ardientes en espíritu; sirviendo al Señor;
\v 12 Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
\v 13 Comunicando á las necesidades de los santos; siguiendo la hospitalidad.
\s5
\v 14 Bendecid á los que os persiguen: bendecid, y no maldigáis.
\v 15 Gozaos con los que se gozan: llorad con los que lloran.
\v 16 Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos á los humildes. No seáis sabios en vuestra opinión.
\s5
\v 17 No paguéis á nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
\v 18 Si se puede hacer, cuanto está en vosotros, tened paz con todos los hombres.
\s5
\v 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos; antes dad lugar á la ira; porque escrito está: Mía es la venganza: yo pagaré, dice el Señor.
\v 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber: que haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.
\v 21 No seas vencido de lo malo; mas vence con el bien el mal.
\s5
\c 13
\p
\v 1 TODA alma se someta á las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas.
\v 2 Así que, el que se opone á la potestad, á la ordenación de Dios resiste: y los que resisten, ellos mismos ganan condenación para sí.
\s5
\v 3 Porque los magistrados no son para temor al que bien hace, sino al malo. ¿Quieres pues no temer la potestad? haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
\v 4 Porque es ministro de Dios para tu bien. Mas si hicieres lo malo, teme: porque no en vano lleva el cuchillo; porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo.
\v 5 Por lo cual es necesario que le estéis sujetos, no solamente por la ira, mas aun por la conciencia.
\s5
\v 6 Porque por esto pagáis también los tributos; porque son ministros de Dios que sirven á esto mismo.
\v 7 Pagad á todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que pecho, pecho; al que temor, temor; al que honra, honra.
\s5
\v 8 No debáis á nadie nada, sino amaros unos á otros; porque el que ama al prójimo, cumplió la ley.
\v 9 Porque: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; no codiciarás; y si hay algún otro mandamiento, en esta sentencia se comprende sumariamente: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
\v 10 La caridad no hace mal al prójimo: así que, el cumplimento de la ley es la caridad.
\s5
\v 11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora nos está más cerca nuestra salud que cuando creímos.
\v 12 La noche ha pasado, y ha llegado el día: echemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de luz.
\s5
\v 13 Andemos como de día, honestamente: no en glotonerías y borracheras, no en lechos y disoluciones, no en pedencias y envidia:
\v 14 Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne en sus deseos.
\s5
\c 14
\p
\v 1 RECIBID al flaco en la fe, pero no para contiendas de disputas.
\v 2 Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas: otro que es débil, come legumbres.
\s5
\v 3 El que come, no menosprecie al que no come: y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha levantado.
\v 4 ¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, ó cae: mas se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle.
\s5
\v 5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo.
\v 6 El que hace caso del día, háce lo para el Señor: y el que no hace caso del día, no lo hace para el Señor. El que come, come para el Señor, porque da gracias á Dios; y el que no come, no come para el Señor, y da gracias á Dios.
\s5
\v 7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
\v 8 Que si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ó que vivamos, ó que muramos, del Señor somos.
\v 9 Porque Cristo para esto murió, y resucitó, y volvió á vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
\s5
\v 10 Mas tú ¿por qué juzgas á tu hermano? ó tú también, ¿por qué menosprecias á tu hermano? porque todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo.
\v 11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará á Dios.
\s5
\v 12 De manera que, cada uno de nosotros dará á Dios razón de sí.
\v 13 Así que, no juzguemos más los unos de los otros: antes bien juzgad de no poner tropiezo ó escándalo al hermano.
\s5
\v 14 Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que de suyo nada hay inmundo: mas á aquel que piensa alguna cosa ser inmunda, para él es inmunda.
\v 15 Empero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme á la caridad. No arruines con tu comida á aquél por el cual Cristo murió.
\s5
\v 16 No sea pues blasfemado vuestro bien:
\v 17 Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo.
\s5
\v 18 Porque el que en esto sirve á Cristo, agrada á Dios, y es acepto á los hombres.
\v 19 Así que, sigamos lo que hace á la paz, y á la edificación de los unos á los otros.
\s5
\v 20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas á la verdad son limpias: mas malo es al hombre que come con escándalo.
\v 21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, ó se ofenda, ó sea debilitado.
\s5
\v 22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena á sí mismo con lo que aprueba.
\v 23 Mas el que hace diferencia, si comiere, es condenado, porque no comió por fe: y todo lo que no es de fe, es pecado.
\s5
\c 15
\p
\v 1 ASÍ que, los que somos más firmes debemos sobrellevar las flaquezas de los flacos, y no agradarnos á nosotros mismos.
\v 2 Cada uno de nosotros agrade á su prójimo en bien, á edificación.
\s5
\v 3 Porque Cristo no se agradó á sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.
\v 4 Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia, y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
\s5
\v 5 Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis unánimes según Cristo Jesús;
\v 6 Para que concordes, á una boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
\v 7 Por tanto, sobrellevaos los unos á los otros, como también Cristo nos sobrellevó, para gloria de Dios.
\s5
\v 8 Digo, pues, que Cristo Jesús fué hecho ministro de la circuncisión por la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas á los padres,
\v 9 Y para que los Gentiles glorifiquen á Dios por la misericordia; como está escrito: Por tanto yo te confesaré entre los Gentiles, y cantaré á tu nombre.
\s5
\v 10 Y otra vez dice: Alegraos, Gentiles, con su pueblo.
\v 11 Y otra vez: Alabad al Señor todos los Gentiles, y magnificadle, todos los pueblos.
\s5
\v 12 Y otra vez, dice Isaías: Estará la raíz de Jessé, y el que se levantará á regir los Gentiles: los Gentiles esperarán en él.
\s5
\v 13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
\s5
\v 14 Empero cierto estoy yo de vosotros, hermanos míos, que aun vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podáis amonestaros los unos á los otros.
\s5
\v 15 Mas os he escrito, hermanos, en parte resueltamente, como amonestándoos por la gracia que de Dios me es dada,
\v 16 Para ser ministro de Jesucristo á los Gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los Gentiles sea agradable, santificada por el Espíritu Santo.
\s5
\v 17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que mira á Dios.
\v 18 Porque no osaría hablar alguna cosa que Cristo no haya hecho por mí para la obediencia de los Gentiles, con la palabra y con las obras,
\v 19 Con potencia de milagros y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios: de manera que desde Jerusalem, y por los alrededores hasta Ilírico, he llenado todo del evangelio de Cristo.
\s5
\v 20 Y de esta manera me esforcé á predicar el evangelio, no donde antes Cristo fuese nombrado, por no edificar sobre ajeno fundamento:
\v 21 Sino, como está escrito: A los que no fué anunciado de él, verán: y los que no oyeron, entenderán.
\s5
\v 22 Por lo cual aun he sido impedido muchas veces de venir á vosotros.
\v 23 Mas ahora no teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir á vosotros muchos años há,
\s5
\v 24 Cuando partiere para España, iré á vosotros; porque espero que pasando os veré, y que seré llevado de vosotros allá, si empero antes hubiere gozado de vosotros.
\v 25 Mas ahora parto para Jerusalem á ministrar á los santos.
\s5
\v 26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron por bien hacer una colecta para los pobres de los santos que están en Jerusalem.
\v 27 Porque les pareció bueno, y son deudores á ellos: porque si los Gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los carnales.
\s5
\v 28 Así que, cuando hubiere concluído esto, y les hubiere consignado este fruto, pasaré por vosotros á España.
\v 29 Y sé que cuando llegue á vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.
\s5
\v 30 Ruégoos empero, hermanos, por el Señor nuestro Jesucristo, y por la caridad del Espíritu, que me ayudéis con oraciones por mí á Dios,
\v 31 Que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio á los santos en Jerusalem sea acepta;
\v 32 Para que con gozo llegue á vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros.
\s5
\v 33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.
\s5
\c 16
\p
\v 1 ENCOMIÉNDOOS empero á Febe nuestra hermana, la cual es diaconisa de la iglesia que está en Cencreas:
\v 2 Que la recibáis en el Señor, como es digno á los santos, y que la ayudéis en cualquiera cosa en que os hubiere menester: porque ella ha ayudado á muchos, y á mí mismo.
\s5
\v 3 Saludad á Priscila y á Aquila, mis coadjutores en Cristo Jesús;
\v 4 (Que pusieron sus cuellos por mi vida: á los cuales no doy gracias yo solo, mas aun todas las iglesias de los Gentiles;)
\v 5 Asimismo á la iglesia de su casa. Saludad á Epeneto, amado mío, que es las primicias de Acaya en Cristo.
\s5
\v 6 Saludad á María, la cual ha trabajado mucho con vosotros.
\v 7 Saludad á Andrónico y á Junia, mis parientes, y mis compañeros en la cautividad, los que son insignes entre los apóstoles; los cuales también fueron antes de mí en Cristo.
\v 8 Saludad á Amplias, amado mío en el Señor.
\s5
\v 9 Saludad á Urbano, nuestro ayudador en Cristo Jesús, y á Stachîs, amado mío.
\v 10 Saludad á Apeles, probado en Cristo. Saludad á los que son de Aristóbulo.
\v 11 Saludad á Herodión, mi pariente. Saludad á los que son de la casa de Narciso, los que están en el Señor.
\s5
\v 12 Saludad á Trifena y á Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad á Pérsida amada, la cual ha trabajado mucho en el Señor.
\v 13 Saludad á Rufo, escogido en el Señor, y á su madre y mía.
\v 14 Saludad á Asíncrito, y á Flegonte, á Hermas, á Patrobas, á Hermes, y á los hermanos que están con ellos.
\s5
\v 15 Saludad á Filólogo y á Julia, á Nereo y á su hermana, y á Olimpas, y á todos los santos que están con ellos.
\v 16 Saludaos los unos á los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.
\s5
\v 17 Y os ruego hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos.
\v 18 Porque los tales no sirven al Señor nuestro Jesucristo, sino á sus vientres; y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples.
\s5
\v 19 Porque vuestra obediencia ha venido á ser notoria á todos; así que me gozo de vosotros; mas quiero que seáis sabios en el bien, y simples en el mal.
\v 20 Y el Dios de paz quebrantará presto á Satanás debajo de vuestros pies. La gracia del Señor nuestro Jesucristo sea con vosotros.
\s5
\v 21 Os saludan Timoteo, mi coadjutor, y Lucio y Jasón y Sosipater, mis parientes.
\v 22 Yo Tercio, que escribí la epístola, os saludo en el Señor.
\s5
\v 23 Salúdaos Gayo, mi huésped, y de toda la iglesia. Salúdaos Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto.
\v 24 La gracia del Señor nuestro Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
\s5
\v 25 Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio encubierto desde tiempos eternos,
\v 26 Mas manifestado ahora, y por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, declarado á todas las gentes para que obedezcan á la fe;
\s5
\v 27 Al solo Dios sabio, sea gloria por Jesucristo para siempre. Amén. Fué escrita de Corinto á los Romanos, enviada por medio de Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas.

671
47-1CO.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,671 @@
\id 1CO Paul's First Letter to the Corinthians - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 1 Corintios
\toc1 1 Corintios
\toc2 1 Corintios
\toc3 1co
\mt1 1 Corintios
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, llamado á ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Sóstenes el hermano,
\v 2 A la iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados santos, y á todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos y nuestro:
\v 3 Gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
\s5
\v 4 Gracias doy á mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os es dada en Cristo Jesús;
\v 5 Que en todas las cosas sois enriquecidos en él, en toda lengua y en toda ciencia;
\v 6 Así como el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros:
\s5
\v 7 De tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo:
\v 8 El cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis sin falta en el día de nuestro Señor Jesucristo.
\v 9 Fiel es Dios, por el cual sois llamados á la participación de su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
\s5
\v 10 Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
\v 11 Porque me ha sido declarado de vosotros, hermanos míos, por los que son de Cloé, que hay entre vosotros contiendas;
\s5
\v 12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo cierto soy de Pablo; pues yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
\v 13 ¿Está dividido Cristo? ¿Fué crucificado Pablo por vosotros? ¿ó habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?
\s5
\v 14 Doy gracias á Dios, que á ninguno de vosotros he bautizado, sino á Crispo y á Gayo;
\v 15 Para que ninguno diga que habéis sido bautizados en mi nombre.
\v 16 Y también bauticé la familia de Estéfanas: mas no sé si he bautizado algún otro.
\s5
\v 17 Porque no me envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio: no en sabiduría de palabras, porque no sea hecha vana la cruz de Cristo.
\s5
\v 18 Porque la palabra de la cruz es locura á los que se pierden; mas á los que se salvan, es á saber, á nosotros, es potencia de Dios.
\v 19 Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé la inteligencia de los entendidos.
\s5
\v 20 ¿Qué es del sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador de este siglo? ¿no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
\v 21 Porque por no haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios á Dios por sabiduría, agradó á Dios salvar á los creyentes por la locura de la predicación.
\s5
\v 22 Porque los Judíos piden señales, y los Griegos buscan sabiduría:
\v 23 Mas nosotros predicamos á Cristo crucificado, á los Judíos ciertamente tropezadero, y á los Gentiles locura;
\s5
\v 24 Empero á los llamados, así Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios, y sabiduría de Dios.
\v 25 Porque lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres.
\s5
\v 26 Porque mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles;
\v 27 Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;
\s5
\v 28 Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es:
\v 29 Para que ninguna carne se jacte en su presencia.
\s5
\v 30 Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención:
\v 31 Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
\s5
\c 2
\p
\v 1 ASÍ que, hermanos, cuando fuí á vosotros, no fuí con altivez de palabra, ó de sabiduría, á anunciaros el testimonio de Cristo.
\v 2 Porque no me propuse saber algo entre vosotros, sino á Jesucristo, y á éste crucificado.
\s5
\v 3 Y estuve yo con vosotros con flaqueza, y mucho temor y temblor;
\v 4 Y ni mi palabra ni mi predicación fué con palabras persuasivas de humana sabiduría, mas con demostración del Espíritu y de poder;
\v 5 Para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de Dios.
\s5
\v 6 Empero hablamos sabiduría entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen:
\v 7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria:
\s5
\v 8 La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria:
\v 9 Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vió, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman.
\s5
\v 10 Empero Dios nos lo reveló á nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
\v 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
\s5
\v 12 Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado;
\v 13 Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual.
\s5
\v 14 Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente.
\v 15 Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie.
\v 16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
\s5
\c 3
\p
\v 1 DE manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como á niños en Cristo.
\v 2 Os dí á beber leche, y no vianda: porque aun no podíais, ni aun podéis ahora;
\s5
\v 3 Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
\v 4 Porque diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apolos; ¿no sois carnales?
\v 5 ¿Qué pues es Pablo? ¿y qué es Apolos? Ministros por los cuales habéis creído; y eso según que á cada uno ha concedido el Señor.
\s5
\v 6 Yo planté, Apolos regó: mas Dios ha dado el crecimiento.
\v 7 Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento.
\s5
\v 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme á su labor.
\v 9 Porque nosotros, coadjutores somos de Dios; y vosotros labranza de Dios sois, edificio de Dios sois.
\s5
\v 10 Conforme á la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea cómo sobreedifica.
\v 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
\s5
\v 12 Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca;
\v 13 La obra de cada uno será manifestada: porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba.
\s5
\v 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
\v 15 Si la obra de alguno fuere quemada, será perdida: él empero será salvo, mas así como por fuego.
\s5
\v 16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
\v 17 Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
\s5
\v 18 Nadie se engañe á sí mismo: si alguno entre vosotros parece ser sabio en este siglo, hágase simple, para ser sabio.
\v 19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad para con Dios; pues escrito está: El que prende á los sabios en la astucia de ellos.
\v 20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
\s5
\v 21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro;
\v 22 Sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea los por venir; todo es vuestro;
\v 23 Y vosotros de Cristo; y Cristo de Dios.
\s5
\c 4
\p
\v 1 TÉNGANNOS los hombres por ministros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios.
\v 2 Mas ahora se requiere en los dispensadores, que cada uno sea hallado fiel.
\s5
\v 3 Yo en muy poco tengo el ser juzgado de vosotros, ó de juicio humano; y ni aun yo me juzgo.
\v 4 Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; mas el que me juzga, el Señor es.
\s5
\v 5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones: y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.
\s5
\v 6 Esto empero, hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros; para que en nosotros aprendáis á no saber más de lo que está escrito, hinchándoos por causa de otro el uno contra el otro.
\v 7 Porque ¿quién te distingue? ¿ó qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿de qué te glorías como si no hubieras recibido?
\s5
\v 8 Ya estáis hartos, ya estáis ricos, sin nosotros reináis; y ojalá reinéis, para que nosotros reinemos también juntamente con vosotros.
\v 9 Porque á lo que pienso, Dios nos ha mostrado á nosotros los apóstoles por los postreros, como á sentenciados á muerte: porque somos hechos espectáculo al mundo, y á los ángeles, y á los hombres.
\s5
\v 10 Nosotros necios por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo; nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.
\v 11 Hasta esta hora hambreamos, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos heridos de golpes, y andamos vagabundos;
\s5
\v 12 Y trabajamos, obrando con nuestras manos: nos maldicen, y bendecimos: padecemos persecución, y sufrimos:
\v 13 Somos blasfemados, y rogamos: hemos venido á ser como la hez del mundo, el desecho de todos hasta ahora.
\s5
\v 14 No escribo esto para avergonzaros: mas amonéstoos como á mis hijos amados.
\v 15 Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; que en Cristo Jesús yo os engendré por el evangelio.
\v 16 Por tanto, os ruego que me imitéis.
\s5
\v 17 Por lo cual os he enviado á Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os amonestará de mis caminos cuáles sean en Cristo, de la manera que enseño en todas partes en todas las iglesias.
\v 18 Mas algunos están envanecidos, como si nunca hubiese yo de ir á vosotros.
\s5
\v 19 Empero iré presto á vosotros, si el Señor quisiere; y entenderé, no las palabras de los que andan hinchados, sino la virtud.
\v 20 Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en virtud.
\v 21 ¿Qué queréis? ¿iré á vosotros con vara, ó con caridad y espíritu de mansedumbre?
\s5
\c 5
\p
\v 1 DE cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los Gentiles; tanto que alguno tenga la mujer de su padre.
\v 2 Y vosotros estáis hinchados, y no más bien tuvisteis duelo, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que hizo tal obra.
\s5
\v 3 Y ciertamente, como ausente con el cuerpo, mas presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que esto así ha cometido:
\v 4 En el nombre del Señor nuestro Jesucristo, juntados vosotros y mi espíritu, con la facultad de nuestro Señor Jesucristo,
\v 5 El tal sea entregado á Satanás para muerte de la carne, porque el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
\s5
\v 6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?
\v 7 Limpiad pues la vieja levadura, para que seáis nueva masa, como sois sin levadura: porque nuestra pascua, que es Cristo, fué sacrificada por nosotros.
\v 8 Así que hagamos fiesta, no en la vieja levadura, ni en la levadura de malicia y de maldad, sino en ázimos de sinceridad y de verdad.
\s5
\v 9 Os he escrito por carta, que no os envolváis con los fornicarios:
\v 10 No absolutamente con los fornicarios de este mundo, ó con los avaros, ó con los ladrones, ó con los idólatras; pues en tal caso os sería menester salir del mundo.
\s5
\v 11 Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es á saber, que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con el tal ni aun comáis.
\v 12 Porque ¿qué me va á mí en juzgar á los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros á los que están dentro?
\v 13 Porque á los que están fuera, Dios juzgará: quitad pues á ese malo de entre vosotros.
\s5
\c 6
\p
\v 1 ¿OSA alguno de vosotros, teniendo algo con otro, ir á juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?
\v 2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?
\v 3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar á los ángeles? ¿cuánto más las cosas de este siglo?
\s5
\v 4 Por tanto, si hubiereis de tener juicios de cosas de este siglo, poned para juzgar á los que son de menor estima en la iglesia.
\v 5 Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno que pueda juzgar entre sus hermanos;
\v 6 Sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los infieles?
\s5
\v 7 Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís antes la injuria? ¿por qué no sufrís antes ser defraudados?
\v 8 Empero vosotros hacéis la injuria, y defraudáis, y esto á los hermanos.
\s5
\v 9 ¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
\v 10 Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios.
\v 11 Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
\s5
\v 12 Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen: todas las cosas me son lícitas, mas yo no me meteré debajo de potestad de nada.
\v 13 Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; empero y á él y á ellas deshará Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo:
\s5
\v 14 Y Dios que levantó al Señor, también á nosotros nos levantará con su poder.
\v 15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues los miembros de Cristo, y los haré miembros de una ramera? Lejos sea.
\s5
\v 16 ¿O no sabéis que el que se junta con una ramera, es hecho con ella un cuerpo? porque serán, dice, los dos en una carne.
\v 17 Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es.
\s5
\v 18 Huid la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
\s5
\v 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
\v 20 Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
\s5
\c 7
\p
\v 1 CUANTO á las cosas de que me escribisteis, bien es al hombre no tocar mujer.
\v 2 Mas á causa de las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido.
\s5
\v 3 El marido pague á la mujer la debida benevolencia; y asimismo la mujer al marido.
\v 4 La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: é igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer.
\s5
\v 5 No os defraudéis el uno al otro, á no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en la oración: y volved á juntaros en uno, porque no os tiente Satanás á causa de vuestra incontinencia.
\v 6 Mas esto digo por permisión, no por mandamiento.
\v 7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo: empero cada uno tiene su propio don de Dios; uno á la verdad así, y otro así.
\s5
\v 8 Digo pues á los solteros y á las viudas, que bueno les es si se quedaren como yo.
\v 9 Y si no tienen don de continencia, cásense; que mejor es casarse que quemarse.
\s5
\v 10 Mas á los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido;
\v 11 Y si se apartare, que se quede sin casar, ó reconcíliese con su marido; y que el marido no despida á su mujer.
\s5
\v 12 Y á los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer infiel, y ella consiente en habitar con él, no la despida.
\v 13 Y la mujer que tiene marido infiel, y él consiente en habitar con ella, no lo deje.
\v 14 Porque el marido infiel es santificado en la mujer, y la mujer infiel en el marido: pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos; empero ahora son santos.
\s5
\v 15 Pero si el infiel se aparta, apártese: que no es el hermano ó la hermana sujeto á servidumbre en semejante caso; antes á paz nos llamó Dios.
\v 16 Porque ¿de dónde sabes, oh mujer, si quizá harás salvo á tu marido? ¿ó de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva á tu mujer?
\s5
\v 17 Empero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó á cada uno, así ande: y así enseño en todas las iglesias.
\v 18 ¿Es llamado alguno circuncidado? quédese circunciso. ¿Es llamado alguno incircuncidado? que no se circuncide.
\v 19 La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es; sino la observancia de las mandamientos de Dios.
\s5
\v 20 Cada uno en la vocación en que fué llamado, en ella se quede.
\v 21 ¿Eres llamado siendo siervo? no se te dé cuidado: mas también si puedes hacerte libre, procúralo más.
\v 22 Porque el que en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del Señor: asimismo también el que es llamado siendo libre, siervo es de Cristo.
\v 23 Por precio sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres.
\v 24 Cada uno, hermanos, en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios.
\s5
\v 25 Empero de las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.
\v 26 Tengo, pues, esto por bueno á causa de la necesidad que apremia, que bueno es al hombre estarse así.
\s5
\v 27 ¿Estás ligado á mujer? no procures soltarte. ¿Estás suelto de mujer? no procures mujer.
\v 28 Mas también si tomares mujer, no pecaste; y si la doncella se casare, no pecó: pero aflicción de carne tendrán los tales: mas yo os dejo.
\s5
\v 29 Esto empero digo, hermanos, que el tiempo es corto: lo que resta es, que los que tienen mujeres sean como los que no las tienen;
\v 30 Y los que lloran, como los que no lloran; y los que se huelgan, como los que no se huelgan; y los que compran, como los que no poseen;
\v 31 Y los que usan de este mundo, como los que no usan: porque la apariencia de este mundo se pasa.
\s5
\v 32 Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas que son del Señor, cómo ha de agradar al Señor:
\v 33 Empero el que se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar á su mujer.
\v 34 Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella: la doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el espíritu: mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, cómo ha de agradar á su marido.
\s5
\v 35 Esto empero digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os lleguéis al Señor.
\s5
\v 36 Mas, si á alguno parece cosa fea en su hija virgen, que pase ya de edad, y que así conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca; cásese.
\v 37 Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene libertad de su voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su hija virgen, bien hace.
\v 38 Así que, el que la da en casamiento, bien hace; y el que no la da en casamiento, hace mejor.
\s5
\v 39 La mujer casada está atada á la ley, mientras vive su marido; mas si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor.
\v 40 Empero más venturosa será si se quedare así, según mi consejo; y pienso que también yo tengo Espíritu de Dios.
\s5
\c 8
\p
\v 1 Y POR lo que hace á lo sacrificado á los ídolos, sabemos que todos tenemos ciencia. La ciencia hincha, mas la caridad edifica.
\v 2 Y si alguno se imagina que sabe algo, aun no sabe nada como debe saber.
\v 3 Mas si alguno ama á Dios, el tal es conocido de él.
\s5
\v 4 Acerca, pues, de las viandas que son sacrificadas á los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más de un Dios.
\v 5 Porque aunque haya algunos que se llamen dioses, ó en el cielo, ó en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores),
\v 6 Nosotros empero no tenemos más de un Dios, el Padre, del cual son todas las cosas, y nosotros en él: y un Señor Jesucristo, por el cual son todas las cosas, y nosotros por él.
\s5
\v 7 Mas no en todos hay esta ciencia: porque algunos con conciencia del ídolo hasta aquí, comen como sacrificado á ídolos; y su conciencia, siendo flaca, es contaminada.
\s5
\v 8 Si bien la vianda no nos hace más aceptos á Dios: porque ni que comamos, seremos más ricos; ni que no comamos, seremos más pobres.
\v 9 Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son flacos.
\v 10 Porque si te ve alguno, á ti que tienes ciencia, que estás sentado á la mesa en el lugar de los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es flaco, no será adelantada á comer de lo sacrificado á los ídolos?
\s5
\v 11 Y por tu ciencia se perderá el hermano flaco por el cual Cristo murió.
\v 12 De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, é hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pecáis.
\v 13 Por lo cual, si la comida es á mi hermano ocasión de caer, jamás comeré carne por no escandalizar á mi hermano.
\s5
\c 9
\p
\v 1 ¿NO soy apóstol? ¿no soy libre? ¿no he visto á Jesús el Señor nuestro? ¿no sois vosotros mi obra en el Señor?
\v 2 Si á los otros no soy apóstol, á vosotros ciertamente lo soy: porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
\s5
\v 3 Esta es mi respuesta á los que me preguntan.
\v 4 Qué, ¿no tenemos potestad de comer y de beber?
\v 5 ¿No tenemos potestad de traer con nosotros una hermana mujer también como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
\v 6 ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos potestad de no trabajar?
\s5
\v 7 ¿Quién jamás peleó á sus expensas? ¿quién planta viña, y no come de su fruto? ¿ó quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado?
\v 8 ¿Digo esto según los hombres? ¿no dice esto también la ley?
\s5
\v 9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes?
\v 10 ¿O dícelo enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito; porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto.
\v 11 Si nosotros os sembramos lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos lo vuestro carnal?
\s5
\v 12 Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿no más bien nosotros? Mas no hemos usado de esta potestad: antes lo sufrimos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
\v 13 ¿No sabéis que los que trabajan en el santuario, comen del santuario; y que los que sirven al altar, del altar participan?
\v 14 Así también ordenó el Señor á los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
\s5
\v 15 Mas yo de nada de esto me aproveché: ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque tengo por mejor morir, antes que nadie haga vana esta mi gloria.
\v 16 Pues bien que anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
\s5
\v 17 Por lo cual, si lo hago de voluntad, premio tendré; mas si por fuerza, la dispensación me ha sido encargada.
\v 18 ¿Cuál, pues, es mi merced? Que predicando el evangelio, ponga el evangelio de Cristo de balde, para no usar mal de mi potestad en el evangelio.
\s5
\v 19 Por lo cual, siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos por ganar á más.
\v 20 Heme hecho á los Judíos como Judío, por ganar á los Judíos; á los que están sujetos á la ley (aunque yo no sea sujeto á la ley) como sujeto á la ley, por ganar á los que están sujetos á la ley;
\s5
\v 21 A los que son sin ley, como si yo fuera sin ley, (no estando yo sin ley de Dios, mas en la ley de Cristo) por ganar á los que estaban sin ley.
\v 22 Me he hecho á los flacos flaco, por ganar á los flacos: á todos me he hecho todo, para que de todo punto salve á algunos.
\v 23 Y esto hago por causa del evangelio, por hacerme juntamente participante de él.
\s5
\v 24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos á la verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
\v 25 Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene: y ellos, á la verdad, para recibir una corona corruptible; mas nosotros, incorruptible.
\v 26 Así que, yo de esta manera corro, no como á cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire:
\v 27 Antes hiero mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo predicado á otros, yo mismo venga á ser reprobado.
\s5
\c 10
\p
\v 1 PORQUE no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron la mar;
\v 2 Y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en la mar;
\v 3 Y todos comieron la misma vianda espiritual;
\v 4 Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo:
\s5
\v 5 Mas de muchos de ellos no se agradó Dios; por lo cual fueron postrados en el desierto.
\v 6 Empero estas cosas fueron en figura de nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
\s5
\v 7 Ni seáis honradores de ídolos, como algunos de ellos; según está escrito: Sentóse el pueblo á comer y á beber, y se levantaron á jugar.
\v 8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veinte y tres mil.
\s5
\v 9 Ni tentemos á Cristo, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
\v 10 Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
\s5
\v 11 Y estas cosas les acontecieron en figura; y son escritas para nuestra admonición, en quienes los fines de los siglos han parado.
\v 12 Así que, el que piensa estar firme, mire no caiga.
\v 13 No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.
\s5
\v 14 Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.
\v 15 Como á sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo.
\v 16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
\v 17 Porque un pan, es que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel un pan.
\s5
\v 18 Mirad á Israel según la carne: los que comen de los sacrificios ¿no son partícipes con el altar?
\v 19 ¿Qué pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó que sea algo lo que es sacrificado á los ídolos?
\s5
\v 20 Antes digo que lo que los Gentiles sacrifican, á los demonios lo sacrifican, y no á Dios: y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios.
\v 21 No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podéis ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.
\v 22 ¿O provocaremos á celo al Señor? ¿Somos más fuertes que él?
\s5
\v 23 Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica.
\v 24 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
\s5
\v 25 De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia;
\v 26 Porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.
\v 27 Y si algún infiel os llama, y queréis ir, de todo lo que se os pone delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia.
\s5
\v 28 Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia: porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.
\v 29 La conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?
\v 30 Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por lo que doy gracias?
\s5
\v 31 Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á gloria de Dios.
\v 32 Sed sin ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á la iglesia de Dios:
\v 33 Como también yo en todas las cosas complazco á todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
\s5
\c 11
\p
\v 1 SED imitadores de mí, así como yo de Cristo.
\v 2 Y os alabo, hermanos, que en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones mías, de la manera que os enseñé.
\v 3 Mas quiero que sepáis, que Cristo es la cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de Cristo.
\v 4 Todo varón que ora ó profetiza cubierta la cabeza, afrenta su cabeza.
\s5
\v 5 Mas toda mujer que ora ó profetiza no cubierta su cabeza, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se rayese.
\v 6 Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también: y si es deshonesto á la mujer trasquilarse ó raerse, cúbrase.
\s5
\v 7 Porque el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios: mas la mujer es gloria del varón.
\v 8 Porque el varón no es de la mujer, sino la mujer del varón.
\s5
\v 9 Porque tampoco el varón fué criado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.
\v 10 Por lo cual, la mujer debe tener señal de potestad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
\s5
\v 11 Mas ni el varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor.
\v 12 Porque como la mujer es del varón, así también el varón es por la mujer: empero todo de Dios.
\s5
\v 13 Juzgad vosotros mismos: ¿es honesto orar la mujer á Dios no cubierta?
\v 14 La misma naturaleza ¿no os enseña que al hombre sea deshonesto criar cabello?
\v 15 Por el contrario, á la mujer criar el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
\v 16 Con todo eso, si alguno parece ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.
\s5
\v 17 Esto empero os denuncio, que no alabo, que no por mejor sino por peor os juntáis.
\v 18 Porque lo primero, cuando os juntáis en la iglesia, oigo que hay entre vosotros disensiones; y en parte lo creo.
\v 19 Porque preciso es que haya entre vosotros aun herejías, para que los que son probados se manifiesten entre vosotros.
\s5
\v 20 Cuando pues os juntáis en uno, esto no es comer la cena del Señor:
\v 21 Porque cada uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene hambre, y el otro está embriagado.
\v 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿ó menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis á los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿os alabaré? En esto no os alabo.
\s5
\v 23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fué entregado, tomó pan;
\v 24 Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí.
\s5
\v 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí.
\v 26 Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga.
\s5
\v 27 De manera que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
\v 28 Por tanto, pruébese cada uno á sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa.
\v 29 Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor.
\v 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen.
\s5
\v 31 Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.
\v 32 Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
\s5
\v 33 Así, que, hermanos míos, cuando os juntáis á comer, esperaos unos á otros.
\v 34 Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, porque no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegare.
\s5
\c 12
\p
\v 1 Y ACERCA de los dones espirituales, no quiero, hermanos, que ignoréis.
\v 2 Sabéis que cuando erais Gentiles, ibais, como erais llevados, á los ídolos mudos.
\v 3 Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema á Jesús; y nadie puede llamar á Jesús Señor, sino por Espíritu Santo.
\s5
\v 4 Empero hay repartimiento de dones; mas el mismo Espíritu es.
\v 5 Y hay repartimiento de ministerios; mas el mismo Señor es.
\v 6 Y hay repartimiento de operaciones; mas el mismo Dios es el que obra todas las cosas en todos.
\s5
\v 7 Empero á cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho.
\v 8 Porque á la verdad, á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
\s5
\v 9 A otro, fe por el mismo Espíritu; y á otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;
\v 10 A otro, operaciones de milagros; y á otro, profecía; y á otro, discreción de espíritus; y á otro, géneros de lenguas; y á otro, interpretación de lenguas.
\v 11 Mas todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente á cada uno como quiere.
\s5
\v 12 Porque de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también Cristo.
\v 13 Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo, ora Judíos ó Griegos, ora siervos ó libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.
\s5
\v 14 Pues ni tampoco el cuerpo es un miembro, sino muchos.
\v 15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo: ¿por eso no será del cuerpo?
\v 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo: ¿por eso no será del cuerpo?
\v 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?
\s5
\v 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como quiso.
\v 19 Que si todos fueran un miembro, ¿dónde estuviera el cuerpo?
\v 20 Mas ahora muchos miembros son á la verdad, empero un cuerpo.
\s5
\v 21 Ni el ojo puede decir á la mano: No te he menester: ni asimismo la cabeza á los pies: No tengo necesidad de vosotros.
\v 22 Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más flacos, son necesarios;
\v 23 Y á aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos vestimos más honrosamente; y los que en nosotros son menos honestos, tienen más compostura.
\v 24 Porque los que en nosotros son más honestos, no tienen necesidad: mas Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba;
\s5
\v 25 Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros.
\v 26 Por manera que si un miembro padece, todos los miembros á una se duelen; y si un miembro es honrado, todos los miembros á una se gozan.
\v 27 Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo, y miembros en parte.
\s5
\v 28 Y á unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero doctores; luego facultades; luego dones de sanidades, ayudas, gobernaciones, géneros de lenguas.
\v 29 ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos doctores? ¿todos facultades?
\s5
\v 30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?
\v 31 Empero procurad los mejores dones: mas aun yo os muestro un camino más excelente.
\s5
\c 13
\p
\v 1 SI yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe.
\v 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
\v 3 Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer á pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
\s5
\v 4 La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha;
\v 5 No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;
\v 6 No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad;
\v 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
\s5
\v 8 La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada;
\v 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
\v 10 Mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte será quitado.
\s5
\v 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño.
\v 12 Ahora vemos por espejo, en obscuridad; mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.
\v 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad.
\s5
\c 14
\p
\v 1 SEGUID la caridad; y procurad los dones espirituales, mas sobre todo que profeticéis.
\v 2 Porque el que habla en lenguas, no habla á los hombres, sino á Dios; porque nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios.
\v 3 Mas el que profetiza, habla á los hombres para edificación, y exhortación, y consolación.
\v 4 El que habla lengua extraña, á sí mismo se edifica; mas el que profetiza, edifica á la iglesia.
\s5
\v 5 Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis lenguas, empero más que profetizaseis: porque mayor es el que profetiza que el que habla lenguas, si también no interpretare, para que la iglesia tome edificación.
\v 6 Ahora pues, hermanos, si yo fuere á vosotros hablando lenguas, ¿qué os aprovecharé, si no os hablare, ó con revelación, ó con ciencia, ó con profecía, ó con doctrina?
\s5
\v 7 Ciertamente las cosas inanimadas que hacen sonidos, como la flauta ó la vihuela, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se tañe con la flauta, ó con la vihuela?
\v 8 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se apercibirá á la batalla?
\v 9 Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien significante, ¿cómo se entenderá lo que se dice? porque hablaréis al aire.
\s5
\v 10 Tantos géneros de voces, por ejemplo, hay en el mundo, y nada hay mudo;
\v 11 Mas si yo ignorare el valor de la voz, seré bárbaro al que habla, y el que habla será bárbaro para mí.
\s5
\v 12 Así también vosotros; pues que anheláis espirituales dones, procurad ser excelentes para la edificación de la iglesia.
\v 13 Por lo cual, el que habla lengua extraña, pida que la interprete.
\v 14 Porque si yo orare en lengua desconocida, mi espíritu ora; mas mi entendimiento es sin fruto.
\s5
\v 15 ¿Qué pues? Oraré con el espíritu, mas oraré también con entendimiento; cantaré con el espíritu, mas cantaré también con entendimiento.
\v 16 Porque si bendijeres con el espíritu, el que ocupa lugar de un mero particular, ¿cómo dirá amén á tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.
\s5
\v 17 Porque tú, á la verdad, bien haces gracias; mas el otro no es edificado.
\v 18 Doy gracias á Dios que hablo lenguas más que todos vosotros:
\v 19 Pero en la iglesia más quiero hablar cinco palabras con mi sentido, para que enseñe también á los otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.
\s5
\v 20 Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia: empero perfectos en el sentido.
\v 21 En la ley está escrito: En otras lenguas y en otros labios hablaré á este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor.
\s5
\v 22 Así que, las lenguas por señal son, no á los fieles, sino á los infieles: mas la profecía, no á los infieles, sino á los fieles.
\v 23 De manera que, si toda la iglesia se juntare en uno, y todos hablan lenguas, y entran indoctos ó infieles, ¿no dirán que estáis locos?
\s5
\v 24 Mas si todos profetizan, y entra algún infiel ó indocto, de todos es convencido, de todos es juzgado;
\v 25 Lo oculto de su corazón se hace manifiesto: y así, postrándose sobre el rostro, adorará á Dios, declarando que verdaderamente Dios está en vosotros.
\s5
\v 26 ¿Qué hay pues, hermanos? Cuando os juntáis, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación: hágase todo para edificación.
\v 27 Si hablare alguno en lengua extraña, sea esto por dos, ó á lo más tres, y por turno; mas uno interprete.
\v 28 Y si no hubiere intérprete, calle en la iglesia, y hable á sí mismo y á Dios.
\s5
\v 29 Asimismo, los profetas hablen dos ó tres, y los demás juzguen.
\v 30 Y si á otro que estuviere sentado, fuere revelado, calle el primero.
\s5
\v 31 Porque podéis todos profetizar uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados.
\v 32 Y los espíritus de los que profetizaren, sujétense á los profetas;
\v 33 Porque Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos.
\s5
\v 34 Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley dice.
\v 35 Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa á sus maridos; porque deshonesta cosa es hablar una mujer en la congregación.
\v 36 Qué, ¿ha salido de vosotros la palabra de Dios? ¿ó á vosotros solos ha llegado?
\s5
\v 37 Si alguno á su parecer, es profeta, ó espiritual, reconozca lo que os escribo, porque son mandamientos del Señor.
\v 38 Mas el que ignora, ignore.
\s5
\v 39 Así que, hermanos, procurad profetizar; y no impidáis el hablar lenguas.
\v 40 Empero hágase todo decentemente y con orden.
\s5
\c 15
\p
\v 1 ADEMÁS os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;
\v 2 Por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
\s5
\v 3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo fué muerto por nuestros pecados, conforme á las Escrituras;
\v 4 Y que fué sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme á las Escrituras;
\s5
\v 5 Y que apareció á Cefas, y después á los doce.
\v 6 Después apareció á más de quinientos hermanos juntos; de los cuales muchos viven aún, y otros son muertos.
\v 7 Después apareció á Jacobo; después á todos los apóstoles.
\s5
\v 8 Y el postrero de todos, como á un abortivo, me apareció á mí.
\v 9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios.
\s5
\v 10 Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que fué conmigo.
\v 11 Porque, ó sea yo ó sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
\s5
\v 12 Y si Cristo es predicado que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
\v 13 Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó:
\v 14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
\s5
\v 15 Y aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él haya levantado á Cristo; al cual no levantó, si en verdad los muertos no resucitan.
\v 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó:
\v 17 Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados.
\s5
\v 18 Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos.
\v 19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres.
\s5
\v 20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
\v 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
\s5
\v 22 Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados.
\v 23 Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
\s5
\v 24 Luego el fin; cuando entregará el reino á Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad.
\v 25 Porque es menester que él reine, hasta poner á todos sus enemigos debajo de sus pies.
\v 26 Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte.
\s5
\v 27 Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas á él, claro está exceptuado aquel que sujetó á él todas las cosas.
\v 28 Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó á él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos.
\s5
\v 29 De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?
\v 30 ¿Y por qué nosotros peligramos á toda hora?
\s5
\v 31 Sí, por la gloria que en orden á vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, cada día muero.
\v 32 Si como hombre batallé en Efeso contra las bestias, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.
\s5
\v 33 No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
\v 34 Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen á Dios: para vergüenza vuestra hablo.
\s5
\v 35 Mas dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?
\v 36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muriere antes.
\s5
\v 37 Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo, ó de otro grano:
\v 38 Mas Dios le da el cuerpo como quiso, y á cada simiente su propio cuerpo.
\v 39 Toda carne no es la misma carne; mas una carne ciertamente es la de los hombres, y otra carne la de los animales, y otra la de los peces, y otra la de las aves.
\s5
\v 40 Y cuerpos hay celestiales, y cuerpos terrestres; mas ciertamente una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres.
\v 41 Otra es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas: porque una estrella es diferente de otra en gloria.
\s5
\v 42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levantará en incorrupción;
\v 43 Se siembra en vergüenza, se levantará con gloria; se siembra en flaqueza, se levantará con potencia;
\v 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará espiritual cuerpo. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
\s5
\v 45 Así también está escrito: Fué hecho el primer hombre Adam en ánima viviente; el postrer Adam en espíritu vivificante.
\v 46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
\s5
\v 47 El primer hombre, es de la tierra, terreno: el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
\v 48 Cual el terreno, tales también los terrenos; y cual el celestial, tales también los celestiales.
\v 49 Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial.
\s5
\v 50 Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción.
\v 51 He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos transformados,
\s5
\v 52 En un momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados.
\v 53 Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad.
\s5
\v 54 Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces se efectuará la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria.
\v 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?
\s5
\v 56 Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley.
\v 57 Mas á Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo.
\s5
\v 58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.
\s5
\c 16
\p
\v 1 CUANTO á la colecta para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.
\v 2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.
\s5
\v 3 Y cuando habré llegado, los que aprobareis por cartas, á éstos enviaré que lleven vuestro beneficio á Jerusalem.
\v 4 Y si fuere digno el negocio de que yo también vaya, irán conmigo.
\s5
\v 5 Y á vosotros iré, cuando hubiere pasado por Macedonia, porque por Macedonia tengo de pasar:
\v 6 Y podrá ser que me quede con vosotros, ó invernaré también, para que vosotros me llevéis á donde hubiere de ir.
\s5
\v 7 Porque no os quiero ahora ver de paso; porque espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permitiere.
\v 8 Empero estaré en Efeso hasta Pentecostés;
\v 9 Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.
\s5
\v 10 Y si llegare Timoteo, mirad que esté con vosotros seguramente; porque la obra del Señor hace también como yo.
\v 11 Por tanto, nadie le tenga en poco; antes, llevadlo en paz, para que venga á mí: porque lo espero con los hermanos.
\v 12 Acerca del hermano Apolos, mucho le he rogado que fuese á vosotros con los hermanos; mas en ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tuviere oportunidad.
\s5
\v 13 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
\v 14 Todas vuestras cosas sean hechas con caridad.
\s5
\v 15 Y os ruego, hermanos, (ya sabéis que la casa de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que se han dedicado al ministerio de los santos,)
\v 16 Que vosotros os sujetéis á los tales, y á todos los que ayudan y trabajan.
\s5
\v 17 Huélgome de la venida de Estéfanas y de Fortunato y de Achâico: porque éstos suplieron lo que á vosotros faltaba.
\v 18 Porque recrearon mi espíritu y el vuestro: reconoced pues á los tales.
\s5
\v 19 Las iglesias de Asia os saludan. Os saludan mucho en el Señor Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa.
\v 20 Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos á los otros con ósculo santo.
\s5
\v 21 La salutación de mí, Pablo, de mi mano.
\v 22 El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. Maranatha.
\v 23 La gracia del Señor Jesucristo sea con vosotros.
\v 24 Mi amor en Cristo Jesús sea con todos vosotros. Amén. La primera á los Corintios fué enviada de Filipos con Estéfanas, y Fortunato, y Achâico, y Timoteo.

413
48-2CO.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,413 @@
\id 2CO Paul's Second Lettor to the Corinthians - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 2 Corintios
\toc1 2 Corintios
\toc2 2 Corintios
\toc3 2co
\mt1 2 Corintios
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Timoteo el hermano, á la iglesia de Dios que está en Corinto, juntamente con todos los santos que están por toda la Acaya:
\v 2 Gracia y paz á vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
\s5
\v 3 Bendito sea el Dios y Padre del Señor Jesucristo, el Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación,
\v 4 El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar á los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios.
\s5
\v 5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
\v 6 Mas si somos atribulados, es por vuestra consolación y salud; la cual es obrada en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos: ó si somos consolados, es por vuestra consolación y salud;
\v 7 Y nuestra esperanza de vosotros es firme; estando ciertos que como sois compañeros de las aflicciones, así también lo sois de la consolación.
\s5
\v 8 Porque hermanos, no queremos que ignoréis de nuestra tribulación que nos fué hecha en Asia; que sobremanera fuimos cargados sobre nuestras fuerzas de tal manera que estuviésemos en duda de la vida.
\v 9 Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta los muertos:
\v 10 El cual nos libró, y libra de tanta muerte; en el cual esperamos que aun nos librará;
\s5
\v 11 Ayudándonos también vosotros con oración por nosotros, para que por la merced hecha á nos por respeto de muchos, por muchos sean hechas gracias por nosotros.
\s5
\v 12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con simplicidad y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, mas con la gracia de Dios, hemos conversado en el mundo, y muy más con vosotros.
\v 13 Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, ó también conocéis: y espero que aun hasta el fin las conoceréis:
\v 14 Como también en parte habéis conocido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.
\s5
\v 15 Y con esta confianza quise primero ir á vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia;
\v 16 Y por vosotros pasar á Macedonia, y de Macedonia venir otra vez á vosotros, y ser vuelto de vosotros á Judea.
\s5
\v 17 Así que, pretendiendo esto, ¿usé quizá de liviandad? ó lo que pienso hacer, ¿piénsolo según la carne, para que haya en mí Sí y No?
\v 18 Antes, Dios fiel sabe que nuestra palabra para con vosotros no es Sí y No.
\s5
\v 19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que por nosotros ha sido entre vosotros predicado, por mí y Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él.
\v 20 Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por nosotros á gloria de Dios.
\s5
\v 21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios;
\v 22 El cual también nos ha sellado, y dado la prenda del Espíritu en nuestros corazones.
\s5
\v 23 Mas yo llamo á Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía á Corinto.
\v 24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, mas somos ayudadores de vuestro gozo: porque por la fe estáis firmes.
\s5
\c 2
\p
\v 1 ESTO pues determiné para conmigo, no venir otra vez á vosotros con tristeza.
\v 2 Porque si yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegrará, sino aquel á quien yo contristare?
\s5
\v 3 Y esto mismo os escribí, porque cuando llegare no tenga tristeza sobre tristeza de los que me debiera gozar; confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros.
\v 4 Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas; no para que fueseis contristados, mas para que supieseis cuánto más amor tengo para con vosotros.
\s5
\v 5 Que si alguno me contristó, no me contristó á mí, sino en parte, por no cargaros, á todos vosotros.
\v 6 Bástale al tal esta reprensión hecha de muchos;
\v 7 Así que, al contrario, vosotros más bien lo perdonéis y consoléis, porque no sea el tal consumido de demasiada tristeza.
\s5
\v 8 Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él.
\v 9 Porque también por este fin os escribí, para tener experiencia de vosotros si sois obedientes en todo.
\s5
\v 10 Y al que vosotros perdonareis, yo también: porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en persona de Cristo;
\v 11 Porque no seamos engañados de Satanás: pues no ignoramos sus maquinaciones.
\s5
\v 12 Cuando vine á Troas para el evangelio de Cristo, aunque me fué abierta puerta en el Señor,
\v 13 No tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado á Tito mi hermano: así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.
\s5
\v 14 Mas á Dios gracias, el cual hace que siempre triunfemos en Cristo Jesús, y manifiesta el olor de su conocimiento por nosotros en todo lugar.
\v 15 Porque para Dios somos buen olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden:
\s5
\v 16 A éstos ciertamente olor de muerte para muerte; y á aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién es suficiente?
\v 17 Porque no somos como muchos, mercaderes falsos de la palabra de Dios: antes con sinceridad, como de Dios, delante de Dios, hablamos en Cristo.
\s5
\c 3
\p
\v 1 ¿COMENZAMOS otra vez á alabarnos á nosotros mismos? ¿ó tenemos necesidad, como algunos, de letras de recomendación para vosotros, ó de recomendación de vosotros?
\v 2 Nuestras letras sois vosotros, escritas en nuestros corazones, sabidas y leídas de todos los hombres;
\v 3 Siendo manifiesto que sois letra de Cristo administrada de nosotros, escrita no con tinta, mas con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
\s5
\v 4 Y tal confianza tenemos por Cristo para con Dios:
\v 5 No que seamos suficientes de nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia es de Dios;
\v 6 El cual asimismo nos hizo ministros suficientes de un nuevo pacto: no de la letra, mas del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
\s5
\v 7 Y si el ministerio de muerte en la letra grabado en piedras, fué con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudiesen poner los ojos en la faz de Moisés á causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
\v 8 ¿Cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?
\s5
\v 9 Porque si el ministerio de condenación fué con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justicia.
\v 10 Porque aun lo que fué glorioso, no es glorioso en esta parte, en comparación de la excelente gloria.
\v 11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más será en gloria lo que permanece.
\s5
\v 12 Así que, teniendo tal esperanza, hablamos con mucha confianza;
\v 13 Y no como Moisés, que ponía un velo sobre su faz, para que los hijos de Israel no pusiesen los ojos en el fin de lo que había de ser abolido.
\s5
\v 14 Empero los sentidos de ellos se embotaron; porque hasta el día de hoy les queda el mismo velo no descubierto en la lección del antiguo testamento, el cual por Cristo es quitado.
\v 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando Moisés es leído, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
\v 16 Mas cuando se convirtieren al Señor, el velo se quitará.
\s5
\v 17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
\v 18 Por tanto, nosotros todos, mirando á cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma semejanza, como por el Espíritu del Señor.
\s5
\c 4
\p
\v 1 POR lo cual teniendo nosotros esta administración según la misericordia que hemos alcanzado, no desmayamos;
\v 2 Antes quitamos los escondrijos de vergüenza, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por manifestación de la verdad encomendándonos á nosotros mismos á toda conciencia humana delante de Dios.
\s5
\v 3 Que si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto:
\v 4 En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
\s5
\v 5 Porque no nos predicamos á nosotros mismos, sino á Jesucristo, el Señor; y nosotros vuestros siervos por Jesús.
\v 6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
\s5
\v 7 Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros:
\v 8 Estando atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperamos;
\v 9 Perseguidos, mas no desamparados; abatidos, mas no perecemos;
\v 10 Llevando siempre por todas partes la muerte de Jesús en el cuerpo, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestros cuerpos.
\s5
\v 11 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados á muerte por Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal.
\v 12 De manera que la muerte obra en nosotros, y en vosotros la vida.
\s5
\v 13 Empero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme á lo que está escrito: Creí, por lo cual también hablé: nosotros también creemos, por lo cual también hablamos;
\v 14 Estando ciertos que el que levantó al Señor Jesús, á nosotros también nos levantará por Jesús, y nos pondrá con vosotros.
\v 15 Porque todas estas cosas padecemos por vosotros, para que abundando la gracia por muchos, en el hacimiento de gracias sobreabunde á gloria de Dios.
\s5
\v 16 Por tanto, no desmayamos: antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior empero se renueva de día en día.
\v 17 Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria;
\v 18 No mirando nosotros á las cosas que se ven, sino á las que no se ven: porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas.
\s5
\c 5
\p
\v 1 PORQUE sabemos, que si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.
\v 2 Y por esto también gemimos, deseando ser sobrevestidos de aquella nuestra habitación celestial;
\v 3 Puesto que en verdad habremos sido hallados vestidos, y no desnudos.
\s5
\v 4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo, gemimos agravados; porque no quisiéramos ser desnudados, sino sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
\v 5 Mas el que nos hizo para esto mismo, es Dios; el cual nos ha dado la prenda del Espíritu.
\s5
\v 6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo, que entre tanto que estamos en el cuerpo, peregrinamos ausentes del Señor;
\v 7 (Porque por fe andamos, no por vista;)
\v 8 Mas confiamos, y más quisiéramos partir del cuerpo, y estar presentes al Señor.
\s5
\v 9 Por tanto procuramos también, ó ausentes, ó presentes, serle agradables:
\v 10 Porque es menester que todos nosotros parezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo, ora sea bueno ó malo.
\s5
\v 11 Estando pues poseídos del temor del Señor, persuadimos á los hombres, mas á Dios somos manifiestos; y espero que también en vuestras conciencias somos manifiestos.
\v 12 No nos encomendamos pues otra vez á vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis qué responder contra los que se glorían en las apariencias, y no en el corazón.
\s5
\v 13 Porque si loqueamos, es para Dios; y si estamos en seso, es para vosotros.
\v 14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: Que si uno murió por todos, luego todos son muertos;
\v 15 Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, mas para aquel que murió y resucitó por ellos.
\s5
\v 16 De manera que nosotros de aquí adelante á nadie conocemos según la carne: y aun si á Cristo conocimos según la carne, empero ahora ya no le conocemos.
\v 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
\s5
\v 18 Y todo esto es de Dios, el cual nos reconcilió á sí por Cristo; y nos dió el ministerio de la reconciliación.
\v 19 Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo á sí, no imputándole sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la reconciliación.
\s5
\v 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
\v 21 Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
\s5
\c 6
\p
\v 1 Y ASÍ nosotros, como ayudadores juntamente con él, os exhortamos también á que no recibáis en vano la gracia de Dios,
\v 2 (Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salud te he socorrido: he aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salud:)
\v 3 No dando á nadie ningún escándalo, porque el ministerio nuestro no sea vituperado:
\s5
\v 4 Antes habiéndonos en todas cosas como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;
\v 5 En azotes, en cárceles, en alborotos, en trabajos, en vigilias, en ayunos;
\v 6 En castidad, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en Espíritu Santo, en amor no fingido;
\v 7 En palabra de verdad, en potencia de Dios, en armas de justicia á diestro y á siniestro;
\s5
\v 8 Por honra y por deshonra, por infamia y por buena fama; como engañadores, mas hombres de verdad;
\v 9 Como ignorados, mas conocidos; como muriendo, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;
\v 10 Como doloridos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo á muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
\s5
\v 11 Nuestra boca está abierta á vosotros, oh Corintios: nuestro corazón es ensanchado.
\v 12 No estáis estrechos en nosotros, mas estáis estrechos en vuestras propias entrañas.
\v 13 Pues, para corresponder al propio modo (como á hijos hablo), ensanchaos también vosotros.
\s5
\v 14 No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía tiene la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas?
\v 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿ó qué parte el fiel con el infiel?
\v 16 ¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo.
\s5
\v 17 Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré,
\v 18 Y seré á vosotros Padre, y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el Señor Todopoderoso.
\s5
\c 7
\p
\v 1 ASÍ que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios.
\s5
\v 2 Admitidnos: á nadie hemos injuriado, á nadie hemos corrompido, á nadie hemos engañado.
\v 3 No para condenar os lo digo; que ya he dicho antes que estáis en nuestros corazones, para morir y para vivir juntamente.
\v 4 Mucha confianza tengo de vosotros, tengo de vosotros mucha gloria; lleno estoy de consolación, sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.
\s5
\v 5 Porque aun cuando vinimos á Macedonia, ningún reposo tuvo nuestra carne; antes, en todo fuimos atribulados: de fuera, cuestiones; de dentro, temores.
\v 6 Mas Dios, que consuela á los humildes, nos consoló con la venida de Tito:
\v 7 Y no sólo con su venida, sino también con la consolación con que él fué consolado acerca de vosotros, haciéndonos saber vuestro deseo grande, vuestro lloro, vuestro celo por mí, para que así me gozase más.
\s5
\v 8 Porque aunque os contristé por la carta, no me arrepiento, bien que me arrepentí; porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo os contristó,
\v 9 Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte.
\v 10 Porque el dolor que es según Dios, obra arrepentimiento saludable, de que no hay que arrepentirse; mas el dolor del siglo obra muerte.
\s5
\v 11 Porque he aquí, esto mismo que según Dios fuisteis contristados, cuánta solicitud ha obrado en vosotros, y aun defensa, y aun enojo, y aun temor, y aun gran deseo, y aun celo, y aun vindicación. En todo os habéis mostrado limpios en el negocio.
\v 12 Así que, aunque os escribí, no fué por causa del que hizo la injuria, ni por causa del que la padeció, mas para que os fuese manifiesta nuestra solicitud que tenemos por vosotros delante de Dios.
\s5
\v 13 Por tanto, tomamos consolación de vuestra consolación: empero mucho más nos gozamos por el gozo de Tito, que haya sido recreado su espíritu de todos vosotros.
\v 14 Pues si algo me he gloriado para con él de vosotros, no he sido avergonzado; antes, como todo lo que habíamos dicho de vosotros era con verdad, así también nuestra gloria delante de Tito fué hallada verdadera.
\s5
\v 15 Y sus entrañas son más abundantes para con vosotros, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor.
\v 16 Me gozo de que en todo estoy confiado de vosotros.
\s5
\c 8
\p
\v 1 ASIMISMO, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que ha sido dada á las iglesias de Macedonia:
\v 2 Que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su bondad.
\s5
\v 3 Pues de su grado han dado conforme á sus fuerzas, yo testifico, y aun sobre sus fuerzas;
\v 4 Pidiéndonos con muchos ruegos, que aceptásemos la gracia y la comunicación del servicio para los santos.
\v 5 Y no como lo esperábamos, mas aun á sí mismos se dieron primeramente al Señor, y á nosotros por la voluntad de Dios.
\s5
\v 6 De manera que exhortamos á Tito, que como comenzó antes, así también acabe esta gracia entre vosotros también.
\v 7 Por tanto, como en todo abundáis, en fe, y en palabra, y en ciencia, y en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, que también abundéis en esta gracia.
\s5
\v 8 No hablo como quien manda, sino para poner á prueba, por la eficacia de otros, la sinceridad también de la caridad vuestra.
\v 9 Porque ya sabéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
\s5
\v 10 Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene á vosotros, que comenzasteis antes, no sólo á hacerlo, mas aun á quererlo desde el año pasado.
\v 11 Ahora pues, llevad también á cabo el hecho, para que como estuvisteis prontos á querer, así también lo estéis en cumplir conforme á lo que tenéis.
\v 12 Porque si primero hay la voluntad pronta, será acepta por lo que tiene, no por lo que no tiene.
\s5
\v 13 Porque no digo esto para que haya para otros desahogo, y para vosotros apretura;
\v 14 Sino para que en este tiempo, con igualdad, vuestra abundancia supla la falta de ellos, para que también la abundancia de ellos supla vuestra falta, porque haya igualdad;
\v 15 Como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más; y el que poco, no tuvo menos.
\s5
\v 16 Empero gracias á Dios que dió la misma solicitud por vosotros en el corazón de Tito.
\v 17 Pues á la verdad recibió la exhortación; mas estando también muy solícito, de su voluntad partió para vosotros.
\s5
\v 18 Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza en el evangelio es por todas las iglesias;
\v 19 Y no sólo esto, mas también fué ordenado por las iglesias el compañero de nuestra peregrinación para llevar esta gracia, que es administrada de nosotros para gloria del mismo Señor, y para demostrar vuestro pronto ánimo:
\s5
\v 20 Evitando que nadie nos vitupere en esta abundancia que ministramos;
\v 21 Procurando las cosas honestas, no sólo delante del Señor, mas aun delante de los hombres.
\s5
\v 22 Enviamos también con ellos á nuestro hermano, al cual muchas veces hemos experimentado diligente, mas ahora mucho más con la mucha confianza que tiene en vosotros.
\v 23 Ora en orden á Tito, es mi compañero y coadjutor para con vosotros; ó acerca de nuestros hermanos, los mensajeros son de las iglesias, y la gloria de Cristo.
\v 24 Mostrad pues, para con ellos á la faz de las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestra gloria acerca de vosotros.
\s5
\c 9
\p
\v 1 PORQUE cuanto á la suministración para los santos, por demás me es escribiros;
\v 2 Pues conozco vuestro pronto ánimo, del cual me glorío yo entre los de Macedonia, que Acaya está apercibida desde el año pasado; y vuestro ejemplo ha estimulado á muchos.
\s5
\v 3 Mas he enviado los hermanos, porque nuestra gloria de vosotros no sea vana en esta parte; para que, como lo he dicho, estéis apercibidos;
\v 4 No sea que, si vinieren conmigo Macedonios, y os hallaren desapercibidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de este firme gloriarnos.
\v 5 Por tanto, tuve por cosa necesaria exhortar á los hermanos que fuesen primero á vosotros, y apresten primero vuestra bendición antes prometida, para que esté aparejada como de bendición, y no como de mezquindad.
\s5
\v 6 Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.
\v 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ó por necesidad; porque Dios ama el dador alegre.
\s5
\v 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; á fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra:
\v 9 Como está escrito: Derramó, dió á los pobres; su justicia permanece para siempre.
\s5
\v 10 Y el que da simiente al que siembra, también dará pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los crecimientos de los frutos de vuestra justicia;
\v 11 Para que estéis enriquecidos en todo para toda bondad, la cual obra por nosotros hacimiento de gracias á Dios.
\s5
\v 12 Porque la suministración de este servicio, no solamente suple lo que á los santos falta, sino también abunda en muchos hacimientos de gracias á Dios:
\v 13 Que por la experiencia de esta suministración glorifican á Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la bondad de contribuir para ellos y para todos;
\v 14 Asimismo por la oración de ellos á favor vuestro, los cuales os quieren á causa de la eminente gracia de Dios en vosotros.
\v 15 Gracias á Dios por su don inefable.
\s5
\c 10
\p
\v 1 EMPERO yo Pablo, os ruego por la mansedumbre y modestia de Cristo, yo que presente ciertamente soy bajo entre vosotros, mas ausente soy confiado entre vosotros:
\v 2 Ruego pues, que cuando estuviere presente, no tenga que ser atrevido con la confianza con que estoy en ánimo de ser resuelto para con algunos, que nos tienen como si anduviésemos según la carne.
\s5
\v 3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne,
\v 4 (Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;)
\s5
\v 5 Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento á la obediencia de Cristo;
\v 6 Y estando prestos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia fuere cumplida.
\s5
\v 7 Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está confiado en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo.
\v 8 Porque aunque me gloríe aún un poco de nuestra potestad (la cual el Señor nos dió para edificación y no para vuestra destrucción), no me avergonzaré;
\s5
\v 9 Porque no parezca como que os quiero espantar por cartas.
\v 10 Porque á la verdad, dicen, las cartas son graves y fuertes; mas la presencia corporal flaca, y la palabra menospreciable.
\s5
\v 11 Esto piense el tal, que cuales somos en la palabra por cartas estando ausentes, tales seremos también en hechos, estando presentes.
\v 12 Porque no osamos entremeternos ó compararnos con algunos que se alaban á sí mismos: mas ellos, midiéndose á sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos no son juiciosos.
\s5
\v 13 Nosotros empero, no nos gloriaremos fuera de nuestra medida, sino conforme á la medida de la regla, de la medida que Dios nos repartió, para llegar aun hasta vosotros.
\v 14 Porque no nos extendemos sobre nuestra medida, como si no llegásemos hasta vosotros: porque también hasta vosotros hemos llegado en el evangelio de Cristo:
\s5
\v 15 No gloriándonos fuera de nuestra medida en trabajos ajenos; mas teniendo esperanza del crecimiento de vuestra fe, que seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme á nuestra regla.
\v 16 Y que anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la medida de otro para gloriarnos en lo que ya estaba aparejado.
\s5
\v 17 Mas el que se gloría, gloríese en el Señor.
\v 18 Porque no el que se alaba á sí mismo, el tal es aprobado; mas aquel á quien Dios alaba.
\s5
\c 11
\p
\v 1 OJALÁ toleraseis un poco mi locura; empero toleradme.
\v 2 Pues que os celo con celo de Dios; porque os he desposado á un marido, para presentaros como una virgen pura á Cristo.
\s5
\v 3 Mas temo que como la serpiente engañó á Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo.
\v 4 Porque si el que viene, predicare otro Jesús que el que hemos predicado, ó recibiereis otro espíritu del que habéis recibido, ú otro evangelio del que habéis aceptado, lo sufrierais bien.
\s5
\v 5 Cierto pienso que en nada he sido inferior á aquellos grandes apóstoles.
\v 6 Porque aunque soy basto en la palabra, empero no en la ciencia: mas en todo somos ya del todo manifiestos á vosotros.
\s5
\v 7 ¿Pequé yo humillándome á mí mismo, para que vosotros fueseis ensalzados, porque os he predicado el evangelio de Dios de balde?
\v 8 He despojado las otras iglesias, recibiendo salario para ministraros á vosotros.
\v 9 Y estando con vosotros y teniendo necesidad, á ninguno fuí carga; porque lo que me faltaba, suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia: y en todo me guardé de seros gravoso, y me guardaré.
\s5
\v 10 Es la verdad de Cristo en mí, que esta gloria no me será cerrada en las partes de Acaya.
\v 11 ¿Por qué? ¿porque no os amo? Dios lo sabe.
\s5
\v 12 Mas lo que hago, haré aún, para cortar la ocasión de aquellos que la desean, á fin de que en aquello que se glorían, sean hallados semejantes á nosotros.
\v 13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, transfigurándose en apóstoles de Cristo.
\s5
\v 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz.
\v 15 Así que, no es mucho si también sus ministros se transfiguran como ministros de justicia; cuyo fin será conforme á sus obras.
\s5
\v 16 Otra vez digo: Que nadie me estime ser loco; de otra manera, recibidme como á loco, para que aun me gloríe yo un poquito.
\v 17 Lo que hablo, no lo hablo según el Señor, sino como en locura, con esta confianza de gloria.
\v 18 Pues que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré.
\s5
\v 19 Porque de buena gana toleráis los necios, siendo vosotros sabios:
\v 20 Porque toleráis si alguno os pone en servidumbre, si alguno os devora, si alguno toma, si alguno se ensalza, si alguno os hiere en la cara.
\v 21 Dígolo cuanto á la afrenta, como si nosotros hubiésemos sido flacos. Empero en lo que otro tuviere osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía.
\s5
\v 22 ¿Son Hebreos? yo también. ¿Son Israelitas? yo también. ¿Son simiente de Abraham? también yo.
\v 23 ¿Son ministros de Cristo? (como poco sabio hablo) yo más: en trabajos más abundante; en azotes sin medida; en cárceles más; en muertes, muchas veces.
\s5
\v 24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
\v 25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado en lo profundo de la mar;
\v 26 En caminos muchas veces, peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los Gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos;
\s5
\v 27 En trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;
\v 28 Sin otras cosas además, lo que sobre mí se agolpa cada día, la solicitud de todas las iglesias.
\v 29 ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿Quién se escandaliza, y yo no me quemo?
\s5
\v 30 Si es menester gloriarse, me gloriaré yo de lo que es de mi flaqueza.
\v 31 El Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, que es bendito por siglos, sabe que no miento.
\s5
\v 32 En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba la ciudad de los Damascenos para prenderme;
\v 33 Y fuí descolgado del muro en un serón por una ventana, y escapé de sus manos.
\s5
\c 12
\p
\v 1 CIERTO no me es conveniente gloriarme; mas vendré á las visiones y á las revelaciones del Señor.
\v 2 Conozco á un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé: Dios lo sabe) fué arrebatado hasta el tercer cielo.
\s5
\v 3 Y conozco tal hombre, (si en el cuerpo, ó fuera del cuerpo, no lo sé: Dios lo sabe,)
\v 4 Que fué arrebatado al paraíso, donde oyó palabras secretas que el hombre no puede decir.
\v 5 De este tal me gloriaré, mas de mí mismo nada me gloriaré, sino en mis flaquezas.
\s5
\v 6 Por lo cual si quisiere gloriarme, no seré insensato: porque diré verdad: empero lo dejo, porque nadie piense de mí más de lo que en mí ve, ú oye de mí.
\v 7 Y porque la grandeza de las revelaciones no me levante descomedidamente, me es dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.
\s5
\v 8 Por lo cual tres veces he rogado al Señor, que se quite de mí.
\v 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas, porque habite en mí la potencia de Cristo.
\v 10 Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso.
\s5
\v 11 Heme hecho un necio en gloriarme: vosotros me constreñisteis; pues yo había de ser alabado de vosotros: porque en nada he sido menos que los sumos apóstoles, aunque soy nada.
\v 12 Con todo esto, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, en señales, y en prodigios, y en maravillas.
\v 13 Porque ¿qué hay en que habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? Perdonadme esta injuria.
\s5
\v 14 He aquí estoy aparejado para ir á vosotros la tercera vez, y no os seré gravoso; porque no busco vuestras cosas, sino á vosotros: porque no han de atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.
\v 15 Empero yo de muy buena gana despenderé y seré despendido por vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.
\s5
\v 16 Mas sea así, yo no os he agravado: sino que, como soy astuto, os he tomado por engaño.
\v 17 ¿Acaso os he engañado por alguno de los que he enviado á vosotros?
\v 18 Rogué á Tito, y envié con él al hermano. ¿Os engañó quizá Tito? ¿no hemos procedido con el mismo espíritu y por las mismas pisadas?
\s5
\v 19 ¿Pensáis aún que nos excusamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos: mas todo, muy amados, por vuestra edificación.
\s5
\v 20 Porque temo que cuando llegare, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, disensiones, detracciones, murmuraciones, elaciones, bandos:
\v 21 Que cuando volviere, me humille Dios entre vosotros, y haya de llorar por muchos de los que antes habrán pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y deshonestidad que han cometido.
\s5
\c 13
\p
\v 1 ESTA tercera vez voy á vosotros. En la boca de dos ó de tres testigos consistirá todo negocio.
\v 2 He dicho antes, y ahora digo otra vez como presente, y ahora ausente lo escribo á los que antes pecaron, y á todos los demás, que si voy otra vez, no perdonaré;
\s5
\v 3 Pues buscáis una prueba de Cristo que habla en mí, el cual no es flaco para con vosotros, antes es poderoso en vosotros.
\v 4 Porque aunque fué crucificado por flaqueza, empero vive por potencia de Dios. Pues también nosotros somos flacos con él, mas viviremos con él por la potencia de Dios para con vosotros.
\s5
\v 5 Examinaos á vosotros mismos si estáis en fe; probaos á vosotros mismos. ¿No os conocéis á vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros? si ya no sois reprobados.
\v 6 Mas espero que conoceréis que nosotros no somos reprobados.
\s5
\v 7 Y oramos á Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros seamos hallados aprobados, mas para que vosotros hagáis lo que es bueno, aunque nosotros seamos como reprobados.
\v 8 Porque ninguna cosa podemos contra la verdad, sino por la verdad.
\s5
\v 9 Por lo cual nos gozamos que seamos nosotros flacos, y que vosotros estéis fuertes; y aun deseamos vuestra perfección.
\v 10 Por tanto os escribo esto ausente, por no tratar presente con dureza, conforme á la potestad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.
\s5
\v 11 Resta, hermanos, que tengáis gozo, seáis perfectos, tengáis consolación, sintáis una misma cosa, tengáis paz; y el Dios de paz y de caridad será con vosotros.
\v 12 Saludaos los unos á los otros con ósculo santo. Todos los santos os saludan.
\s5
\v 13 La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la participación del Espíritu Santo sea con vosotros todos. Amén. La segunda Epístola á los Corintios fué enviada de Filipos de Macedonia con Tito y Lucas.

235
49-GAL.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,235 @@
\id GAL Paul's Letter to the Galatians - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Gálatas
\toc1 Gálatas
\toc2 Gálatas
\toc3 gal
\mt1 Gálatas
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, apóstol, (no de los hombres, ni por hombre, mas por Jesucristo y por Dios el Padre, que lo resucitó de los muertos),
\v 2 Y todos los hermanos que están conmigo, á las iglesias de Galacia:
\s5
\v 3 Gracia sea á vosotros, y paz de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo,
\v 4 El cual se dió á sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme á la voluntad de Dios y Padre nuestro;
\v 5 Al cual sea la gloria por siglos de siglos. Amén.
\s5
\v 6 Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis traspasado del que os llamó á la gracia de Cristo, á otro evangelio:
\v 7 No que hay otro, sino que hay algunos que os inquietan, y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
\s5
\v 8 Mas aun si nosotros ó un ángel del cielo os anunciare otro evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema.
\v 9 Como antes hemos dicho, también ahora decimos otra vez: Si alguno os anunciare otro evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
\v 10 Porque, ¿persuado yo ahora á hombres ó á Dios? ¿ó busco de agradar á hombres? Cierto, que si todavía agradara á los hombres, no sería siervo de Cristo.
\s5
\v 11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio que ha sido anunciado por mí, no es según hombre;
\v 12 Pues ni yo lo recibí, ni lo aprendí de hombre, sino por revelación de Jesucristo.
\s5
\v 13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta otro tiempo en el Judaismo, que perseguía sobremanera la iglesia de Dios, y la destruía;
\v 14 Y aprovechaba en el Judaismo sobre muchos de mis iguales en mi nación, siendo muy más celador que todos de las tradiciones de mis padres.
\s5
\v 15 Mas cuando plugo á Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
\v 16 Revelar á su Hijo en mí, para que le predicase entre los Gentiles, luego no conferí con carne y sangre;
\v 17 Ni fuí á Jerusalem á los que eran apóstoles antes que yo; sino que me fuí á la Arabia, y volví de nuevo á Damasco.
\s5
\v 18 Después, pasados tres años, fuí á Jerusalem á ver á Pedro, y estuve con él quince días.
\v 19 Mas á ningún otro de los apóstoles vi, sino á Jacobo el hermano del Señor.
\v 20 Y en esto que os escribo, he aquí, delante de Dios, no miento.
\s5
\v 21 Después fuí á las partes de Siria y de Cilicia;
\v 22 Y no era conocido de vista á las iglesias de Judea, que eran en Cristo;
\v 23 Solamente habían oído decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que en otro tiempo destruía.
\v 24 Y glorificaban á Dios en mí.
\s5
\c 2
\p
\v 1 DESPUÉS, pasados catorce años, fuí otra vez á Jerusalem juntamente con Bernabé, tomando también conmigo á Tito.
\v 2 Empero fuí por revelación, y comuniquéles el evangelio que predico entre los Gentiles; mas particularmente á los que parecían ser algo, por no correr en vano, ó haber corrido.
\s5
\v 3 Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, siendo Griego, fué compelido á circuncidarse.
\v 4 Y eso por causa de los falsos hermanos, que se entraban secretamente para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para ponernos en servidumbre;
\v 5 A los cuales ni aun por una hora cedimos sujetándonos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.
\s5
\v 6 Empero de aquellos que parecían ser algo (cuáles hayan sido algún tiempo, no tengo que ver; Dios no acepta apariencia de hombre), á mí ciertamente los que parecían ser algo, nada me dieron.
\v 7 Antes por el contrario, como vieron que el evangelio de la incircuncisión me era encargado, como á Pedro el de la circuncisión,
\v 8 (Porque el que hizo por Pedro para el apostolado de la circuncisión, hizo también por mí para con los Gentiles;)
\s5
\v 9 Y como vieron la gracia que me era dada, Jacobo y Cefas y Juan, que parecían ser las columnas, nos dieron las diestras de compañía á mí y á Bernabé, para que nosotros fuésemos á los Gentiles, y ellos á la circuncisión.
\v 10 Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo mismo que fuí también solícito en hacer.
\s5
\v 11 Empero viniendo Pedro á Antioquía, le resistí en la cara, porque era de condenar.
\v 12 Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, comía con los Gentiles; mas después que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión.
\s5
\v 13 Y á su disimulación consentían también los otros Judíos; de tal manera que aun Bernabé fué también llevado de ellos en su simulación.
\v 14 Mas cuando vi que no andaban derechamente conforme á la verdad del evangelio, dije á Pedro delante de todos: Si tú, siendo Judío, vives como los Gentiles y no como Judío, ¿por qué constriñes á los Gentiles á judaizar?
\s5
\v 15 Nosotros Judíos naturales, y no pecadores de los Gentiles,
\v 16 Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para que fuésemos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada.
\s5
\v 17 Y si buscando nosotros ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
\v 18 Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo á edificar, transgresor me hago.
\v 19 Porque yo por la ley soy muerto á la ley, para vivir á Dios.
\s5
\v 20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.
\v 21 No desecho la gracia de Dios: porque si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
\s5
\c 3
\p
\v 1 ¡OH Gálatas insensatos! ¿quién os fascinó, para no obedecer á la verdad, ante cuyos ojos Jesucristo fué ya descrito como crucificado entre vosotros?
\v 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, ó por el oir de la fe?
\v 3 ¿Tan necios sois? ¿habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne?
\s5
\v 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si empero en vano.
\v 5 Aquel, pues, que os daba el Espíritu, y obraba maravillas entre vosotros ¿hacíalo por las obras de la ley, ó por el oir de la fe?
\s5
\v 6 Como Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia.
\v 7 Sabéis por tanto, que los que son de fe, los tales son hijos de Abraham.
\v 8 Y viendo antes la Escritura que Dios por la fe había de justificar á los Gentiles, evangelizó antes á Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.
\v 9 Luego los de la fe son benditos con el creyente Abraham.
\s5
\v 10 Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
\v 11 Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá.
\v 12 La ley también no es de la fe; sino, El hombre que los hiciere, vivirá en ellos.
\s5
\v 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:)
\v 14 Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.
\s5
\v 15 Hermanos, hablo como hombre: Aunque un pacto sea de hombre, con todo, siendo confirmado, nadie lo cancela, ó le añade.
\v 16 A Abraham fueron hechas las promesas, y á su simiente. No dice: Y á las simientes, como de muchos; sino como de uno: Y á tu simiente, la cual es Cristo.
\s5
\v 17 Esto pues digo: Que el contrato confirmado de Dios para con Cristo, la ley que fué hecha cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
\v 18 Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa: empero Dios por la promesa hizo la donación á Abraham.
\s5
\v 19 ¿Pues de qué sirve la ley? Fué puesta por causa de las rebeliones, hasta que viniese la simiente á quien fué hecha la promesa, ordenada aquélla por los ángeles en la mano de un mediador.
\v 20 Y el mediador no es de uno, pero Dios es uno.
\s5
\v 21 ¿Luego la ley es contra las promesas de Dios? En ninguna manera: porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.
\v 22 Mas encerró la Escritura todo bajo pecado, para que la promesa fuese dada á los creyentes por la fe de Jesucristo.
\s5
\v 23 Empero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que había de ser descubierta.
\v 24 De manera que la ley nuestro ayo fué para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.
\v 25 Mas venida la fe, ya no estamos bajo ayo;
\v 26 Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
\s5
\v 27 Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos.
\v 28 No hay Judío, ni Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
\v 29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente la simiente de Abraham sois, y conforme á la promesa los herederos.
\s5
\c 4
\p
\v 1 TAMBIÉN digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del siervo, aunque es señor de todo;
\v 2 Mas está debajo de tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
\s5
\v 3 Así también nosotros, cuando éramos niños, éramos siervos bajo los rudimentos del mundo.
\v 4 Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, hecho de mujer, hecho súbdito á la ley,
\v 5 Para que redimiese á los que estaban debajo de la ley, á fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
\s5
\v 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre.
\v 7 Así que ya no eres más siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por Cristo.
\s5
\v 8 Antes, en otro tiempo, no conociendo á Dios, servíais á los que por naturaleza no son dioses:
\v 9 Mas ahora, habiendo conocido á Dios, ó más bien, siendo conocidos de Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo á los flacos y pobres rudimentos, en los cuales queréis volver á servir?
\s5
\v 10 Guardáis los días, y los meses, y los tiempos, y los años.
\v 11 Temo de vosotros, que no haya trabajado en vano en vosotros.
\s5
\v 12 Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo soy como vosotros: ningún agravio me habéis hecho.
\v 13 Que vosotros sabéis que por flaqueza de carne os anuncié el evangelio al principio:
\v 14 Y no desechasteis ni menospreciasteis mi tentación que estaba en mi carne: antes me recibisteis como á un ángel de Dios, como á Cristo Jesús.
\s5
\v 15 ¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos.
\v 16 ¿Heme pues hecho vuestro enemigo, diciéndoos la verdad?
\s5
\v 17 Tienen celos de vosotros, pero no bien: antes os quieren echar fuera para que vosotros los celéis á ellos.
\v 18 Bueno es ser celosos en bien siempre; y no solamente cuando estoy presente con vosotros.
\s5
\v 19 Hijitos míos, que vuelvo otra vez á estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros;
\v 20 Querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy perplejo en cuanto á vosotros.
\s5
\v 21 Decidme, los que queréis estar debajo de la ley, ¿no habéis oído la ley?
\v 22 Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos; uno de la sierva, el otro de la libre.
\v 23 Mas el de la sierva nació según la carne; pero el de la libre nació por la promesa.
\s5
\v 24 Las cuales cosas son dichas por alegoría: porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró para servidumbre, que es Agar.
\v 25 Porque Agar ó Sinaí es un monte de Arabia, el cual es conjunto á la que ahora es Jerusalem, la cual sirve con sus hijos.
\s5
\v 26 Mas la Jerusalem de arriba libre es; la cual es la madre de todos nosotros.
\v 27 Porque está escrito: Alégrate, estéril, que no pares: prorrumpe y clama, la que no estás de parto; porque más son los hijos de la dejada, que de la que tiene marido.
\s5
\v 28 Así que, hermanos, nosotros como Isaac somos hijos de la promesa.
\v 29 Empero como entonces el que era engendrado según la carne, perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
\s5
\v 30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera á la sierva y á su hijo; porque no será heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre.
\v 31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, mas de la libre.
\s5
\c 5
\p
\v 1 ESTAD, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez á ser presos en el yugo de servidumbre.
\v 2 He aquí yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no os aprovechará nada.
\s5
\v 3 Y otra vez vuelvo á protestar á todo hombre que se circuncidare, que está obligado á hacer toda la ley.
\v 4 Vacíos sois de Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
\s5
\v 5 Porque nosotros por el Espíritu esperamos la esperanza de la justicia por la fe.
\v 6 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por la caridad.
\v 7 Vosotros corríais bien: ¿quién os embarazó para no obedecer á la verdad?
\v 8 Esta persuasión no es de aquel que os llama.
\s5
\v 9 Un poco de levadura leuda toda la masa.
\v 10 Yo confío de vosotros en el Señor, que ninguna otra cosa sentiréis: mas el que os inquieta, llevará el juicio, quienquiera que él sea.
\s5
\v 11 Y yo, hermanos, si aun predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? pues que quitado es el escándalo de la cruz.
\v 12 Ojalá fuesen también cortados los que os inquietan.
\s5
\v 13 Porque vosotros, hermanos, á libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión á la carne, sino servíos por amor los unos á los otros.
\v 14 Porque toda la ley en aquesta sola palabra se cumple: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
\v 15 Y si os mordéis y os coméis los unos á los otros, mirad que también no os consumáis los unos á los otros.
\s5
\v 16 Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne.
\v 17 Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una á la otra, para que no hagáis lo que quisiereis.
\v 18 Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley.
\s5
\v 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución,
\v 20 Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
\v 21 Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
\s5
\v 22 Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe,
\v 23 Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.
\v 24 Porque los que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos y concupiscencias.
\s5
\v 25 Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.
\v 26 No seamos codiciosos de vana gloria, irritando los unos á los otros, envidiándose los unos á los otros.
\s5
\c 6
\p
\v 1 HERMANOS, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre; considerándote á ti mismo, porque tú no seas también tentado.
\v 2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley de Cristo.
\s5
\v 3 Porque el que estima de sí que es algo, no siendo nada, á sí mismo se engaña.
\v 4 Así que cada uno examine su obra, y entonces tendrá gloria sólo respecto de sí mismo, y no en otro.
\v 5 Porque cada cual llevará su carga.
\s5
\v 6 Y el que es enseñado en la palabra, comunique en todos los bienes al que lo instruye.
\v 7 No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
\v 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
\s5
\v 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; que á su tiempo segaremos, si no hubiéremos desmayado.
\v 10 Así que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien á todos, y mayormente á los domésticos de la fe.
\s5
\v 11 Mirad en cuán grandes letras os he escrito de mi mano.
\v 12 Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os constriñen á que os circuncidéis, solamente por no padecer persecución por la cruz de Cristo.
\v 13 Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; sino que quieren que vosotros seáis circuncidados, para gloriarse en vuestra carne.
\s5
\v 14 Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado á mí, y yo al mundo.
\v 15 Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.
\v 16 Y todos los que anduvieren conforme á esta regla, paz sobre ellos, y misericordia, y sobre el Israel de Dios.
\s5
\v 17 De aquí adelante nadie me sea molesto; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.
\v 18 Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. Enviada de Roma á los Gálatas.

242
50-EPH.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,242 @@
\id EPH Paul's Letter to the Ephesians - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Efesios
\toc1 Efesios
\toc2 Efesios
\toc3 eph
\mt1 Efesios
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, á los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:
\v 2 Gracia sea á vosotros, y paz de Dios Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
\s5
\v 3 Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Cristo:
\v 4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor;
\s5
\v 5 Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por Jesucristo á sí mismo, según el puro afecto de su voluntad,
\v 6 Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado:
\s5
\v 7 En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,
\v 8 Que sobreabundó en nosotros en toda sabiduría é inteligencia;
\s5
\v 9 Descubriéndonos el misterio de su voluntad, según su beneplácito, que se había propuesto en sí mismo,
\v 10 De reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra:
\s5
\v 11 En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad,
\v 12 Para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en Cristo.
\s5
\v 13 En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
\v 14 Que es las arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria.
\s5
\v 15 Por lo cual también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y amor para con todos los santos,
\v 16 No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones;
\s5
\v 17 Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento;
\v 18 Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
\s5
\v 19 Y cuál aquella supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza,
\v 20 La cual obró en Cristo, resucitándole de los muertos, y colocándole á su diestra en los cielos,
\v 21 Sobre todo principado, y potestad, y potencia, y señorío, y todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, mas aun en el venidero:
\s5
\v 22 Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y diólo por cabeza sobre todas las cosas á la iglesia,
\v 23 La cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que hinche todas las cosas en todos.
\s5
\c 2
\p
\v 1 Y DE ella recibisteis vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
\v 2 En que en otro tiempo anduvisteis conforme á la condición de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia:
\v 3 Entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.
\s5
\v 4 Empero Dios, que es rico en misericordia, por su mucho amor con que nos amó,
\v 5 Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo; por gracia sois salvos;
\v 6 Y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús,
\v 7 Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
\s5
\v 8 Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios:
\v 9 No por obras, para que nadie se gloríe.
\v 10 Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.
\s5
\v 11 Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros los Gentiles en la carne, que erais llamados incircuncisión por la que se llama circuncisión, hecha con mano en la carne;
\v 12 Que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la república de Israel, y extranjeros á los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
\s5
\v 13 Mas ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
\v 14 Porque él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación;
\v 15 Dirimiendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos en orden á ritos, para edificar en sí mismo los dos en un nuevo hombre, haciendo la paz,
\v 16 Y reconciliar por la cruz con Dios á ambos en un mismo cuerpo, matando en ella las enemistades.
\s5
\v 17 Y vino, y anunció la paz á vosotros que estabais lejos, y á los que estaban cerca:
\v 18 Que por él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
\s5
\v 19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios;
\v 20 Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo;
\v 21 En el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor:
\v 22 En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu.
\s5
\c 3
\p
\v 1 POR esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los Gentiles,
\v 2 Si es que habéis oído la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada para con vosotros,
\s5
\v 3 A saber, que por revelación me fué declarado el misterio, como antes he escrito en breve;
\v 4 Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi inteligencia en el misterio de Cristo:
\v 5 El cual misterio en los otros siglos no se dió á conocer á los hijos de los hombres como ahora es revelado á sus santos apóstoles y profetas en el Espíritu:
\s5
\v 6 Que los Gentiles sean juntamente herederos, é incorporados, y consortes de su promesa en Cristo por el evangelio:
\v 7 Del cual yo soy hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su potencia.
\s5
\v 8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, es dada esta gracia de anunciar entre los Gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo,
\v 9 Y de aclarar á todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que crió todas las cosas.
\s5
\v 10 Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la iglesia á los principados y potestades en los cielos,
\v 11 Conforme á la determinación eterna, que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor:
\s5
\v 12 En el cual tenemos seguridad y entrada con confianza por la fe de él.
\v 13 Por tanto, pido que no desmayéis á causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.
\s5
\v 14 Por esta causa doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo,
\v 15 Del cual es nombrada toda la parentela en los cielos y en la tierra,
\v 16 Que os dé, conforme á las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu.
\s5
\v 17 Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor,
\v 18 Podáis bien comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la longura y la profundidad y la altura,
\v 19 Y conocer el amor de Cristo, que excede á todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
\s5
\v 20 Y á Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos ó entendemos, por la potencia que obra en nosotros,
\v 21 A él sea gloria en la iglesia por Cristo Jesús, por todas edades del siglo de los siglos. Amén.
\s5
\c 4
\p
\v 1 YO pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que sois llamados;
\v 2 Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportando los unos á los otros en amor;
\v 3 Solícitos á guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
\s5
\v 4 Un cuerpo, y un Espíritu; como sois también llamados á una misma esperanza de vuestra vocación:
\v 5 Un Señor, una fe, un bautismo,
\v 6 Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros.
\s5
\v 7 Empero á cada uno de nosotros es dada la gracia conforme á la medida del don de Cristo.
\v 8 Por lo cual dice: Subiendo á lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dió dones á los hombres.
\s5
\v 9 (Y que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero á las partes más bajas de la tierra?
\v 10 El que descendió, él mismo es el que también subió sobre todos los cielos para cumplir todas las cosas.)
\s5
\v 11 Y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores;
\v 12 Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;
\v 13 Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo:
\s5
\v 14 Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error:
\v 15 Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas cosas en aquel que es la cabeza, á saber, Cristo;
\v 16 Del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por todas las junturas de su alimento, que recibe según la operación, cada miembro conforme á su medida toma aumento de cuerpo edificándose en amor.
\s5
\v 17 Esto pues digo, y requiero en el Señor, que no andéis más como los otros Gentiles, que andan en la vanidad de su sentido,
\v 18 Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón:
\v 19 Los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia, se entregaron á la desvergüenza para cometer con avidez toda suerte de impureza.
\s5
\v 20 Mas vosotros no habéis aprendido así á Cristo:
\v 21 Si empero lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, como la verdad está en Jesús,
\v 22 A que dejéis, cuanto á la pasada manera de vivir, el viejo hombre que está viciado conforme á los deseos de error;
\s5
\v 23 Y á renovaros en el espíritu de vuestra mente,
\v 24 Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme á Dios en justicia y en santidad de verdad.
\s5
\v 25 Por lo cual, dejada la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
\v 26 Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;
\v 27 Ni deis lugar al diablo.
\s5
\v 28 El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.
\v 29 Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia á los oyentes.
\v 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.
\s5
\v 31 Toda amargura, y enojo, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia:
\v 32 Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.
\s5
\c 5
\p
\v 1 SED, pues, imitadores de Dios como hijos amados:
\v 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó á sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio á Dios en olor suave.
\s5
\v 3 Pero fornicación y toda inmundicia, ó avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene á santos;
\v 4 Ni palabras torpes, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen; sino antes bien acciones de gracias.
\s5
\v 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, ó inmundo, ó avaro, que es servidor de ídolos, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
\v 6 Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
\v 7 No seáis pues aparceros con ellos;
\s5
\v 8 Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz,
\v 9 (Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, y justicia, y verdad;)
\v 10 Aprobando lo que es agradable al Señor.
\v 11 Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas; sino antes bien redargüidlas.
\v 12 Porque torpe cosa es aun hablar de lo que ellos hacen en oculto.
\s5
\v 13 Mas todas las cosas cuando son redargüidas, son manifestadas por la luz; porque lo que manifiesta todo, la luz es.
\v 14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
\s5
\v 15 Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; no como necios, mas como sabios;
\v 16 Redimiendo el tiempo, porque los días son malos.
\v 17 Por tanto, no seáis imprudentes, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
\s5
\v 18 Y no os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos de Espíritu;
\v 19 Hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y canciones espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
\v 20 Dando gracias siempre de todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo:
\v 21 Sujetados los unos á los otros en el temor de Dios.
\s5
\v 22 Las casadas estén sujetas á sus propios maridos, como al Señor.
\v 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo.
\v 24 Así que, como la iglesia está sujeta á Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo.
\s5
\v 25 Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella,
\v 26 Para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra,
\v 27 Para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha.
\s5
\v 28 Así también los maridos deben amar á sus mujeres como á sus mismos cuerpos. El que ama á su mujer, á sí mismo se ama.
\v 29 Porque ninguno aborreció jamás á su propia carne, antes la sustenta y regala, como también Cristo á la iglesia;
\v 30 Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
\s5
\v 31 Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se allegará á su mujer, y serán dos en una carne.
\v 32 Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto á Cristo y á la iglesia.
\v 33 Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también á su mujer como á sí mismo; y la mujer reverencie á su marido.
\s5
\c 6
\p
\v 1 HIJOS, obedeced en el Señor á vuestros padres; porque esto es justo.
\v 2 Honra á tu padre y á tu madre, que es el primer mandamiento con promesa,
\v 3 Para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
\s5
\v 4 Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
\s5
\v 5 Siervos, obedeced á vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como á Cristo;
\v 6 No sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios;
\v 7 Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no á los hombres;
\v 8 Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo ó sea libre.
\s5
\v 9 Y vosotros, amos, haced á ellos lo mismo, dejando las amenazas: sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas con él.
\s5
\v 10 Por lo demás, hermanos míos, confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza.
\v 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
\s5
\v 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.
\v 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo.
\s5
\v 14 Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la cota de justicia,
\v 15 Y calzados los pies con el apresto del evangelio de paz;
\v 16 Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
\s5
\v 17 Y tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios;
\v 18 Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos,
\s5
\v 19 Y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del evangelio,
\v 20 Por el cual soy embajador en cadenas; que resueltamente hable de él, como debo hablar.
\s5
\v 21 Mas para que también vosotros sepáis mis negocios, y cómo lo paso, todo os lo hará saber Tichîco, hermano amado y fiel ministro en el Señor:
\v 22 Al cual os he enviado para esto mismo, para que entendáis lo tocante á nosotros, y que consuele vuestros corazones.
\s5
\v 23 Paz sea á los hermanos y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
\v 24 Gracia sea con todos los que aman á nuestro Señor Jesucristo en sinceridad. Amén. Escrita de Roma á los Efesios por Tichîco.

161
51-PHP.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,161 @@
\id PHP Paul's Letter to the Philippians - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Filipenses
\toc1 Filipenses
\toc2 Filipenses
\toc3 php
\mt1 Filipenses
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO y Timoteo, siervos de Jesucristo, á todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:
\v 2 Gracia sea á vosotros, y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
\s5
\v 3 Doy gracias á mi Dios en toda memoria de vosotros,
\v 4 Siempre en todas mis oraciones haciendo oración por todos vosotros con gozo,
\v 5 Por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora:
\v 6 Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
\s5
\v 7 Como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia.
\v 8 Porque Dios me es testigo de cómo os amo á todos vosotros en las entrañas de Jesucristo.
\s5
\v 9 Y esto ruego, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,
\v 10 Para que discernáis lo mejor; que seáis sinceros y sin ofensa para el día de Cristo;
\v 11 Llenos de frutos de justicia, que son por Jesucristo, á gloria y loor de Dios.
\s5
\v 12 Y quiero, hermanos, que sepáis que las cosas que me han sucedido, han redundado más en provecho del evangelio;
\v 13 De manera que mis prisiones han sido célebres en Cristo en todo el pretorio, y á todos los demás;
\v 14 Y muchos de los hermanos en el Señor, tomando ánimo con mis prisiones, se atreven mucho más á hablar la palabra sin temor.
\s5
\v 15 Y algunos, á la verdad, predican á Cristo por envidia y porfía; mas algunos también por buena voluntad.
\v 16 Los unos anuncian á Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción á mis prisiones;
\v 17 Pero los otros por amor, sabiendo que soy puesto por la defensa del evangelio.
\s5
\v 18 ¿Qué pues? Que no obstante, en todas maneras, ó por pretexto ó por verdad, es anunciado Cristo; y en esto me huelgo, y aun me holgaré.
\v 19 Porque sé que esto se me tornará á salud, por vuestra oración, y por la suministración del Espíritu de Jesucristo;
\s5
\v 20 Conforme á mi mira y esperanza, que en nada seré confundido; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será engrandecido Cristo en mi cuerpo, ó por vida, ó por muerte.
\v 21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
\s5
\v 22 Mas si el vivir en la carne, esto me será para fruto de la obra, no sé entonces qué escoger;
\v 23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de ser desatado, y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor:
\v 24 Empero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
\s5
\v 25 Y confiado en esto, sé que quedaré, que aun permaneceré con todos vosotros, para provecho vuestro y gozo de la fe;
\v 26 Para que crezca vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi venida otra vez á vosotros.
\v 27 Solamente que converséis como es digno del evangelio de Cristo; para que, ó sea que vaya á veros, ó que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, unánimes combatiendo juntamente por la fe del evangelio,
\s5
\v 28 Y en nada intimidados de los que se oponen: que á ellos ciertamente es indicio de perdición, mas á vosotros de salud; y esto de Dios;
\v 29 Porque á vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
\v 30 Teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís estar en mí.
\s5
\c 2
\p
\v 1 POR tanto, si hay alguna consolación en Cristo; si algún refrigerio de amor; si alguna comunión del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias,
\v 2 Cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
\s5
\v 3 Nada hagáis por contienda ó por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos á los otros:
\v 4 No mirando cada uno á lo suyo propio, sino cada cual también á lo de los otros.
\s5
\v 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús:
\v 6 El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios:
\v 7 Sin embargo, se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres;
\v 8 Y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
\s5
\v 9 Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo, y dióle un nombre que es sobre todo nombre;
\v 10 Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra;
\v 11 Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, á la gloria de Dios Padre.
\s5
\v 12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;
\v 13 Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
\s5
\v 14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
\v 15 Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo;
\v 16 Reteniendo la palabra de vida para que yo pueda gloriarme en el día de Cristo, que no he corrido en vano, ni trabajado en vano.
\s5
\v 17 Y aun si soy derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y congratulo por todos vosotros.
\v 18 Y asimismo gozaos también vosotros, y regocijaos conmigo.
\s5
\v 19 Mas espero en el Señor Jesús enviaros presto á Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado.
\v 20 Porque á ninguno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solícito por vosotros.
\v 21 Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
\s5
\v 22 Pero la experiencia de él habéis conocido, que como hijo á padre ha servido conmigo en el evangelio.
\v 23 Así que á éste espero enviaros, luego que yo viere cómo van mis negocios;
\v 24 Y confío en el Señor que yo también iré presto á vosotros.
\s5
\v 25 Mas tuve por cosa necesaria enviaros á Epafrodito, mi hermano, y colaborador y compañero de milicia, y vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades;
\v 26 Porque tenía gran deseo de ver á todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado.
\v 27 Pues en verdad estuvo enfermo á la muerte: mas Dios tuvo misericordia de él; y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
\s5
\v 28 Así que le envío más presto, para que viéndole os volváis á gozar, y yo esté con menos tristeza.
\v 29 Recibidle pues en el Señor con todo gozo; y tened en estima á los tales:
\v 30 Porque por la obra de Cristo estuvo cercano á la muerte, poniendo su vida para suplir vuestra falta en mi servicio.
\s5
\c 3
\p
\v 1 RESTA, hermanos, que os gocéis en el Señor. A mí, á la verdad, no es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.
\v 2 Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos del cortamiento.
\v 3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que servimos en espíritu á Dios, y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
\s5
\v 4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno parece que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
\v 5 Circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, Hebreo de Hebreos; cuanto á la ley, Fariseo;
\s5
\v 6 Cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; cuanto á la justicia que es en la ley, irreprensible.
\v 7 Pero las cosas que para mí eran ganancias, helas reputado pérdidas por amor de Cristo.
\s5
\v 8 Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar á Cristo,
\v 9 Y ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
\v 10 A fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad á su muerte,
\v 11 Si en alguna manera llegase á la resurrección de los muertos.
\s5
\v 12 No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si alcanzo aquello para lo cual fuí también alcanzado de Cristo Jesús.
\v 13 Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haber lo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome á lo que está delante,
\v 14 Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.
\s5
\v 15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos: y si otra cosa sentís, esto también os revelará Dios.
\v 16 Empero en aquello á que hemos llegado, vamos por la misma regla, sintamos una misma cosa.
\s5
\v 17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo.
\v 18 Porque muchos andan, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo:
\v 19 Cuyo fin será perdición, cuyo dios es el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno.
\s5
\v 20 Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
\v 21 El cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser semejante al cuerpo de su gloria, por la operación con la cual puede también sujetar á sí todas las cosas.
\s5
\c 4
\p
\v 1 ASÍ que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
\v 2 A Euodias ruego, y á Syntychê exhorto, que sientan lo mismo en el Señor.
\v 3 Asimismo te ruego también á ti, hermano compañero, ayuda á las que trabajaron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también, y los demás mis colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida.
\s5
\v 4 Gozaos en el Señor siempre: otra vez digo: Que os gocéis.
\v 5 Vuestra modestia sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
\v 6 Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias.
\v 7 Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús.
\s5
\v 8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad.
\v 9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz será con vosotros.
\s5
\v 10 Mas en gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin ha reflorecido vuestro cuidado de mí; de lo cual aun estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
\v 11 No lo digo en razón de indigencia, pues he aprendido á contentarme con lo que tengo.
\v 12 Sé estar humillado, y sé tener abundancia: en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
\v 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
\s5
\v 14 Sin embargo, bien hicisteis que comunicasteis juntamente á mi tribulación.
\v 15 Y sabéis también vosotros, oh Filipenses, que al principio del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia me comunicó en razón de dar y recibir, sino vosotros solos.
\v 16 Porque aun á Tesalónica me enviasteis lo necesario una y dos veces.
\v 17 No porque busque dádivas; mas busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
\s5
\v 18 Empero todo lo he recibido, y tengo abundancia: estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor de suavidad, sacrificio acepto, agradable á Dios.
\v 19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme á sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
\v 20 Al Dios pues y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
\s5
\v 21 Saludad á todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan.
\v 22 Todos los santos os saludan, y mayormente los que son de casa de César.
\v 23 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. Escrita de Roma con Epafrodito.

150
52-COL.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,150 @@
\id COL Paul's Letter to the Colossians - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Colosenses
\toc1 Colosenses
\toc2 Colosenses
\toc3 col
\mt1 Colosenses
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,
\v 2 A los santos y hermanos fieles en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz á vosotros de Dios Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
\v 3 Damos gracias al Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, siempre orando por vosotros:
\s5
\v 4 Habiendo oído vuestra fe en Cristo Jesús, y el amor que tenéis á todos los santos,
\v 5 A causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual habéis oído ya por la palabra verdadera del evangelio:
\v 6 El cual ha llegado hasta vosotros, como por todo el mundo; y fructifica y crece, como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,
\s5
\v 7 Como habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, el cual es un fiel ministro de Cristo á favor vuestro;
\v 8 El cual también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
\s5
\v 9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual inteligencia;
\v 10 Para que andéis como es digno del Señor, agradándo le en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios:
\s5
\v 11 Corroborados de toda fortaleza, conforme á la potencia de su gloria, para toda tolerancia y largura de ánimo con gozo;
\v 12 Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la suerte de los santos en luz:
\s5
\v 13 Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo;
\v 14 En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados:
\s5
\v 15 El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura.
\v 16 Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fué criado por él y para él.
\v 17 Y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten:
\s5
\v 18 Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; él que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado.
\v 19 Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
\v 20 Y por él reconciliar todas las cosas á sí, pacificando por la sangre de su cruz, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos.
\s5
\v 21 A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha reconciliado
\v 22 En el cuerpo de su carne por medio de muerte, para haceros santos, y sin mancha, é irreprensibles delante de él:
\v 23 Si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído; el cual es predicado á toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro.
\s5
\v 24 Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
\v 25 De la cual soy hecho ministro, según la dispensación de Dios que me fué dada en orden á vosotros, para que cumpla la palabra de Dios;
\v 26 A saber, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, mas ahora ha sido manifestado á sus santos:
\v 27 A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria:
\s5
\v 28 El cual nosotros anunciamos, amonestando á todo hombre, y enseñando en toda sabiduría, para que presentemos á todo hombre perfecto en Cristo Jesús:
\v 29 En lo cual aun trabajo, combatiendo según la operación de él, la cual obra en mí poderosamente.
\s5
\c 2
\p
\v 1 PORQUE quiero que sepáis cuán gran solicitud tengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca vieron mi rostro en carne;
\v 2 Para que sean confortados sus corazones, unidos en amor, y en todas riquezas de cumplido entendimiento para conocer el misterio de Dios, y del Padre, y de Cristo;
\v 3 En el cual están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento.
\s5
\v 4 Y esto digo, para que nadie os engañe con palabras persuasivas.
\v 5 Porque aunque estoy ausente con el cuerpo, no obstante con el espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro concierto, y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
\s5
\v 6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él:
\v 7 Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis aprendido, creciendo en ella con hacimiento de gracias.
\s5
\v 8 Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme á los elementos del mundo, y no según Cristo:
\v 9 Porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente:
\s5
\v 10 Y en él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad:
\v 11 En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con manos, con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne, en la circuncisión de Cristo;
\v 12 Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis con él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos.
\s5
\v 13 Y á vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
\v 14 Rayendo la cédula de los ritos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y enclavándola en la cruz;
\v 15 Y despojando los principados y las potestades, sacólos á la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo.
\s5
\v 16 Por tanto, nadie os juzgue en comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados:
\v 17 Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo.
\s5
\v 18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto á los ángeles, metiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado en el sentido de su propia carne,
\v 19 Y no teniendo la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y conjunto por las ligaduras y conjunturas, crece en aumento de Dios.
\s5
\v 20 Pues si sois muertos con Cristo cuanto á los rudimentos del mundo, ¿por qué como si vivieseis al mundo, os sometéis á ordenanzas,
\v 21 Tales como, No manejes, ni gustes, ni aun toques,
\v 22 (Las cuales cosas son todas para destrucción en el uso mismo), en conformidad á mandamientos y doctrinas de hombres?
\v 23 Tales cosas tienen á la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, y humildad, y en duro trato del cuerpo; no en alguna honra para el saciar de la carne.
\s5
\c 3
\p
\v 1 SI habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado á la diestra de Dios.
\v 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
\v 3 Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
\v 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
\s5
\v 5 Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría:
\v 6 Por las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión.
\v 7 En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ellas.
\v 8 Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca.
\s5
\v 9 No mintáis los unos á los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
\v 10 Y revestídoos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme á la imagen del que lo crió;
\v 11 Donde no hay Griego ni Judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni Scytha, siervo ni libre; mas Cristo es el todo, y en todos.
\s5
\v 12 Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;
\v 13 Sufriéndoos los unos á los otros, y perdonándoos los unos á los otros si alguno tuviere queja del otro: de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
\v 14 Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.
\s5
\v 15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, á la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos.
\v 16 La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos á los otros con salmos é himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.
\v 17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias á Dios Padre por él.
\s5
\v 18 Casadas, estad sujetas á vuestros maridos, como conviene en el Señor.
\v 19 Maridos, amad á vuestras mujeres, y no seáis desapacibles con ellas.
\v 20 Hijos, obedeced á vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor.
\v 21 Padres, no irritéis á vuestros hijos, porque no se hagan de poco ánimo.
\s5
\v 22 Siervos, obedeced en todo á vuestros amos carnales, no sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo á Dios:
\v 23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no á los hombres;
\v 24 Sabiendo que del Señor recibiréis la compensación de la herencia: porque al Señor Cristo servís.
\v 25 Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas.
\s5
\c 4
\p
\v 1 AMOS, haced lo que es justo y derecho con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis amo en los cielos.
\s5
\v 2 Perseverad en oración, velando en ella con hacimiento de gracias:
\v 3 Orando también juntamente por nosotros, que el Señor nos abra la puerta de la palabra, para hablar el misterio de Cristo, por el cual aun estoy preso,
\v 4 Para que lo manifieste como me conviene hablar.
\s5
\v 5 Andad en sabiduría para con los extraños, redimiendo el tiempo.
\v 6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal; para que sepáis cómo os conviene responder á cada uno.
\s5
\v 7 Todos mis negocios os hará saber Tichîco, hermano amado y fiel ministro y consiervo en el Señor:
\v 8 El cual os he enviado á esto mismo, para que entienda vuestros negocios, y consuele vuestros corazones;
\v 9 Con Onésimo, amado y fiel hermano, el cual es de vosotros. Todo lo que acá pasa, os harán saber.
\s5
\v 10 Aristarchô, mi compañero en la prisión, os saluda, y Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere á vosotros, recibidle),
\v 11 Y Jesús, el que se llama Justo; los cuales son de la circuncisión: éstos solos son los que me ayudan en el reino de Dios, y me han sido consuelo.
\s5
\v 12 Os saluda Epafras, el cual es de vosotros, siervo de Cristo, siempre solícito por vosotros en oraciones, para que estéis firmes, perfectos y cumplidos en todo lo que Dios quiere.
\v 13 Porque le doy testimonio, que tiene gran celo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que en Hierápolis.
\v 14 Os saluda Lucas, el médico amado, y Demas.
\s5
\v 15 Saludad á los hermanos que están en Laodicea, y á Nimfas, y á la iglesia que está en su casa.
\v 16 Y cuando esta carta fuere leída entre vosotros, haced que también sea leída en la iglesia de los Laodicenses; y la de Laodicea que la leáis también vosotros.
\v 17 Y decid á Archîpo: Mira que cumplas el ministerio que has recibido del Señor.
\s5
\v 18 La salutación de mi mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén. Escrita de Roma á los Colosenses; enviada con Tichîco y Onésimo.

144
53-1TH.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,144 @@
\id 1TH Paul's First Letter to the Thessalonians - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 1 Tesalonicenses
\toc1 1 Tesalonicenses
\toc2 1 Tesalonicenses
\toc3 1th
\mt1 1 Tesalonicenses
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, y Silvano, y Timoteo, á la iglesia de los Tesalonicenses que es en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz á vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
\s5
\v 2 Damos siempre gracias á Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones;
\v 3 Sin cesar acordándonos delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, y del trabajo de amor, y de la tolerancia de la esperanza del Señor nuestro Jesucristo:
\s5
\v 4 Sabiendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección:
\v 5 Por cuanto nuestro evangelio no fué á vosotros en palabra solamente, mas también en potencia, y en Espíritu Santo, y en gran plenitud; como sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.
\s5
\v 6 Y vosotros fuisteis hechos imitadores de nosotros, y del Señor, recibiendo la palabra con mucha tribulación, con gozo del Espíritu Santo:
\v 7 En tal manera que habéis sido ejemplo á todos los que han creído en Macedonia y en Acaya.
\s5
\v 8 Porque de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor no sólo en Macedonia y en Acaya, mas aun en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido; de modo que no tenemos necesidad de hablar nada.
\v 9 Porque ellos cuentan de nosotros cuál entrada tuvimos á vosotros; y cómo os convertisteis de los ídolos á Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,
\v 10 Y esperar á su Hijo de los cielos, al cual resucitó de los muertos; á Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.
\s5
\c 2
\p
\v 1 PORQUE, hermanos, vosotros mismos sabéis que nuestra entrada á vosotros no fué vana:
\v 2 Pues aun habiendo padecido antes, y sido afrentados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en Dios nuestro para anunciaros el evangelio de Dios con gran combate.
\s5
\v 3 Porque nuestra exhortación no fué de error, ni de inmundicia, ni por engaño;
\v 4 Sino según fuimos aprobados de Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan á los hombres, sino á Dios, el cual prueba nuestros corazones.
\s5
\v 5 Porque nunca fuimos lisonjeros en la palabra, como sabéis, ni tocados de avaricia; Dios es testigo;
\v 6 Ni buscamos de los hombres gloria, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
\s5
\v 7 Antes fuimos blandos entre vosotros como la que cría, que regala á sus hijos:
\v 8 Tan amadores de vosotros, que quisiéramos entregaros no sólo el evangelio de Dios, mas aun nuestras propias almas; porque nos erais carísimos.
\v 9 Porque ya, hermanos, os acordáis de nuestro trabajo y fatiga: que trabajando de noche y de día por no ser gravosos á ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.
\s5
\v 10 Vosotros sois testigos, y Dios, de cuán santa y justa é irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creísteis:
\v 11 Así como sabéis de qué modo exhortábamos y consolábamos á cada uno de vosotros, como el padre á sus hijos,
\v 12 Y os protestábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó á su reino y gloria.
\s5
\v 13 Por lo cual, también nosotros damos gracias á Dios sin cesar, de que habiendo recibido la palabra de Dios que oísteis de nosotros, recibisteis no palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, el cual obra en vosotros los que creísteis.
\s5
\v 14 Porque vosotros, hermanos, habéis sido imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido también vosotros las mismas cosas de los de vuestra propia nación, como también ellos de los Judíos;
\v 15 Los cuales aun mataron al Señor Jesús y á sus propios profetas, y á nosotros nos han perseguido; y no agradan á Dios, y se oponen á todos los hombres;
\v 16 Prohibiéndonos hablar á los Gentiles, á fin de que se salven, para henchir la medida de sus pecados siempre: pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.
\s5
\v 17 Mas nosotros, hermanos, privados de vosotros por un poco de tiempo, de vista, no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro.
\v 18 Por lo cual quisimos ir á vosotros, yo Pablo á la verdad, una vez y otra; mas Satanás nos embarazó.
\v 19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, ó gozo, ó corona de que me gloríe? ¿No sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo en su venida?
\v 20 Que vosotros sois nuestra gloria y gozo.
\s5
\c 3
\p
\v 1 POR lo cual, no pudiendo esperar más, acordamos quedarnos solos en Atenas,
\v 2 Y enviamos á Timoteo, nuestro hermano, y ministro de Dios, y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, á confirmaros y exhortaros en vuestra fe,
\v 3 Para que nadie se conmueva por estas tribulaciones; porque vosotros sabéis que nosotros somos puestos para esto.
\s5
\v 4 Que aun estando con vosotros, os predecíamos que habíamos de pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis.
\v 5 Por lo cual, también yo, no esperando más, he enviado á reconocer vuestra fe, no sea que os haya tentado el tentador, y que nuestro trabajo haya sido en vano.
\s5
\v 6 Empero volviendo de vosotros á nosotros Timoteo, y haciéndonos saber vuestra fe y caridad, y que siempre tenéis buena memoria de nosotros, deseando vernos, como también nosotros á vosotros,
\v 7 En ello, hermanos, recibimos consolación de vosotros en toda nuestra necesidad y aflicción por causa de vuestra fe:
\s5
\v 8 Porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.
\v 9 Por lo cual, ¿qué hacimiento de gracias podremos dar á Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos á causa de vosotros delante de nuestro Dios,
\v 10 Orando de noche y de día con grande instancia, que veamos vuestro rostro, y que cumplamos lo que falta á vuestra fe?
\s5
\v 11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y el Señor nuestro Jesucristo, encamine nuestro viaje á vosotros.
\v 12 Y á vosotros multiplique el Señor, y haga abundar el amor entre vosotros, y para con todos, como es también de nosotros para con vosotros;
\v 13 Para que sean confirmados vuestros corazones en santidad, irreprensibles delante de Dios y nuestro Padre, para la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
\s5
\c 4
\p
\v 1 RESTA pues, hermanos, que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que fuisteis enseñados de nosotros de cómo os conviene andar, y agradar á Dios, así vayáis creciendo.
\v 2 Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús.
\s5
\v 3 Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación;
\v 4 Que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor;
\v 5 No con afecto de concupiscencia, como los Gentiles que no conocen á Dios:
\v 6 Que ninguno oprima, ni engañe en nada á su hermano: porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.
\s5
\v 7 Porque no nos ha llamado Dios á inmundicia, sino á santificación.
\v 8 Así que, el que menosprecia, no menosprecia á hombre, sino á Dios, el cual también nos dió su Espíritu Santo.
\s5
\v 9 Mas acerca de la caridad fraterna no habéis menester que os escriba: porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis los unos á los otros;
\v 10 Y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Empero os rogamos, hermanos, que abundéis más;
\v 11 Y que procuréis tener quietud, y hacer vuestros negocios, y obréis de vuestras manos de la manera que os hemos mandado;
\v 12 A fin de que andéis honestamente para con los extraños, y no necesitéis de nada.
\s5
\v 13 Tampoco, hermanos, queremos que ignoréis acerca de los que duermen, que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
\v 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él á los que durmieron en Jesús.
\v 15 Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros á los que durmieron.
\s5
\v 16 Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero:
\v 17 Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
\v 18 Por tanto, consolaos los unos á los otros en estas palabras.
\s5
\c 5
\p
\v 1 EMPERO acerca de los tiempos y de los momentos, no tenéis, hermanos, necesidad de que yo os escriba:
\v 2 Porque vosotros sabéis bien, que el día del Señor vendrá así como ladrón de noche,
\v 3 Que cuando dirán, Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente, como los dolores á la mujer preñada; y no escaparán.
\s5
\v 4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sobrecoja como ladrón;
\v 5 Porque todos vosotros sois hijos de luz, é hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas.
\v 6 Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios.
\v 7 Porque los que duermen, de noche duermen; y los que están borrachos, de noche están borrachos.
\s5
\v 8 Mas nosotros, que somos del día, estemos sobrios, vestidos de cota de fe y de caridad, y la esperanza de salud por yelmo.
\v 9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salud por nuestro Señor Jesucristo;
\v 10 El cual murió por nosotros, para que ó que velemos, ó que durmamos, vivamos juntamente con él.
\v 11 Por lo cual, consolaos los unos á los otros, y edificaos los unos á los otros, así como lo hacéis.
\s5
\v 12 Y os rogamos, hermanos, que reconozcáis á los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan:
\v 13 Y que los tengáis en mucha estima por amor de su obra. Tened paz los unos con los otros.
\v 14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis á los que andan desordenadamente, que consoléis á los de poco ánimo, que soportéis á los flacos, que seáis sufridos para con todos.
\s5
\v 15 Mirad que ninguno dé á otro mal por mal; antes seguid lo bueno siempre los unos para con los otros, y para con todos.
\v 16 Estad siempre gozosos.
\v 17 Orad sin cesar.
\v 18 Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
\s5
\v 19 No apaguéis el Espíritu.
\v 20 No menospreciéis las profecías.
\v 21 Examinadlo todo; retened lo bueno.
\v 22 Apartaos de toda especie de mal.
\s5
\v 23 Y el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
\v 24 Fiel es el que os ha llamado; el cual también lo hará.
\s5
\v 25 Hermanos, orad por nosotros.
\v 26 Saludad á todos los hermanos en ósculo santo.
\v 27 Conjúroos por el Señor, que esta carta sea leída á todos los santos hermanos.
\v 28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén. La primera epístola á los Tesalonicenses fué escrita de Atenas.

82
54-2TH.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,82 @@
\id 2TH Paul's Second Letter to the Thessalonians - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 2 Tesalonicenses
\toc1 2 Tesalonicenses
\toc2 2 Tesalonicenses
\toc3 2th
\mt1 2 Tesalonicenses
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, y Silvano, y Timoteo, á la iglesia de los Tesalonicenses que es en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo:
\v 2 Gracia y paz á vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
\s5
\v 3 Debemos siempre dar gracias á Dios de vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y la caridad de cada uno de todos vosotros abunda entre vosotros;
\v 4 Tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, de vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que sufrís:
\v 5 Una demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.
\s5
\v 6 Porque es justo para con Dios pagar con tribulación á los que os atribulan.
\v 7 Y á vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia,
\v 8 En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
\s5
\v 9 Los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia,
\v 10 Cuando viniere para ser glorificado en sus santos, y á hacerse admirable en aquel día en todos los que creyeron: (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros.)
\s5
\v 11 Por lo cual, asimismo oramos siempre por vosotros, que nuestro Dios os tenga por dignos de su vocación, é hincha de bondad todo buen intento, y toda obra de fe con potencia,
\v 12 Para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
\s5
\c 2
\p
\v 1 EMPERO os rogamos, hermanos, cuanto á la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestro recogimiento á él,
\v 2 Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca.
\s5
\v 3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
\v 4 Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, ó que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios.
\s5
\v 5 ¿No os acordáis que cuando estaba todavía con vosotros, os decía esto?
\v 6 Y ahora vosotros sabéis lo que impide, para que á su tiempo se manifieste.
\v 7 Porque ya está obrando el misterio de iniquidad: solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora impide;
\s5
\v 8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
\v 9 A aquel inicuo, cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos,
\v 10 Y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
\s5
\v 11 Por tanto, pues, les envía Dios operación de error, para que crean á la mentira;
\v 12 Para que sean condenados todos los que no creyeron á la verdad, antes consintieron á la iniquidad.
\s5
\v 13 Mas nosotros debemos dar siempre gracias á Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salud, por la santificación del Espíritu y fe de la verdad:
\v 14 A lo cual os llamó por nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
\v 15 Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, ó por carta nuestra.
\s5
\v 16 Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dió consolación eterna, y buena esperanza por gracia,
\v 17 Consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
\s5
\c 3
\p
\v 1 RESTA, hermanos, que oréis por nosotros, que la palabra del Señor corra y sea glorificada así como entre vosotros:
\v 2 Y que seamos librados de hombres importunos y malos; porque no es de todos la fe.
\v 3 Mas fiel es el Señor, que os confirmará y guardará del mal.
\s5
\v 4 Y tenemos confianza de vosotros en el Señor, que hacéis y haréis lo que os hemos mandado.
\v 5 Y el Señor enderece vuestros corazones en el amor de Dios, y en la paciencia de Cristo.
\s5
\v 6 Empero os denunciamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere fuera de orden, y no conforme á la doctrina que recibieron de nosotros:
\v 7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos: porque no anduvimos desordenadamente entre vosotros,
\v 8 Ni comimos el pan de ninguno de balde; antes, obrando con trabajo y fatiga de noche y de día, por no ser gravosos á ninguno de vosotros;
\v 9 No porque no tuviésemos potestad, sino por daros en nosotros un dechado, para que nos imitaseis.
\s5
\v 10 Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma.
\v 11 Porque oímos que andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear.
\v 12 Y á los tales requerimos y rogamos por nuestro Señor Jesucristo, que, trabajando con reposo, coman su pan.
\s5
\v 13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
\v 14 Y si alguno no obedeciere á nuestra palabra por carta, notad al tal, y no os juntéis con él, para que se avergüence.
\v 15 Mas no lo tengáis como á enemigo, sino amonestadle como á hermano.
\s5
\v 16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
\v 17 Salud de mi mano, Pablo, que es mi signo en toda carta mía: así escribo.
\v 18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. La segunda Epístola á los Tesalonicenses fué escrita de Atenas.

184
55-1TI.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,184 @@
\id 1TI Paul's First Letter to Timothy - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 1 Timoteo
\toc1 1 Timoteo
\toc2 1 Timoteo
\toc3 1ti
\mt1 1 Timoteo
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, apóstol de Jesucristo por la ordenación de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo, nuestra esperanza;
\v 2 A Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz de Dios nuestro Padre, y de Cristo Jesús nuestro Señor.
\s5
\v 3 Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando partí para Macedonia, para que requirieses á algunos que no enseñen diversa doctrina,
\v 4 Ni presten atención á fábulas y genealogías sin término, que antes engendran cuestiones que la edificación de Dios que es por fe; así te encargo ahora.
\s5
\v 5 Pues el fin del mandamiento es la caridad nacida de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida:
\v 6 De lo cual distrayéndose algunos, se apartaron á vanas pláticas;
\v 7 Queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan, ni lo que afirman.
\v 8 Sabemos empero que la ley es buena, si alguno usa de ella legítimamente;
\s5
\v 9 Conociendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y para los desobedientes, para los impíos y pecadores, para los malos y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
\v 10 Para los fornicarios, para los sodomitas, para los ladrones de hombres, para los mentirosos y perjuros, y si hay alguna otra cosa contraria á la sana doctrina;
\v 11 Según el evangelio de la gloria del Dios bendito, el cual á mí me ha sido encargado.
\s5
\v 12 Y doy gracias al que me fortificó, á Cristo Jesús nuestro Señor, de que me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio:
\v 13 Habiendo sido antes blasfemo y perseguidor é injuriador: mas fuí recibido á misericordia, porque lo hice con ignorancia en incredulidad.
\v 14 Mas la gracia de nuestro Señor fué más abundante con la fe y amor que es en Cristo Jesús.
\s5
\v 15 Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar á los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
\v 16 Mas por esto fuí recibido á misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.
\v 17 Por tanto, al Rey de siglos, inmortal, invisible, al solo sabio Dios sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
\s5
\v 18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme á las profecías pasadas de ti, milites por ellas buena milicia;
\v 19 Manteniendo la fe y buena conciencia, la cual echando de sí algunos, hicieron naufragio en la fe:
\v 20 De los cuales son Himeneo y Alejandro, los cuales entregué á Satanás, para que aprendan á no blasfemar.
\s5
\c 2
\p
\v 1 AMONESTO pues, ante todas cosas, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los hombres;
\v 2 Por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
\v 3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador;
\v 4 El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.
\s5
\v 5 Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre;
\v 6 El cual se dió á sí mismo en precio del rescate por todos, para testimonio en sus tiempos:
\v 7 De lo que yo soy puesto por predicador y apóstol, (digo verdad en Cristo, no miento) doctor de los Gentiles en fidelidad y verdad.
\s5
\v 8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos limpias, sin ira ni contienda.
\v 9 Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito honesto, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, ú oro, ó perlas, ó vestidos costosos,
\v 10 Sino de buenas obras, como conviene á mujeres que profesan piedad.
\s5
\v 11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
\v 12 Porque no permito á la mujer enseñar, ni tomar autoridad sobre el hombre, sino estar en silencio.
\s5
\v 13 Porque Adam fué formado el primero, después Eva;
\v 14 Y Adam no fué engañado, sino la mujer, siendo seducida, vino á ser envuelta en transgresión:
\v 15 Empero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en la fe y caridad y santidad, con modestia.
\s5
\c 3
\p
\v 1 PALABRA fiel: Si alguno apetece obispado, buena obra desea.
\v 2 Conviene, pues, que el obispo sea irreprensible, marido de una mujer, solícito, templado, compuesto, hospedador, apto para enseñar;
\v 3 No amador del vino, no heridor, no codicioso de torpes ganancias, sino moderado, no litigioso, ajeno de avaricia;
\s5
\v 4 Que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad;
\v 5 (Porque el que no sabe gobernar su casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)
\s5
\v 6 No un neófito, porque inflándose no caiga en juicio del diablo.
\v 7 También conviene que tenga buen testimonio de los extraños, porque no caiga en afrenta y en lazo del diablo.
\s5
\v 8 Los diáconos asimismo, deben ser honestos, no bilingües, no dados á mucho vino, no amadores de torpes ganancias;
\v 9 Que tengan el misterio de la fe con limpia conciencia.
\v 10 Y éstos también sean antes probados; y así ministren, si fueren sin crimen.
\s5
\v 11 Las mujeres asimismo, honestas, no detractoras, templadas, fieles en todo.
\v 12 Los diáconos sean maridos de una mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
\v 13 Porque los que bien ministraren, ganan para sí buen grado, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
\s5
\v 14 Esto te escribo con esperanza que iré presto á ti:
\v 15 Y si no fuere tan presto, para que sepas cómo te conviene conversar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.
\s5
\v 16 Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado á los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.
\s5
\c 4
\p
\v 1 EMPERO el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando á espíritus de error y á doctrinas de demonios;
\v 2 Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia.
\s5
\v 3 Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Dios crió para que con hacimiento de gracias participasen de ellas los fieles, y los que han conocido la verdad.
\v 4 Porque todo lo que Dios crió es bueno, y nada hay que desechar, tomándose con hacimiento de gracias:
\v 5 Porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
\s5
\v 6 Si esto propusieres á los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, criado en las palabras de la fe y de la buena doctrina, la cual has alcanzado.
\v 7 Mas las fábulas profanas y de viejas desecha, y ejercítate para la piedad.
\v 8 Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso; mas la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
\s5
\v 9 Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida de todos.
\v 10 Que por esto aun trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, el cual es Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
\s5
\v 11 Esto manda y enseña.
\v 12 Ninguno tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza.
\v 13 Entre tanto que voy, ocúpate en leer, en exhortar, en enseñar.
\s5
\v 14 No descuides el don que está en ti, que te es dado por profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
\v 15 Medita estas cosas; ocúpate en ellas; para que tu aprovechamiento sea manifiesto á todos.
\v 16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues haciendo esto, á ti mismo salvarás y á los que te oyeren.
\s5
\c 5
\p
\v 1 NO reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á los más jóvenes, como á hermanos;
\v 2 A las ancianas, como á madres; á las jovencitas, como á hermanas, con toda pureza.
\s5
\v 3 Honra á las viudas que en verdad son viudas.
\v 4 Pero si alguna viuda tuviere hijos, ó nietos, aprendan primero á gobernar su casa piadosamente, y á recompensar á sus padres: porque esto es lo honesto y agradable delante de Dios.
\s5
\v 5 Ahora, la que en verdad es viuda y solitaria, espera en Dios, y es diligente en suplicaciones y oraciones noche y día.
\v 6 Pero la que vive en delicias, viviendo está muerta.
\s5
\v 7 Denuncia pues estas cosas, para que sean sin reprensión.
\v 8 Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel.
\s5
\v 9 La viuda sea puesta en clase especial, no menos que de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido.
\v 10 Que tenga testimonio en buenas obras; si crió hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido á los afligidos; si ha seguido toda buena obra.
\s5
\v 11 Pero viudas más jóvenes no admitas: porque después de hacerse licenciosas contra Cristo, quieren casarse.
\v 12 Condenadas ya, por haber falseado la primera fe.
\v 13 Y aun también se acostumbran á ser ociosas, á andar de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también parleras y curiosas, hablando lo que no conviene.
\s5
\v 14 Quiero pues, que las que son jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen la casa; que ninguna ocasión den al adversario para maldecir.
\v 15 Porque ya algunas han vuelto atrás en pos de Satanás.
\v 16 Si algún fiel ó alguna fiel tiene viudas, manténgalas, y no sea gravada la iglesia; á fin de que haya lo suficiente para las que de verdad son viudas.
\s5
\v 17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doblada honra; mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
\v 18 Porque la Escritura dice: No embozarás al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su jornal.
\s5
\v 19 Contra el anciano no recibas acusación sino con dos ó tres testigos.
\v 20 A los que pecaren, repréndelos delante de todos, para que los otros también teman.
\s5
\v 21 Te requiero delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin perjuicio de nadie, que nada hagas inclinándote á la una parte.
\v 22 No impongas de ligero las manos á ninguno, ni comuniques en pecados ajenos: consérvate en limpieza.
\s5
\v 23 No bebas de aquí adelante agua, sino usa de un poco de vino por causa del estómago, y de tus continuas enfermedades.
\v 24 Los pecados de algunos hombres, antes que vengan ellos á juicio, son manifiestos; mas á otros les vienen después.
\v 25 Asimismo las buenas obras antes son manifiestas; y las que son de otra manera, no pueden esconderse.
\s5
\c 6
\p
\v 1 TODOS los que están debajo del yugo de servidumbre, tengan á sus señores por dignos de toda honra, porque no sea blasfemado el nombre del Señor y la doctrina.
\v 2 Y los que tienen amos fieles, no los tengan en menos, por ser hermanos; antes sírvanles mejor, por cuanto son fieles y amados, y partícipes del beneficio. Esto enseña y exhorta.
\s5
\v 3 Si alguno enseña otra cosa, y no asiente á sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y á la doctrina que es conforme á la piedad;
\v 4 Es hinchado, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas,
\v 5 Porfías de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que tienen la piedad por granjería: apártate de los tales.
\s5
\v 6 Empero grande granjería es la piedad con contentamiento.
\v 7 Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
\v 8 Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto.
\s5
\v 9 Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden á los hombres en perdición y muerte.
\v 10 Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
\s5
\v 11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre.
\v 12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, á la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos.
\s5
\v 13 Te mando delante de Dios, que da vida á todas las cosas, y de Jesucristo, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,
\v 14 Que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo:
\s5
\v 15 La cual á su tiempo mostrará el Bienaventurado y solo Poderoso, Rey de reyes, y Señor de señores;
\v 16 Quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; á quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
\s5
\v 17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos:
\v 18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, que con facilidad comuniquen;
\v 19 Atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano á la vida eterna.
\s5
\v 20 Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas de vanas cosas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia:
\v 21 La cual profesando algunos, fueron descaminados acerca de la fe. La gracia sea contigo. Amén. La primera epístola á Timoteo fué escrita de Laodicea, que es metrópoli de la Frigia Pacatiana.

133
56-2TI.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,133 @@
\id 2TI Paul's Second Letter to Timothy - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 2 Timoteo
\toc1 2 Timoteo
\toc2 2 Timoteo
\toc3 2ti
\mt1 2 Timoteo
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús,
\v 2 A Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia, y paz de Dios el Padre y de Jesucristo nuestro Señor.
\s5
\v 3 Doy gracias á Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar tengo memoria de ti en mis oraciones noche y día;
\v 4 Deseando verte, acordándome de tus lágrimas, para ser lleno de gozo;
\v 5 Trayendo á la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy cierto que en ti también.
\s5
\v 6 Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que está en ti por la imposición de mis manos.
\v 7 Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza.
\s5
\v 8 Por tanto no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo; antes sé participante de los trabajos del evangelio según la virtud de Dios,
\v 9 Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme á nuestras obras, mas según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
\v 10 Mas ahora es manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte, y sacó á la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio;
\v 11 Del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los Gentiles.
\s5
\v 12 Por lo cual asimismo padezco esto: mas no me avergüenzo; porque yo sé á quien he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
\v 13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.
\v 14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que habita en nosotros.
\s5
\v 15 Ya sabes esto, que me han sido contrarios todos los que son en Asia, de los cuales son Figello y Hermógenes.
\v 16 Dé el Señor misericordia á la casa de Onesíforo; que muchas veces me refrigeró, y no se avergonzó de mi cadena:
\v 17 Antes, estando él en Roma, me buscó solícitamente, y me halló.
\v 18 Déle el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Efeso, tú lo sabes mejor.
\s5
\c 2
\p
\v 1 PUES tú, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
\v 2 Y lo que has oído de mí entre muchos testigos, esto encarga á los hombres fieles que serán idóneos para enseñar también á otros.
\s5
\v 3 Tú pues, sufre trabajos como fiel soldado de Jesucristo.
\v 4 Ninguno que milita se embaraza en los negocios de la vida; á fin de agradar á aquel que lo tomó por soldado.
\v 5 Y aun también el que lidia, no es coronado si no lidiare legítimamente.
\s5
\v 6 El labrador, para recibir los frutos, es menester que trabaje primero.
\v 7 Considera lo que digo; y el Señor te dé entendimiento en todo.
\s5
\v 8 Acuérdate que Jesucristo, el cual fué de la simiente de David, resucitó de los muertos conforme á mi evangelio;
\v 9 En el que sufro trabajo, hasta las prisiones á modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa.
\v 10 Por tanto, todo lo sufro por amor de los escogidos, para que ellos también consigan la salud que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
\s5
\v 11 Es palabra fiel: Que si somos muertos con él, también viviremos con él:
\v 12 Si sufrimos, también reinaremos con él: si negáremos, él también nos negará:
\v 13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel: no se puede negar á sí mismo.
\s5
\v 14 Recuérdales esto, protestando delante del Señor que no contiendan en palabras, lo cual para nada aprovecha, antes trastorna á los oyentes.
\v 15 Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.
\s5
\v 16 Mas evita profanas y vanas parlerías; porque muy adelante irán en la impiedad.
\v 17 Y la palabra de ellos carcomerá como gangrena: de los cuales es Himeneo y Fileto;
\v 18 Que se han descaminado de la verdad, diciendo que la resurrección es ya hecha, y trastornan la fe de algunos.
\s5
\v 19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor á los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
\v 20 Mas en una casa grande, no solamente hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro: y asimismo unos para honra, y otros para deshonra.
\v 21 Así que, si alguno se limpiare de estas cosas, será vaso para honra, santificado, y útil para los usos del Señor, y aparejado para todo buena obra.
\s5
\v 22 Huye también los deseos juveniles; y sigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, con los que invocan al Señor de puro corazón.
\v 23 Empero las cuestiones necias y sin sabiduría desecha, sabiendo que engendran contiendas.
\s5
\v 24 Que el siervo del Señor no debe ser litigioso, sino manso para con todos, apto para enseñar, sufrido;
\v 25 Que con mansedumbre corrija á los que se oponen: si quizá Dios les dé que se arrepientan para conocer la verdad,
\v 26 Y se zafen del lazo del diablo, en que están cautivos á voluntad de él.
\s5
\c 3
\p
\v 1 ESTO también sepas, que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos:
\v 2 Que habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, detractores, desobedientes á los padres, ingratos, sin santidad,
\v 3 Sin afecto, desleales, calumniadores, destemplados, crueles, aborrecedores de lo bueno,
\v 4 Traidores, arrebatados, hinchados, amadores de los deleites más que de Dios;
\s5
\v 5 Teniendo apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella: y á éstos evita.
\v 6 Porque de éstos son los que se entran por las casas, y llevan cautivas las mujercillas cargadas de pecados, llevadas de diversas concupiscencias;
\v 7 Que siempre aprenden, y nunca pueden acabar de llegar al conocimiento de la verdad.
\s5
\v 8 Y de la manera que Jannes y Jambres resistieron á Moisés, así también éstos resisten á la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos acerca de la fe.
\v 9 Mas no prevalecerán; porque su insensatez será manifiesta á todos, como también lo fué la de aquéllos.
\s5
\v 10 Pero tú has comprendido mi doctrina, instrucción, intento, fe, largura de ánimo, caridad, paciencia,
\v 11 Persecuciones, aflicciones, cuales me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra, cuales persecuciones he sufrido; y de todas me ha librado el Señor.
\v 12 Y también todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús, padecerán persecución.
\v 13 Mas los malos hombres y los engañadores, irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
\s5
\v 14 Empero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;
\v 15 Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.
\s5
\v 16 Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia,
\v 17 Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra.
\s5
\c 4
\p
\v 1 REQUIERO yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino,
\v 2 Que prediques la palabra; que instes á tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
\s5
\v 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme á sus concupiscencias,
\v 4 Y apartarán de la verdad el oído, y se volverán á las fábulas.
\v 5 Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio.
\s5
\v 6 Porque yo ya estoy para ser ofrecido, y el tiempo de mi partida está cercano.
\v 7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
\v 8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo á mí, sino también á todos los que aman su venida.
\s5
\v 9 Procura venir presto á mí:
\v 10 Porque Demas me ha desamparado, amando este siglo, y se ha ido á Tesalónica; Crescente á Galacia, Tito á Dalmacia.
\s5
\v 11 Lucas solo está conmigo. Toma á Marcos, y tráele contigo; porque me es útil para el ministerio.
\v 12 A Tychîco envié á Efeso.
\v 13 Trae, cuando vinieres, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo: y los libros, mayormente los pergaminos.
\s5
\v 14 Alejandro el calderero me ha causado muchos males: el Señor le pague conforme á sus hechos.
\v 15 Guárdate tú también de él; que en grande manera ha resistido á nuestras palabras.
\v 16 En mi primera defensa ninguno me ayudó, antes me desampararon todos: no les sea imputado.
\s5
\v 17 Mas el Señor me ayudó, y me esforzó para que por mí fuese cumplida la predicación, y todos los Gentiles oyesen; y fuí librado de la boca del león.
\v 18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial: al cual sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
\s5
\v 19 Saluda á Prisca y á Aquila, y á la casa de Onesíforo.
\v 20 Erasto se quedó en Corinto; y á Trófimo dejé en Mileto enfermo.
\v 21 Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, y Lino, y Claudia, y todos los hermanos.
\v 22 El Señor Jesucristo sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén. La segunda epístola á Timoteo, el cual fué el primer obispo ordenado en Efeso, fué escrita de Roma, cuando Pablo fué presentado la segunda vez á César Nerón.

86
57-TIT.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,86 @@
\id TIT Paul's Letter to Titus - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Tito
\toc1 Tito
\toc2 Tito
\toc3 tit
\mt1 Tito
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, siervo de Dios, y apóstol de Jesucristo, según la fe de los escogidos de Dios, y el conocimiento de la verdad que es según la piedad,
\v 2 Para la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no puede mentir, prometió antes de los tiempos de los siglos,
\v 3 Y manifestó á sus tiempos su palabra por la predicación, que me es á mí encomendada por mandamiento de nuestro Salvador Dios;
\s5
\v 4 A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia, y paz de Dios Padre, y del Señor Jesucristo Salvador nuestro.
\v 5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo que falta, y pusieses ancianos por las villas, así como yo te mandé:
\s5
\v 6 El que fuere sin crimen, marido de una mujer, que tenga hijos fieles que no estén acusados de disolución, ó contumaces.
\v 7 Porque es menester que el obispo sea sin crimen, como dispensador de Dios; no soberbio, no iracundo, no amador del vino, no heridor, no codicioso de torpes ganancias;
\s5
\v 8 Sino hospedador, amador de lo bueno, templado, justo, santo, continente;
\v 9 Retenedor de la fiel palabra que es conforme á la doctrina: para que también pueda exhortar con sana doctrina, y convencer á los que contradijeren.
\s5
\v 10 Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades, y engañadores de las almas, mayormente los que son de la circuncisión,
\v 11 A los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras; enseñando lo que no conviene, por torpe ganancia.
\s5
\v 12 Dijo uno de ellos, propio profeta de ellos: Los Cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos.
\v 13 Este testimonio es verdadero: por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe,
\v 14 No atendiendo á fábulas judaicas, y á mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
\s5
\v 15 Todas las cosas son limpias á los limpios; mas á los contaminados é infieles nada es limpio: antes su alma y conciencia están contaminadas.
\v 16 Profésanse conocer á Dios; mas con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados para toda buena obra.
\s5
\c 2
\p
\v 1 EMPERO tú, habla lo que conviene á la sana doctrina:
\v 2 Que los viejos sean templados, graves, prudentes, sanos en la fe, en la caridad, en la paciencia.
\s5
\v 3 Las viejas, asimismo, se distingan en un porte santo; no calumniadoras, no dadas á mucho vino, maestras de honestidad:
\v 4 Que enseñen á las mujeres jóvenes á ser prudentes, á que amen á sus maridos, á que amen á sus hijos,
\v 5 A ser templadas, castas, que tengan cuidado de la casa, buenas, sujetas á sus maridos; porque la palabra de Dios no sea blasfemada.
\s5
\v 6 Exhorta asimismo á los mancebos á que sean comedidos;
\v 7 Mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; en doctrina haciendo ver integridad, gravedad,
\v 8 Palabra sana, é irreprensible; que el adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que decir de vosotros.
\s5
\v 9 Exhorta á los siervos á que sean sujetos á sus señores, que agraden en todo, no respondones;
\v 10 No defraudando, antes mostrando toda buena lealtad, para que adornen en todo la doctrina de nuestro Salvador Dios.
\s5
\v 11 Porque la gracia de Dios que trae salvación á todos los hombres, se manifestó,
\v 12 Enseñándonos que, renunciando á la impiedad y á los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, y justa, y píamente,
\v 13 Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo,
\s5
\v 14 Que se dió á sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
\s5
\v 15 Esto habla y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te desprecie.
\s5
\c 3
\p
\v 1 AMONÉSTALES que se sujeten á los príncipes y potestades, que obedezcan, que estén prontos á toda buena obra.
\v 2 Que á nadie infamen, que no sean pendencieros, sino modestos, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.
\s5
\v 3 Porque también éramos nosotros necios en otro tiempo, rebeldes, extraviados, sirviendo á concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciendo los unos á los otros.
\s5
\v 4 Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
\v 5 No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo;
\s5
\v 6 El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
\v 7 Para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.
\s5
\v 8 Palabra fiel, y estas cosas quiero que afirmes, para que los que creen á Dios procuren gobernarse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles á los hombres.
\s5
\v 9 Mas las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y debates acerca de la ley, evita; porque son sin provecho y vanas.
\v 10 Rehusa hombre hereje, después de una y otra amonestación;
\v 11 Estando cierto que el tal es trastornado, y peca, siendo condenado de su propio juicio.
\s5
\v 12 Cuando enviare á ti á Artemas, ó á Tichîco, procura venir á mí, á Nicópolis: porque allí he determinado invernar.
\v 13 A Zenas doctor de la ley, y á Apolos, envía delante, procurando que nada les falte.
\s5
\v 14 Y aprendan asimismo los nuestros á gobernarse en buenas obras para los usos necesarios, para que no sean sin fruto.
\s5
\v 15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda á los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén. A Tito, el cual fué el primer obispo ordenado á la iglesia de los Cretenses, escrita de Nicópolis de Macedonia.

44
58-PHM.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,44 @@
\id PHM Paul's Letter to Philemon - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Filemón
\toc1 Filemón
\toc2 Filemón
\toc3 phm
\mt1 Filemón
\s5
\c 1
\p
\v 1 PABLO, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, á Filemón amado, y coadjutor nuestro;
\v 2 Y á la amada Apphia, y á Archîpo, compañero de nuestra milicia, y á la iglesia que está en tu casa:
\v 3 Gracia á vosotros y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
\s5
\v 4 Doy gracias á mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones.
\v 5 Oyendo tu caridad, y la fe que tienes en el Señor Jesús, y para con todos los santos;
\v 6 Para que la comunicación de tu fe sea eficaz, en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros, por Cristo Jesús.
\v 7 Porque tenemos gran gozo y consolación de tu caridad, de que por ti, oh hermano, han sido recreadas las entrañas de los santos.
\s5
\v 8 Por lo cual, aunque tengo mucha resolución en Cristo para mandarte lo que conviene,
\v 9 Ruégo te más bien por amor, siendo tal cual soy, Pablo viejo, y aun ahora prisionero de Jesucristo:
\s5
\v 10 Ruégote por mi hijo Onésimo, que he engendrado en mis prisiones,
\v 11 El cual en otro tiempo te fué inútil, mas ahora á ti y á mí es útil;
\v 12 El cual te vuelvo á enviar; tú pues, recíbele como á mis entrañas.
\v 13 Yo quisiera detenerle conmigo, para que en lugar de ti me sirviese en las prisiones del evangelio;
\s5
\v 14 Mas nada quise hacer sin tu consejo, porque tu beneficio no fuese como de necesidad, sino voluntario.
\v 15 Porque acaso por esto se ha apartado de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre;
\v 16 No ya como siervo, antes más que siervo, como hermano amado, mayormente de mí, pero cuánto más de ti, en la carne y en el Señor.
\s5
\v 17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como á mí.
\v 18 Y si en algo te dañó, ó te debe, ponlo á mi cuenta.
\v 19 Yo Pablo lo escribí de mi mano, yo lo pagaré: por no decirte que aun á ti mismo te me debes demás.
\v 20 Sí, hermano, góceme yo de ti en el Señor; recrea mis entrañas en el Señor.
\s5
\v 21 Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que aun harás más de lo que digo.
\v 22 Y asimismo prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os tengo de ser concedido.
\s5
\v 23 Te saludan Epafras, mi compañero en la prisión por Cristo Jesús,
\v 24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis cooperadores.
\v 25 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. A Filemón fué enviada de Roma por Onésimo, siervo.

472
59-HEB.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,472 @@
\id HEB The Letter to the Hebrews - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Hebreos
\toc1 Hebreos
\toc2 Hebreos
\toc3 heb
\mt1 Hebreos
\s5
\c 1
\p
\v 1 DIOS, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo á los padres por los profetas,
\v 2 En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo:
\v 3 El cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó á la diestra de la Majestad en las alturas,
\s5
\v 4 Hecho tanto más excelente que los ángeles, cuanto alcanzó por herencia más excelente nombre que ellos.
\v 5 Porque ¿á cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi hijo eres tú, hoy yo te he engendrado? y otra vez: Yo seré á él Padre, y él me será á mí hijo?
\s5
\v 6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en la tierra, dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios.
\v 7 Y ciertamente de los ángeles dice: El que hace á sus ángeles espíritus, y á sus ministros llama de fuego.
\s5
\v 8 Mas al hijo: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; vara de equidad la vara de tu reino;
\v 9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad; por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que á tus compañeros.
\s5
\v 10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra; y los cielos son obras de tus manos:
\v 11 Ellos perecerán, mas tú eres permanente; y todos ellos se envejecerán como una vestidura;
\v 12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; empero tú eres el mismo, y tus años no acabarán.
\s5
\v 13 Pues, ¿á cuál de los ángeles dijo jamás: Siéntate á mi diestra, hasta que ponga á tus enemigos por estrado de tus pies?
\v 14 ¿No son todos espíritus administradores, enviados para servicio á favor de los que serán herederos de salud?
\s5
\c 2
\p
\v 1 POR tanto, es menester que con más diligencia atendamos á las cosas que hemos oído, porque acaso no nos escurramos.
\s5
\v 2 Porque si la palabra dicha por los ángeles fué firme, y toda rebelión y desobediencia recibió justa paga de retribución,
\v 3 ¿Cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salud tan grande? La cual, habiendo comenzado á ser publicada por el Señor, ha sido confirmada hasta nosotros por los que oyeron;
\v 4 Testificando juntamente con ellos Dios, con señales y milagros, y diversas maravillas, y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
\s5
\v 5 Porque no sujetó á los ángeles el mundo venidero, del cual hablamos.
\v 6 Testificó empero uno en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, que te acuerdas de él? ¿ó el hijo del hombre, que le visitas?
\s5
\v 7 Tú le hiciste un poco menor que los ángeles, coronástele de gloria y de honra, y pusístele sobre las obras de tus manos;
\v 8 Todas las cosas sujetaste debajo de sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto á él; mas aun no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
\s5
\v 9 Empero vemos coronado de gloria y de honra, por el padecimiento de muerte, á aquel Jesús que es hecho un poco menor que los ángeles, para que por gracia de Dios gustase la muerte por todos.
\v 10 Porque convenía que aquel por cuya causa son todas las cosas, y por el cual todas las cosas subsisten, habiendo de llevar á la gloria á muchos hijos, hiciese consumado por aflicciones al autor de la salud de ellos.
\s5
\v 11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos: por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
\v 12 Diciendo: Anunciaré á mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré.
\s5
\v 13 Y otra vez: Yo confiaré en él. Y otra vez: He aquí, yo y los hijos que me dió Dios.
\v 14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es á saber, al diablo,
\v 15 Y librar á los que por el temor de la muerte estaban por toda la vida sujetos á servidumbre.
\s5
\v 16 Porque ciertamente no tomó á los ángeles, sino á la simiente de Abraham tomó.
\v 17 Por lo cual, debía ser en todo semejante á los hermanos, para venir á ser misericordioso y fiel Pontífice en lo que es para con Dios, para expiar los pecados del pueblo.
\v 18 Porque en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer á los que son tentados.
\s5
\c 3
\p
\v 1 POR tanto, hermanos santos, participantes de la vocación celestial, considerad al Apóstol y Pontífice de nuestra profesión, Cristo Jesús;
\v 2 El cual es fiel al que le constituyó, como también lo fué Moisés sobre toda su casa.
\v 3 Porque de tanto mayor gloria que Moisés éste es estimado digno, cuanto tiene mayor dignidad que la casa el que la fabricó.
\v 4 Porque toda casa es edificada de alguno: mas el que crió todas las cosas es Dios.
\s5
\v 5 Y Moisés á la verdad fué fiel sobre toda su casa, como siervo, para testificar lo que se había de decir;
\v 6 Mas Cristo como hijo, sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si hasta el cabo retuviéremos firme la confianza y la gloria de la esperanza.
\s5
\v 7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,
\v 8 No endurezcáis vuestros corazones como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,
\s5
\v 9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años.
\v 10 A causa de lo cual me enemisté con esta generación, y dije: Siempre divagan ellos de corazón, y no han conocido mis caminos.
\v 11 Juré, pues, en mi ira: No entrarán en mi reposo.
\s5
\v 12 Mirad, hermanos, que en ninguno de vosotros haya corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo:
\v 13 Antes exhortaos los unos á los otros cada día, entre tanto que se dice Hoy; porque ninguno de vosotros se endurezca con engaño de pecado:
\s5
\v 14 Porque participantes de Cristo somos hechos, con tal que conservemos firme hasta el fin el principio de nuestra confianza;
\v 15 Entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
\s5
\v 16 Porque algunos de los que habían salido de Egipto con Moisés, habiendo oído, provocaron, aunque no todos.
\v 17 Mas ¿con cuáles estuvo enojado cuarenta años? ¿No fué con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?
\v 18 ¿Y á quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino á aquellos que no obedecieron?
\v 19 Y vemos que no pudieron entrar á causa de incredulidad.
\s5
\c 4
\p
\v 1 TEMAMOS, pues, que quedando aún la promesa de entrar en su reposo, parezca alguno de vosotros haberse apartado.
\v 2 Porque también á nosotros se nos ha evangelizado como á ellos; mas no les aprovechó el oir la palabra á los que la oyeron sin mezclar fe.
\s5
\v 3 Empero entramos en el reposo los que hemos creído, de la manera que dijo: Como juré en mi ira, no entrarán en mi reposo: aun acabadas las obras desde el principio del mundo.
\v 4 Porque en un cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.
\v 5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.
\s5
\v 6 Así que, pues que resta que algunos han de entrar en él, y aquellos á quienes primero fué anunciado no entraron por causa de desobediencia,
\v 7 Determina otra vez un cierto día, diciendo por David: Hoy, después de tanto tiempo; como está dicho: Si oyereis su voz hoy, no endurezcáis vuestros corazones.
\s5
\v 8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.
\v 9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
\v 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también él ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
\v 11 Procuremos pues de entrar en aquel reposo; que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.
\s5
\v 12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
\v 13 Y no hay cosa criada que no sea manifiesta en su presencia; antes todas las cosas están desnudas y abiertas á los ojos de aquel á quien tenemos que dar cuenta.
\s5
\v 14 Por tanto, teniendo un gran Pontífice, que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
\v 15 Porque no tenemos un Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas; mas tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
\v 16 Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro.
\s5
\c 5
\p
\v 1 PORQUE todo pontífice, tomado de entre los hombres, es constituído á favor de los hombres en lo que á Dios toca, para que ofrezca presentes y sacrificios por los pecados:
\v 2 Que se pueda compadecer de los ignorantes y extraviados, pues que él también está rodeado de flaqueza;
\v 3 Y por causa de ella debe, como por sí mismo, así también por el pueblo, ofrecer por los pecados.
\s5
\v 4 Ni nadie toma para sí la honra, sino el que es llamado de Dios, como Aarón.
\v 5 Así también Cristo no se glorificó á sí mismo haciéndose Pontífice, mas el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy;
\s5
\v 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote eternamente, según el orden de Melchîsedec.
\s5
\v 7 El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fué oído por su reverencial miedo.
\v 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
\s5
\v 9 Y consumado, vino á ser causa de eterna salud á todos los que le obedecen;
\v 10 Nombrado de Dios pontífice según el orden de Melchîsedec.
\v 11 Del cual tenemos mucho que decir, y dificultoso de declarar, por cuanto sois flacos para oir.
\s5
\v 12 Porque debiendo ser ya maestros á causa del tiempo, tenéis necesidad de volver á ser enseñados cuáles sean los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado á ser tales que tengáis necesidad de leche, y no de manjar sólido.
\v 13 Que cualquiera que participa de la leche, es inhábil para la palabra de la justicia, porque es niño;
\v 14 Mas la vianda firme es para los perfectos, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
\s5
\c 6
\p
\v 1 POR tanto, dejando la palabra del comienzo en la doctrina de Cristo, vamos adelante á la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, y de la fe en Dios,
\v 2 De la doctrina de bautismos, y de la imposición de manos, y de la resurrección de los muertos, y del juicio eterno.
\v 3 Y esto haremos á la verdad, si Dios lo permitiere.
\s5
\v 4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
\v 5 Y asimismo gustaron la buena palabra de Dios, y las virtudes del siglo venidero,
\v 6 Y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, y exponiéndole á vituperio.
\s5
\v 7 Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y produce hierba provechosa á aquellos de los cuales es labrada, recibe bendición de Dios:
\v 8 Mas la que produce espinas y abrojos, es reprobada, y cercana de maldición; cuyo fin será el ser abrasada.
\s5
\v 9 Pero de vosotros, oh amados, esperamos mejores cosas, y más cercanas á salud, aunque hablamos así.
\v 10 Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado á su nombre, habiendo asistido y asistiendo aún á los santos.
\s5
\v 11 Mas deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el cabo, para cumplimiento de la esperanza:
\v 12 Que no os hagáis perezosos, mas imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
\s5
\v 13 Porque prometiendo Dios á Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
\v 14 Diciendo: De cierto te bendeciré bendiciendo, y multiplicando te multiplicaré.
\v 15 Y así, esperando con largura de ánimo, alcanzó la promesa.
\s5
\v 16 Porque los hombres ciertamente por el mayor que ellos juran: y el fin de todas sus controversias es el juramento para confirmación.
\v 17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente á los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;
\v 18 Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos á trabarnos de la esperanza propuesta:
\s5
\v 19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que entra hasta dentro del velo;
\v 20 Donde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho Pontífice eternalmente según el orden de Melchîsedec.
\s5
\c 7
\p
\v 1 PORQUE este Melchîsedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió á recibir á Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,
\v 2 Al cual asimismo dió Abraham los diezmos de todo, primeramente él se interpreta Rey de justicia; y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz;
\v 3 Sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
\s5
\v 4 Mirad pues cuán grande fué éste, al cual aun Abraham el patriarca dió diezmos de los despojos.
\v 5 Y ciertamente los que de los hijos de Leví toman el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es á saber, de sus hermanos aunque también hayan salido de los lomos de Abraham.
\v 6 Mas aquél cuya genealogía no es contada de ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.
\s5
\v 7 Y sin contradicción alguna, lo que es menos es bendecido de lo que es más.
\v 8 Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos: mas allí, aquel del cual está dado testimonio que vive.
\v 9 Y, por decirlo así, en Abraham fué diezmado también Leví, que recibe los diezmos;
\v 10 Porque aun estaba en los lomos de su padre cuando Melchîsedec le salió al encuentro.
\s5
\v 11 Si pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melchîsedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
\v 12 Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley.
\s5
\v 13 Porque aquel del cual esto se dice, de otra tribu es, de la cual nadie asistió al altar.
\v 14 Porque notorio es que el Señor nuestro nació de la tribu de Judá, sobre cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio.
\s5
\v 15 Y aun más manifiesto es, si á semejanza de Melchîsedec se levanta otro sacerdote,
\v 16 El cual no es hecho conforme á la ley del mandamiento carnal, sino según la virtud de vida indisoluble;
\v 17 Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melchîsedec.
\s5
\v 18 El mandamiento precedente, cierto se abroga por su flaqueza é inutilidad;
\v 19 Porque nada perfeccionó la ley; mas hízolo la introducción de mejor esperanza, por la cual nos acercamos á Dios.
\s5
\v 20 Y por cuanto no fué sin juramento,
\v 21 (Porque los otros cierto sin juramento fueron hechos sacerdotes; mas éste, con juramento por el que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote eternamente según el orden de Melchîsedec:)
\s5
\v 22 Tanto de mejor testamento es hecho fiador Jesús.
\v 23 Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por la muerte no podían permanecer.
\v 24 Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable:
\s5
\v 25 Por lo cual puede también salvar eternamente á los que por él se allegan á Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
\v 26 Porque tal pontífice nos convenía: santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
\s5
\v 27 Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose á sí mismo.
\v 28 Porque la ley constituye sacerdotes á hombres flacos; mas la palabra del juramento, después de la ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre.
\s5
\c 8
\p
\v 1 ASÍ que, la suma acerca de lo dicho es: Tenemos tal pontífice que se asentó á la diestra del trono de la Majestad en los cielos;
\v 2 Ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no hombre.
\s5
\v 3 Porque todo pontífice es puesto para ofrecer presentes y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tuviese algo que ofrecer.
\v 4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni aun sería sacerdote, habiendo aún los sacerdotes que ofrecen los presentes según la ley;
\v 5 Los cuales sirven de bosquejo y sombra de las cosas celestiales, como fué respondido á Moisés cuando había de acabar el tabernáculo: Mira, dice, haz todas las cosas conforme al dechado que te ha sido mostrado en el monte.
\s5
\v 6 Mas ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, el cual ha sido formado sobre mejores promesas.
\v 7 Porque si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado lugar de segundo.
\s5
\v 8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto;
\v 9 No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto: porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo los menosprecié, dice el Señor.
\s5
\v 10 Por lo cual, este es el pacto que ordenaré á la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, y sobre el corazón de ellos las escribiré; y seré á ellos por Dios, y ellos me serán á mí por pueblo:
\s5
\v 11 Y ninguno enseñará á su prójimo, ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce al Señor: porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor.
\v 12 Porque seré propicio á sus injusticias, y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más.
\s5
\v 13 Diciendo, Nuevo pacto, dió por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse.
\s5
\c 9
\p
\v 1 TENÍA empero también el primer pacto reglamentos del culto, y santuario mundano.
\v 2 Porque el tabernáculo fué hecho: el primero, en que estaban las lámparas, y la mesa, y los panes de la proposición; lo que llaman el Santuario.
\s5
\v 3 Tras el segundo velo estaba el tabernáculo, que llaman el Lugar Santísimo;
\v 4 El cual tenía un incensario de oro, y el arca del pacto cubierta de todas partes alrededor de oro; en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, y la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;
\v 5 Y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en particular.
\s5
\v 6 Y estas cosas así ordenadas, en el primer tabernáculo siempre entraban los sacerdotes para hacer los oficios del culto;
\v 7 Mas en el segundo, sólo el pontífice una vez en el año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo:
\s5
\v 8 Dando en esto á entender el Espíritu Santo, que aun no estaba descubierto el camino para el santuario, entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie.
\v 9 Lo cual era figura de aquel tiempo presente, en el cual se ofrecían presentes y sacrificios que no podían hacer perfecto, cuanto á la conciencia, al que servía con ellos;
\v 10 Consistiendo sólo en viandas y en bebidas, y en diversos lavamientos, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de la corrección.
\s5
\v 11 Mas estando ya presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es á saber, no de esta creación;
\v 12 Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención.
\s5
\v 13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y la ceniza de la becerra, rociada á los inmundos, santifica para la purificación de la carne,
\v 14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?
\v 15 Así que, por eso es mediador del nuevo testamento, para que interviniendo muerte para la remisión de las rebeliones que había bajo del primer testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
\s5
\v 16 Porque donde hay testamento, necesario es que intervenga muerte del testador.
\v 17 Porque el testamento con la muerte es confirmado; de otra manera no es válido entre tanto que el testador vive.
\s5
\v 18 De donde vino que ni aun el primero fué consagrado sin sangre.
\v 19 Porque habiendo leído Moisés todos los mandamientos de la ley á todo el pueblo, tomando la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, y lana de grana, é hisopo, roció al mismo libro, y también á todo el pueblo,
\v 20 Diciendo: Esta es la sangre del testamento que Dios os ha mandado.
\s5
\v 21 Y además de esto roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
\v 22 Y casi todo es purificado según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
\s5
\v 23 Fué, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas con estas cosas; empero las mismas cosas celestiales con mejores sacrificios que éstos.
\v 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios.
\s5
\v 25 Y no para ofrecerse muchas veces á sí mismo, como entra el pontífice en el santuario cada año con sangre ajena;
\v 26 De otra manera fuera necesario que hubiera padecido muchas veces desde el principio del mundo: mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo.
\s5
\v 27 Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio;
\v 28 Así también Cristo fué ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud.
\s5
\c 10
\p
\v 1 PORQUE la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos á los que se allegan.
\v 2 De otra manera cesarían de ofrecerse; porque los que tributan este culto, limpios de una vez, no tendrían más conciencia de pecado.
\v 3 Empero en estos sacrificios cada año se hace conmemoración de los pecados.
\v 4 Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
\s5
\v 5 Por lo cual, entrando en el mundo, dice: Sacrificio y presente no quisiste; mas me apropiaste cuerpo:
\v 6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
\v 7 Entonces dije: Heme aquí (en la cabecera del libro está escrito de mí) para que haga, oh Dios, tu voluntad.
\s5
\v 8 Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron, (las cuales cosas se ofrecen según la ley,)
\v 9 Entonces dijo: Heme aquí para que haga, oh Dios, tu voluntad. Quita lo primero, para establecer lo postrero.
\v 10 En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez.
\s5
\v 11 Así que, todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados:
\v 12 Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado á la diestra de Dios,
\v 13 Esperando lo que resta, hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
\v 14 Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados.
\s5
\v 15 Y atestíguanos lo mismo el Espíritu Santo; que después que dijo:
\v 16 Y este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en sus corazones, y en sus almas las escribiré;
\s5
\v 17 Añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados é iniquidades.
\v 18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por pecado.
\s5
\v 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo,
\v 20 Por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo, esto es, por su carne;
\v 21 Y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
\v 22 Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia.
\s5
\v 23 Mantengamos firme la profesión de nuestra fe sin fluctuar; que fiel es el que prometió:
\v 24 Y considerémonos los unos á los otros para provocarnos al amor y á las buenas obras;
\v 25 No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
\s5
\v 26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el pecado.
\v 27 Sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar á los adversarios.
\s5
\v 28 El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos ó de tres testigos muere sin ninguna misericordia:
\v 29 ¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué santificado, é hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
\s5
\v 30 Sabemos quién es el que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará su pueblo.
\v 31 Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.
\s5
\v 32 Empero traed á la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones:
\v 33 Por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra parte hechos compañeros de los que estaban en tal estado.
\v 34 Porque de mis prisiones también os resentisteis conmigo, y el robo de vuestros bienes padecisteis con gozo, conociendo que tenéis en vosotros una mejor sustancia en los cielos, y que permanece.
\s5
\v 35 No perdáis pues vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón:
\v 36 Porque la paciencia os es necesaria; para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
\v 37 Porque aun un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
\s5
\v 38 Ahora el justo vivirá por fe; mas si se retirare, no agradará á mi alma.
\v 39 Pero nosotros no somos tales que nos retiremos para perdición, sino fieles para ganancia del alma.
\s5
\c 11
\p
\v 1 ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.
\v 2 Porque por ella alcanzaron testimonio los antiguos.
\v 3 Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía.
\s5
\v 4 Por la fe Abel ofreció á Dios mayor sacrificio que Caín, por la cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio á sus presentes; y difunto, aun habla por ella.
\s5
\v 5 Por la fe Enoc fué traspuesto para no ver muerte, y no fué hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado á Dios.
\v 6 Empero sin fe es imposible agradar á Dios; porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
\s5
\v 7 Por la fe Noé, habiendo recibido respuesta de cosas que aun no se veían, con temor aparejó el arca en que su casa se salvase: por la cual fe condenó al mundo, y fué hecho heredero de la justicia que es por la fe.
\s5
\v 8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber dónde iba.
\v 9 Por fe habitó en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en cabañas con Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misma promesa:
\v 10 Porque esperaba ciudad con fundamentos, el artífice y hacedor de la cual es Dios.
\s5
\v 11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir simiente; y parió aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó ser fiel el que lo había prometido.
\v 12 Por lo cual también, de uno, y ése ya amortecido, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está á la orilla de la mar.
\s5
\v 13 Conforme á la fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra.
\v 14 Porque los que esto dicen, claramente dan á entender que buscan una patria.
\s5
\v 15 Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenían tiempo para volverse:
\v 16 Empero deseaban la mejor, es á saber, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: porque les había aparejado ciudad.
\s5
\v 17 Por fe ofreció Abraham á Isaac cuando fué probado, y ofrecía al unigénito el que había recibido las promesas,
\v 18 Habiéndole sido dicho: En Isaac te será llamada simiente:
\v 19 Pensando que aun de los muertos es Dios poderoso para levantar; de donde también le volvió á recibir por figura.
\s5
\v 20 Por fe bendijo Isaac á Jacob y á Esaú respecto á cosas que habían de ser.
\v 21 Por fe Jacob, muriéndose, bendijo á cada uno de los hijos de José, y adoró estribando sobre la punta de su bordón.
\v 22 Por fe José, muriéndose, se acordó de la partida de los hijos de Israel; y dió mandamiento acerca de sus huesos.
\s5
\v 23 Por fe Moisés, nacido, fué escondido de sus padres por tres meses, porque le vieron hermoso niño; y no temieron el mandamiento del rey.
\v 24 Por fe Moisés, hecho ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón;
\v 25 Escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar de comodidades temporales de pecado.
\v 26 Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los Egipcios; porque miraba á la remuneración.
\s5
\v 27 Por fe dejó á Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
\v 28 Por fe celebró la pascua y el derramamiento de la sangre, para que el que mataba los primogénitos no los tocase.
\s5
\v 29 Por fe pasaron el mar Bermejo como por tierra seca: lo cual probando los Egipcios, fueron sumergidos.
\v 30 Por fe cayeron los muros de Jericó con rodearlos siete días.
\v 31 Por fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos, habiendo recibido á los espías con paz.
\s5
\v 32 ¿Y qué más digo? porque el tiempo me faltará contando de Gedeón, de Barac, de Samsón, de Jephté, de David, de Samuel, y de los profetas:
\v 33 Que por fe ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones,
\v 34 Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de extraños.
\s5
\v 35 Las mujeres recibieron sus muertos por resurrección; unos fueron estirados, no aceptando el rescate, para ganar mejor resurrección;
\v 36 Otros experimentaron vituperios y azotes; y á más de esto prisiones y cárceles;
\v 37 Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos á cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados;
\v 38 De los cuales el mundo no era digno; perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
\s5
\v 39 Y todos éstos, aprobados por testimonio de la fe, no recibieron la promesa;
\v 40 Proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen perfeccionados sin nosotros.
\s5
\c 12
\p
\v 1 POR tanto nosotros también, teniendo en derredor nuestro una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta,
\v 2 Puestos los ojos en al autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse á la diestra del trono de Dios.
\v 3 Reducid pues á vuestro pensamiento á aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, porque no os fatiguéis en vuestros ánimos desmayando.
\s5
\v 4 Que aun no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado:
\v 5 Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, ni desmayes cuando eres de él reprendido.
\v 6 Porque el Señor al que ama castiga, y azota á cualquiera que recibe por hijo.
\s5
\v 7 Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como á hijos; porque ¿qué hijo es aquel á quien el padre no castiga?
\v 8 Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos.
\s5
\v 9 Por otra parte, tuvimos por castigadores á los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos, ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
\v 10 Y aquéllos, á la verdad, por pocos días nos castigaban como á ellos les parecía, mas éste para lo que nos es provechoso, para que recibamos su santificación.
\v 11 Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados.
\s5
\v 12 Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas paralizadas;
\v 13 Y haced derechos pasos á vuestros pies, porque lo que es cojo no salga fuera de camino, antes sea sanado.
\s5
\v 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:
\v 15 Mirando bien que ninguno se aparte de la gracia de Dios, que ninguna raíz de amargura brotando os impida, y por ella muchos sean contaminados;
\v 16 Que ninguno sea fornicario, ó profano, como Esaú, que por una vianda vendió su primogenitura.
\v 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fué reprobado (que no halló lugar de arrepentimiento), aunque la procuró con lágrimas.
\s5
\v 18 Porque no os habéis llegado al monte que se podía tocar, y al fuego encendido, y al turbión, y á la oscuridad, y á la tempestad,
\v 19 Y al sonido de la trompeta, y á la voz de las palabras, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más;
\v 20 Porque no podían tolerar lo que se mandaba: Si bestia tocare al monte, será apedreada, ó pasada con dardo.
\v 21 Y tan terrible cosa era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy asombrado y temblando.
\s5
\v 22 Mas os habéis llegado al monte de Sión, y á la ciudad del Dios vivo, Jerusalem la celestial, y á la compañía de muchos millares de ángeles,
\v 23 Y á la congregación de los primogénitos que están alistados en los cielos, y á Dios el Juez de todos, y á los espíritus de los justos hechos perfectos,
\v 24 Y á Jesús el Mediador del nuevo testamento, y á la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel.
\s5
\v 25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si aquellos no escaparon que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al que habla de los cielos.
\v 26 La voz del cual entonces conmovió la tierra; mas ahora ha denunciado, diciendo: Aun una vez, y yo conmoveré no solamente la tierra, mas aun el cielo.
\s5
\v 27 Y esta palabra, Aun una vez, declara la mudanza de las cosas movibles, como de cosas hechas, para que queden las cosas que son firmes.
\v 28 Así que, tomando el reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual sirvamos á Dios agradándole con temor y reverencia;
\v 29 Porque nuestro Dios es fuego consumidor.
\s5
\c 13
\p
\v 1 PERMANEZCA el amor fraternal.
\v 2 No olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
\s5
\v 3 Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos sois del cuerpo.
\v 4 Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas á los fornicarios y á los adúlteros juzgará Dios.
\s5
\v 5 Sean las costumbres vuestras sin avaricia; contentos de lo presente; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.
\v 6 De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me hará el hombre.
\s5
\v 7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; la fe de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta.
\v 8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
\s5
\v 9 No seáis llevados de acá para allá por doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón en la gracia, no en viandas, que nunca aprovecharon á los que anduvieron en ellas.
\v 10 Tenemos un altar, del cual no tienen facultad de comer los que sirven al tabernáculo.
\v 11 Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es metida por el pecado en el santuario por el pontífice, son quemados fuera del real.
\s5
\v 12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo por su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
\v 13 Salgamos pues á él fuera del real, llevando su vituperio.
\v 14 Porque no tenemos aquí ciudad permanente, mas buscamos la por venir.
\s5
\v 15 Así que, ofrezcamos por medio de él á Dios siempre sacrificio de alabanza, es á saber, fruto de labios que confiesen á su nombre.
\v 16 Y de hacer bien y de la comunicación no os olvidéis: porque de tales sacrificios se agrada Dios.
\v 17 Obedeced á vuestros pastores, y sujetaos á ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como aquellos que han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no gimiendo; porque esto no os es útil.
\s5
\v 18 Orad por nosotros: porque confiamos que tenemos buena conciencia, deseando conversar bien en todo.
\v 19 Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea más presto restituído.
\s5
\v 20 Y el Dios de paz que sacó de los muertos á nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del testamento eterno,
\v 21 Os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo: al cual sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
\s5
\v 22 Empero os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación; porque os he escrito en breve.
\v 23 Sabed que nuestro hermano Timoteo está suelto; con el cual, si viniere más presto, os iré á ver.
\s5
\v 24 Saludad á todos vuestros pastores, y á todos los santos. Los de Italia os saludan.
\v 25 La gracia sea con todos vosotros. Amén. Fué escrita á los Hebreos desde Italia con Timoteo.

173
60-JAS.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,173 @@
\id JAS The Letter from James - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Santiago
\toc1 Santiago
\toc2 Santiago
\toc3 jas
\mt1 Santiago
\s5
\c 1
\p
\v 1 JACOBO, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, á las doce tribus que están esparcidas, salud.
\v 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones;
\v 3 Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia.
\s5
\v 4 Mas tenga la paciencia perfecta su obra, para que seáis perfectos y cabales, sin faltar en alguna cosa.
\v 5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela á Dios, el cual da á todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada.
\s5
\v 6 Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra.
\v 7 No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor.
\v 8 El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos.
\s5
\v 9 El hermano que es de baja suerte, gloríese en su alteza:
\v 10 Mas el que es rico, en su bajeza; porque él se pasará como la flor de la hierba.
\v 11 Porque salido el sol con ardor, la hierba se secó, y su flor se cayó, y pereció su hermosa apariencia: así también se marchitará el rico en todos sus caminos.
\s5
\v 12 Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman.
\v 13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios: porque Dios no puede ser tentado de los malos, ni él tienta á alguno:
\s5
\v 14 Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado.
\v 15 Y la concupiscencia, después que ha concebido, pare el pecado: y el pecado, siendo cumplido, engendra muerte.
\v 16 Amados hermanos míos, no erréis.
\s5
\v 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
\v 18 El, de su voluntad nos ha engendrado por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
\s5
\v 19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse:
\v 20 Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
\v 21 Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas.
\s5
\v 22 Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.
\v 23 Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
\v 24 Porque él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era.
\v 25 Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.
\s5
\v 26 Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana.
\v 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.
\s5
\c 2
\p
\v 1 HERMANOS míos, no tengáis la fe de nuestro Señor Jesucristo glorioso en acepción de personas.
\v 2 Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, y de preciosa ropa, y también entra un pobre con vestidura vil,
\v 3 Y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí en buen lugar: y dijereis al pobre: Estáte tú allí en pie; ó siéntate aquí debajo de mi estrado:
\v 4 ¿No juzgáis en vosotros mismos, y venís á ser jueces de pensamientos malos?
\s5
\v 5 Hermanos míos amados, oid: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, ricos en fe, y herederos del reino que ha prometido á los que le aman?
\v 6 Mas vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran á los juzgados?
\v 7 ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fué invocado sobre vosotros?
\s5
\v 8 Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme á la Escritura: Amarás á tu prójimo como á ti mismo, bien hacéis:
\v 9 Mas si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y sois reconvenidos de la ley como transgresores.
\s5
\v 10 Porque cualquiera que hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de todos.
\v 11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no hubieres cometido adulterio, pero hubieres matado, ya eres hecho transgresor de la ley.
\s5
\v 12 Así hablad, y así obrad, como los que habéis de ser juzgados por la ley de libertad.
\v 13 Porque juicio sin misericordia será hecho con aquel que no hiciere misericordia: y la misericordia se gloría contra el juicio.
\s5
\v 14 Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
\v 15 Y si el hermano ó la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
\v 16 Y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y hartaos; pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿qué aprovechará?
\v 17 Así también la fe, si no tuviere obras, es muerta en sí misma.
\s5
\v 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
\v 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces: también los demonios creen, y tiemblan.
\v 20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
\s5
\v 21 ¿No fué justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció á su hijo Isaac sobre el altar?
\v 22 ¿No ves que la fe obró con sus obras, y que la fe fué perfecta por las obras?
\v 23 Y fué cumplida la Escritura que dice: Abraham creyó á Dios, y le fué imputado á justicia, y fué llamado amigo de Dios.
\v 24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
\s5
\v 25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fué justificada por obras, cuando recibió los mensajeros, y los echó fuera por otro camino?
\v 26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta.
\s5
\c 3
\p
\v 1 HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
\v 2 Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
\s5
\v 3 He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo.
\v 4 Mirad también las naves: aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quisiere el que las gobierna.
\s5
\v 5 Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende!
\v 6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno.
\s5
\v 7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres de la mar, se doma y es domada de la naturaleza humana:
\v 8 Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado; llena de veneno mortal.
\s5
\v 9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos á los hombres, los cuales son hechos á la semejanza de Dios.
\v 10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, no conviene que estas cosas sean así hechas.
\s5
\v 11 ¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga?
\v 12 Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, ó la vid higos? Así ninguna fuente puede hacer agua salada y dulce.
\s5
\v 13 ¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría.
\v 14 Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriéis, ni seáis mentirosos contra la verdad:
\s5
\v 15 Que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica.
\v 16 Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
\v 17 Mas la sabiduría que es de lo alto, primeramente es pura, después pacífica, modesta, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, no juzgadora, no fingida.
\v 18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen paz.
\s5
\c 4
\p
\v 1 ¿DE dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros?
\v 2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y guerreáis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
\v 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
\s5
\v 4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
\v 5 ¿Pensáis que la Escritura dice sin causa: El espíritu que mora en nosotros codicia para envidia?
\s5
\v 6 Mas él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes.
\v 7 Someteos pues á Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá.
\s5
\v 8 Allegaos á Dios, y él se allegará á vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros de doblado ánimo, purificad los corazones.
\v 9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
\v 10 Humillaos delante del Señor, y él os ensalzará.
\s5
\v 11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano, y juzga á su hermano, este tal murmura de la ley, y juzga á la ley; pero si tú juzgas á la ley, no eres guardador de la ley, sino juez.
\v 12 Uno es el dador de la ley, que puede salvar y perder: ¿quién eres tú que juzgas á otro?
\s5
\v 13 Ea ahora, los que decís: Hoy y mañana iremos á tal ciudad, y estaremos allá un año, y compraremos mercadería, y ganaremos:
\v 14 Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
\s5
\v 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quisiere, y si viviéremos, haremos esto ó aquello.
\v 16 Mas ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala.
\v 17 El pecado, pues, está en aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace.
\s5
\c 5
\p
\v 1 EA ya ahora, oh ricos, llorad aullando por vuestras miserias que os vendrán.
\v 2 Vuestras riquezas están podridas: vuestras ropas están comidas de polilla.
\v 3 Vuestro oro y plata están corrompidos de orín; y su orín os será en testimonio, y comerá del todo vuestras carnes como fuego. Os habéis allegado tesoro para en los postreros días.
\s5
\v 4 He aquí, el jornal de los obreros que han segado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado de vosotros, clama; y los clamores de los que habían segado, han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
\v 5 Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis cebado vuestros corazones como en el día de sacrificios.
\v 6 Habéis condenado y muerto al justo; y él no os resiste.
\s5
\v 7 Pues, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia, hasta que reciba la lluvia temprana y tardía.
\v 8 Tened también vosotros paciencia; confirmad vuestros corazones: porque la venida del Señor se acerca.
\s5
\v 9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, porque no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.
\v 10 Hermanos míos, tomad por ejemplo de aflicción y de paciencia, á los profetas que hablaron en nombre del Señor.
\v 11 He aquí, tenemos por bienaventurados á los que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso.
\s5
\v 12 Mas sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por otro cualquier juramento; sino vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no; porque no caigáis en condenación.
\s5
\v 13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? haga oración. ¿Está alguno alegre? cante salmos.
\v 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? llame á los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
\v 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados.
\s5
\v 16 Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.
\v 17 Elías era hombre sujeto á semejantes pasiones que nosotros, y rogó con oración que no lloviese, y no llovió sobre la tierra en tres años y seis meses.
\v 18 Y otra vez oró, y el cielo dió lluvia, y la tierra produjo su fruto.
\s5
\v 19 Hermanos, si alguno de entre vosotros ha errado de la verdad, y alguno le convirtiere,
\v 20 Sepa que el que hubiere hecho convertir al pecador del error de su camino, salvará un alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados.

171
61-1PE.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,171 @@
\id 1PE The First Letter from Peter - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 1 Pedro
\toc1 1 Pedro
\toc2 1 Pedro
\toc3 1pe
\mt1 1 Pedro
\s5
\c 1
\p
\v 1 PEDRO, apóstol de Jesucristo, á los extranjeros esparcidos en Ponto, en Galacia, en Capadocia, en Asia, y en Bithinia,
\v 2 Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicada.
\s5
\v 3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
\v 4 Para una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos
\v 5 Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo.
\s5
\v 6 En lo cual vosotros os alegráis, estando al presente un poco de tiempo afligidos en diversas tentaciones, si es necesario,
\v 7 Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuere manifestado:
\s5
\v 8 Al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado;
\v 9 Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas.
\v 10 De la cual salud los profetas que profetizaron de la gracia que había de venir á vosotros, han inquirido y diligentemente buscado,
\s5
\v 11 Escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo significaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual prenunciaba las aflicciones que habían de venir á Cristo, y las glorias después de ellas.
\v 12 A los cuales fué revelado, que no para sí mismos, sino para nosotros administraban las cosas que ahora os son anunciadas de los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; en las cuales desean mirar los ángeles.
\s5
\v 13 Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesucristo os es manifestado:
\v 14 Como hijos obedientes, no conformándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
\s5
\v 15 Sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación:
\v 16 Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
\v 17 Y si invocáis por Padre á aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conversad en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación:
\s5
\v 18 Sabiendo que habéis sido rescatados de vuestra vana conversación, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro ó plata;
\v 19 Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación:
\s5
\v 20 Ya ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos por amor de vosotros,
\v 21 Que por él creéis á Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios.
\s5
\v 22 Habiendo purificado vuestra almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos á otros entrañablemente de corazón puro:
\v 23 Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.
\s5
\v 24 Porque Toda carne es como la hierba, y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba: secóse la hierba, y la flor se cayó;
\v 25 Mas la palabra del Señor permanece perpetuamente. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.
\s5
\c 2
\p
\v 1 DEJANDO pues toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones,
\v 2 Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud:
\v 3 Si empero habéis gustado que el Señor es benigno;
\s5
\v 4 Al cual allegándoos, piedra viva, reprobada cierto de los hombres, empero elegida de Dios, preciosa,
\v 5 Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables á Dios por Jesucristo.
\s5
\v 6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en ella, no será confundido.
\s5
\v 7 Ella es pues honor á vosotros que creéis: mas para los desobedientes, la piedra que los edificadores reprobaron, ésta fué hecha la cabeza del ángulo;
\v 8 Y Piedra de tropiezo, y roca de escándalo á aquellos que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; para lo cual fueron también ordenados.
\s5
\v 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas á su luz admirable:
\v 10 Vosotros, que en el tiempo pasado no erais pueblo, mas ahora sois pueblo de Dios; que en el tiempo pasado no habíais alcanzado misericordia, mas ahora habéis alcanzado misericordia.
\s5
\v 11 Amados, yo os ruego como á extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
\v 12 Teniendo vuestra conversación honesta entre los Gentiles; para que, en lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen á Dios en el día de la visitación, estimándoos por las buenas obras.
\s5
\v 13 Sed pues sujetos á toda ordenación humana por respeto á Dios: ya sea al rey, como á superior;
\v 14 Ya á los gobernadores, como de él enviados para venganza de los malhechores, y para loor de los que hacen bien.
\v 15 Porque esta es la voluntad de Dios; que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres vanos:
\v 16 Como libres, y no como teniendo la libertad por cobertura de malicia, sino como siervos de Dios.
\v 17 Honrad á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey.
\s5
\v 18 Siervos, sed sujetos con todo temor á vuestros amos; no solamente á los buenos y humanos, sino también á los rigurosos.
\v 19 Porque esto es agradable, si alguno á causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.
\v 20 Porque ¿qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? mas si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es agradable delante de Dios.
\s5
\v 21 Porque para esto sois llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas:
\v 22 El cual no hizo pecado; ni fué hallado engaño en su boca:
\v 23 Quien cuando le maldecían, no retornaba maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente:
\s5
\v 24 El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados.
\v 25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas; mas ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
\s5
\c 3
\p
\v 1 ASIMISMO vosotras, mujeres, sed sujetas á vuestros maridos; para que también los que no creen á la palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres,
\v 2 Considerando vuestra casta conversación, que es en temor.
\s5
\v 3 El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas;
\v 4 Sino el hombre del corazón que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual es de grande estima delante de Dios.
\s5
\v 5 Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sujetas á sus maridos:
\v 6 Como Sara obedecía á Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras sois hechas hijas, haciendo bien, y no sois espantadas de ningún pavor.
\s5
\v 7 Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia, dando honor á la mujer como á vaso más frágil, y como á herederas juntamente de la gracia de la vida; para que vuestras oraciones no sean impedidas.
\s5
\v 8 Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
\v 9 No volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia.
\s5
\v 10 Porque el que quiere amar la vida, y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño;
\v 11 Apártase del mal, y haga bien; busque la paz, y sígala.
\v 12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos á sus oraciones: pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen mal.
\s5
\v 13 ¿Y quién es aquel que os podrá dañar, si vosotros seguís el bien?
\v 14 Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados;
\s5
\v 15 Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros:
\v 16 Teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean confundidos los que blasfeman vuestra buena conversación en Cristo.
\v 17 Porque mejor es que padezcáis haciendo bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo mal.
\s5
\v 18 Porque también Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos á Dios, siendo á la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;
\v 19 En el cual también fué y predicó á los espíritus encarcelados;
\v 20 Los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca; en la cual pocas, es á saber, ocho personas fueron salvas por agua.
\s5
\v 21 A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo:
\v 22 El cual está á la diestra de Dios, habiendo subido al cielo; estando á él sujetos los ángeles, y las potestades, y virtudes.
\s5
\c 4
\p
\v 1 PUES que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también estad armados del mismo pensamiento: que el que ha padecido en la carne, cesó de pecado;
\v 2 Para que ya el tiempo que queda en carne, viva, no á las concupiscencias de los hombres, sino á la voluntad de Dios.
\s5
\v 3 Porque nos debe bastar que el tiempo pasado de nuestra vida hayamos hecho la voluntad de los Gentiles, cuando conversábamos en lascivias, en concupiscencias, en embriagueces, en glotonerías, en banquetes, y en abominables idolatrías.
\v 4 En lo cual les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfrenamiento de disolución, ultrajándoos:
\v 5 Los cuales darán cuenta al que está aparejado para juzgar los vivos y los muertos.
\v 6 Porque por esto también ha sido predicado el evangelio á los muertos; para que sean juzgados en carne según los hombres, y vivan en espíritu según Dios.
\s5
\v 7 Mas el fin de todas las cosas se acerca: sed pues templados, y velad en oración.
\v 8 Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá multitud de pecados.
\v 9 Hospedaos los unos á los otros sin murmuraciones.
\s5
\v 10 Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo á los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.
\v 11 Si alguno habla, hable conforme á las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme á la virtud que Dios suministra: para que en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al cual es gloria é imperio para siempre jamás. Amén.
\s5
\v 12 Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os aconteciese;
\v 13 Antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo.
\v 14 Si sois vituperados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque la gloria y el Espíritu de Dios reposan sobre vosotros. Cierto, según ellos, él es blasfemado, mas según vosotros es glorificado.
\s5
\v 15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, ó ladrón, ó malhechor, ó por meterse en negocios ajenos.
\v 16 Pero si alguno padece como Cristiano, no se avergüence; antes glorifique á Dios en esta parte.
\s5
\v 17 Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
\v 18 Y si el justo con dificultad se salva, ¿á dónde aparecerá el infiel y el pecador?
\v 19 Y por eso los que son afligidos según la voluntad de Dios, encomiéndenle sus almas, como á fiel Criador, haciendo bien.
\s5
\c 5
\p
\v 1 RUEGO á los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de las aflicciones de Cristo, que soy también participante de la gloria que ha de ser revelada:
\v 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto;
\v 3 Y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey.
\v 4 Y cuando apareciere el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.
\s5
\v 5 Igualmente, mancebos, sed sujetos á los ancianos; y todos sumisos unos á otros, revestíos de humildad; porque Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes.
\v 6 Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce cuando fuere tiempo;
\v 7 Echando toda vuestra solicitud en él, porque él tiene cuidado de vosotros.
\s5
\v 8 Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando á quien devore:
\v 9 Al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que las mismas aflicciones han de ser cumplidas en la compañía de vuestros hermanos que están en el mundo.
\s5
\v 10 Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado á su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco de tiempo padecido, él mismo os perfeccione, confirme, corrobore y establezca.
\v 11 A él sea gloria é imperio para siempre. Amén.
\s5
\v 12 Por Silvano, el hermano fiel, según yo pienso, os he escrito brevemente, amonestándo os, y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis.
\v 13 La iglesia que está en Babilonia, juntamente elegida con vosotros, os saluda, y Marcos mi hijo.
\v 14 Saludaos unos á otros con ósculo de caridad. Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesucristo. Amén.

102
62-2PE.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,102 @@
\id 2PE The Second Letter from Peter - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 2 Pedro
\toc1 2 Pedro
\toc2 2 Pedro
\toc3 2pe
\mt1 2 Pedro
\s5
\c 1
\p
\v 1 SIMÓN Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, á los que habéis alcanzado fe igualmente preciosa con nosotros en la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo:
\v 2 Gracia y paz os sea multiplicada en el conocimiento de Dios, y de nuestro Señor Jesús.
\s5
\v 3 Como todas las cosas que pertenecen á la vida y á la piedad nos sean dadas de su divina potencia, por el conocimiento de aquel que nos ha llamado por su gloria y virtud:
\v 4 Por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huído de la corrupción que está en el mundo por concupiscencia.
\s5
\v 5 Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia;
\v 6 Y en la ciencia templanza, y en la templanza paciencia, y en la paciencia temor de Dios;
\v 7 Y en el temor de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal caridad.
\s5
\v 8 Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
\v 9 Mas el que no tiene estas cosas, es ciego, y tiene la vista muy corta, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.
\s5
\v 10 Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
\v 11 Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
\s5
\v 12 Por esto, yo no dejaré de amonestaros siempre de estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.
\v 13 Porque tengo por justo, en tanto que estoy en este tabernáculo, de incitaros con amonestación:
\v 14 Sabiendo que brevemente tengo de dejar mi tabernáculo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.
\v 15 También yo procuraré con diligencia, que después de mi fallecimiento, vosotros podáis siempre tener memoria de estas cosas.
\s5
\v 16 Porque no os hemos dado á conocer la potencia y la venida de nuestro Señor Jesucristo, siguiendo fábulas por arte compuestas; sino como habiendo con nuestros propios ojos visto su majestad.
\v 17 Porque él había recibido de Dios Padre honra y gloria, cuando una tal voz fué á él enviada de la magnífica gloria: Este es el amado Hijo mío, en el cual yo me he agradado.
\v 18 Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos juntamente con él en el monte santo.
\s5
\v 19 Tenemos también la palabra profética más permanente, á la cual hacéis bien de estar atentos como á una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones:
\v 20 Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de particular interpretación;
\v 21 Porque la profecía no fué en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo.
\s5
\c 2
\p
\v 1 PERO hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos doctores, que introducirán encubiertamente herejías de perdición, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos perdición acelerada.
\v 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por los cuales el camino de la verdad será blasfemado;
\v 3 Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas; sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.
\s5
\v 4 Porque si Dios no perdonó á los ángeles que habían pecado, sino que habiéndolos despeñado en el infierno con cadenas de oscuridad, los entregó para ser reservados al juicio;
\v 5 Y si no perdonó al mundo viejo, mas guardó á Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados;
\v 6 Y si condenó por destrucción las ciudades de Sodoma y de Gomorra, tornándolas en ceniza, y poniéndolas por ejemplo á los que habían de vivir sin temor y reverencia de Dios;
\s5
\v 7 Y libró al justo Lot, acosado por la nefanda conducta de los malvados;
\v 8 (Porque este justo, con ver y oir, morando entre ellos, afligía cada día su alma justa con los hechos de aquellos injustos;)
\v 9 Sabe el Señor librar de tentación á los píos, y reservar á los injustos para ser atormentados en el día del juicio;
\s5
\v 10 Y principalmente á aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia é inmundicia, y desprecian la potestad; atrevidos, contumaces, que no temen decir mal de las potestades superiores:
\v 11 Como quiera que los mismos ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.
\s5
\v 12 Mas éstos, diciendo mal de las cosas que no entienden, como bestias brutas, que naturalmente son hechas para presa y destrucción, perecerán en su perdición,
\v 13 Recibiendo el galardón de su injusticia, ya que reputan por delicia poder gozar de deleites cada día. Estos son suciedades y manchas, los cuales comiendo con vosotros, juntamente se recrean en sus errores;
\v 14 Teniendo los ojos llenos de adulterio, y no saben cesar de pecar; cebando las almas inconstantes; teniendo el corazón ejercitado en codicias, siendo hijos de maldición;
\s5
\v 15 Que han dejado el camino derecho, y se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam, hijo de Bosor, el cual amó el premio de la maldad.
\v 16 Y fué reprendido por su iniquidad: una muda bestia de carga, hablando en voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
\s5
\v 17 Estos son fuentes sin agua, y nubes traídas de torbellino de viento: para los cuales está guardada la oscuridad de las tinieblas para siempre.
\v 18 Porque hablando arrogantes palabras de vanidad, ceban con las concupiscencias de la carne en disoluciones á los que verdaderamente habían huído de los que conversan en error;
\v 19 Prometiéndoles libertad, siendo ellos mismos siervos de corrupción. Porque el que es de alguno vencido, es sujeto á la servidumbre del que lo venció.
\s5
\v 20 Ciertamente, si habiéndose ellos apartado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y otra vez envolviéndose en ellas, son vencidos, sus postrimerías les son hechas peores que los principios.
\v 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, tornarse atrás del santo mandamiento que les fué dado.
\v 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro se volvió á su vómito, y la puerca lavada á revolcarse en el cieno.
\s5
\c 3
\p
\v 1 CARÍSIMOS, yo os escribo ahora esta segunda carta, por las cuales ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento;
\v 2 Para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y de nuestro mandamiento, que somos apóstoles del Señor y Salvador:
\s5
\v 3 Sabiendo primero esto, que en los postrimeros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,
\v 4 Y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
\s5
\v 5 Cierto ellos ignoran voluntariamente, que los cielos fueron en el tiempo antiguo, y la tierra que por agua y en agua está asentada, por la palabra de Dios;
\v 6 Por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua:
\v 7 Mas los cielos que son ahora, y la tierra, son conservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos.
\s5
\v 8 Mas, oh amados, no ignoréis esta una cosa: que un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día.
\v 9 El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
\s5
\v 10 Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas.
\s5
\v 11 Pues como todas estas cosas han de ser deshechas, ¿qué tales conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones,
\v 12 Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán?
\v 13 Bien que esperamos cielos nuevos y tierra nueva, según sus promesas, en los cuales mora la justicia.
\s5
\v 14 Por lo cual, oh amados, estando en esperanza de estas cosas, procurad con diligencia que seáis hallados de él sin mácula, y sin reprensión, en paz.
\v 15 Y tened por salud la paciencia de nuestro Señor; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito también;
\v 16 Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos é inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos.
\s5
\v 17 Así que vosotros, oh amados, pues estáis amonestados, guardaos que por el error de los abominables no seáis juntamente extraviados, y caigáis de vuestra firmeza.
\v 18 Mas creced en la gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

169
63-1JN.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,169 @@
\id 1JN John's First Letter - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 1 Juan
\toc1 1 Juan
\toc2 1 Juan
\toc3 1jn
\mt1 1 Juan
\s5
\c 1
\p
\v 1 LO que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida;
\v 2 (Porque la vida fué manifestada, y vimos, y testificamos, y os anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha aparecido;)
\s5
\v 3 Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
\v 4 Y estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.
\s5
\v 5 Y este es el mensaje que oímos de él, y os anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas.
\v 6 Si nosotros dijéremos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no hacemos la verdad;
\v 7 Mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión entre nosotros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
\s5
\v 8 Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros.
\v 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
\v 10 Si dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos á él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
\s5
\c 2
\p
\v 1 HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, á Jesucristo el justo;
\v 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
\v 3 Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos.
\s5
\v 4 El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él;
\v 5 Mas el que guarda su palabra, la caridad de Dios está verdaderamente perfecta en él: por esto sabemos que estamos en él.
\v 6 El que dice que está en él, debe andar como él anduvo.
\s5
\v 7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio: el mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.
\v 8 Otra vez os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros; porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra.
\s5
\v 9 El que dice que está en luz, y aborrece á su hermano, el tal aun está en tinieblas todavía.
\v 10 El que ama á su hermano, está en luz, y no hay tropiezo en él.
\v 11 Mas el que aborrece á su hermano, está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe á donde va; porque las tinieblas le han cegado los ojos.
\s5
\v 12 Os escribo á vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os son perdonados por su nombre.
\v 13 Os escribo á vosotros, padres, porque habéis conocido á aquel que es desde el principio. Os escribo á vosotros, mancebos, porque habéis vencido al maligno. Os escribo á vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
\v 14 Os he escrito á vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito á vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno.
\s5
\v 15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
\v 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.
\v 17 Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.
\s5
\v 18 Hijitos, ya es el último tiempo: y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado á ser muchos anticristos; por lo cual sabemos que es el último tiempo.
\v 19 Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros.
\s5
\v 20 Mas vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
\v 21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino como á los que la conocéis, y que ninguna mentira es de la verdad.
\s5
\v 22 ¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo.
\v 23 Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre. Cualquiera que confiese al Hijo tiene también al Padre.
\s5
\v 24 Pues lo que habéis oído desde el principio, sea permaneciente en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio fuere permaneciente en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
\v 25 Y esta es la promesa, la cual él nos prometió, la vida eterna.
\v 26 Os he escrito esto sobre los que os engañan.
\s5
\v 27 Pero la unción que vosotros habéis recibido de él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os enseñe; mas como la unción misma os enseña de todas cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como os ha enseñado, perseveraréis en él.
\v 28 Y ahora, hijitos, perseverad en él; para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no seamos confundidos de él en su venida.
\v 29 Si sabéis que él es justo, sabed también que cualquiera que hace justicia, es nacido de él.
\s5
\c 3
\p
\v 1 MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él.
\v 2 Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes á él, porque le veremos como él es.
\v 3 Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
\s5
\v 4 Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es transgresión de la ley.
\v 5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
\v 6 Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
\s5
\v 7 Hijitos, no os engañe ninguno: el que hace justicia, es justo, como él también es justo.
\v 8 El que hace pecado, es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
\s5
\v 9 Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
\v 10 En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo: cualquiera que no hace justicia, y que no ama á su hermano, no es de Dios.
\s5
\v 11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos á otros.
\v 12 No como Caín, que era del maligno, y mató á su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.
\s5
\v 13 Hermanos míos, no os maravilléis si el mundo os aborrece.
\v 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte á vida, en que amamos á los hermanos. El que no ama á su hermano, está en muerte.
\v 15 Cualquiera que aborrece á su hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en sí.
\s5
\v 16 En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros: también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
\v 17 Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere á su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él?
\v 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad.
\s5
\v 19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él.
\v 20 Porque si nuestro corazón nos reprendiere, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas.
\v 21 Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
\v 22 Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
\s5
\v 23 Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos á otros como nos lo ha mandado.
\v 24 Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
\s5
\c 4
\p
\v 1 AMADOS, no creáis á todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios: porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo.
\v 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo es venido en carne es de Dios:
\v 3 Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo es venido en carne, no es de Dios: y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.
\s5
\v 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.
\v 5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
\v 6 Nosotros somos de Dios: el que conoce á Dios, nos oye: el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
\s5
\v 7 Carísimos, amémonos unos á otros; porque el amor es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce á Dios.
\v 8 El que no ama, no conoce á Dios; porque Dios es amor.
\s5
\v 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió á su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
\v 10 En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino que él nos amó á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
\s5
\v 11 Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos á otros.
\v 12 Ninguno vió jamás á Dios. Si nos amamos unos á otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros:
\v 13 En esto conocemos que estamos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
\v 14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo.
\s5
\v 15 Cualquiera que confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él, y él en Dios.
\v 16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él.
\s5
\v 17 En esto es perfecto el amor con nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
\v 18 En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor: porque el temor tiene pena. De donde el que teme, no está perfecto en el amor.
\s5
\v 19 Nosotros le amamos á él, porque él nos amó primero.
\v 20 Si alguno dice, Yo amo á Dios, y aborrece á su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama á su hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar á Dios á quien no ha visto?
\v 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: Que el que ama á Dios, ame también á su hermano.
\s5
\c 5
\p
\v 1 TODO aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios: y cualquiera que ama al que ha engendrado, ama también al que es nacido de él.
\v 2 En esto conocemos que amamos á los hijos de Dios, cuando amamos á Dios, y guardamos sus mandamientos.
\v 3 Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos.
\s5
\v 4 Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.
\v 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
\s5
\v 6 Este es Jesucristo, que vino por agua y sangre: no por agua solamente, sino por agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio: porque el Espíritu es la verdad.
\v 7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno.
\v 8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el agua, y la sangre: y estos tres concuerdan en uno.
\s5
\v 9 Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios, que ha testificado de su Hijo.
\v 10 El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo: el que no cree á Dios, le ha hecho mentiroso; porque no ha creído en el testimonio que Dios ha testificado de su Hijo.
\s5
\v 11 Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
\v 12 El que tiene al Hijo, tiene la vida: el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
\s5
\v 13 Estas cosas he escrito á vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
\v 14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa conforme á su voluntad, él nos oye.
\v 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos demandado.
\s5
\v 16 Si alguno viere cometer á su hermano pecado no de muerte, demandará, y se le dará vida; digo á los que pecan no de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que ruegue.
\v 17 Toda maldad es pecado; mas hay pecado no de muerte.
\s5
\v 18 Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca; mas el que es engendrado de Dios, se guarda á sí mismo, y el maligno no le toca.
\v 19 Sabemos que somos de Dios, y todo el mundo está puesto en maldad.
\s5
\v 20 Empero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero: y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
\v 21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

29
64-2JN.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,29 @@
\id 2JN John's Second Letter - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 2 Juan
\toc1 2 Juan
\toc2 2 Juan
\toc3 2jn
\mt1 2 Juan
\s5
\c 1
\p
\v 1 EL anciano á la señora elegida y á sus hijos, á los cuales yo amo en verdad; y no yo solo, sino también todos los que han conocido la verdad,
\v 2 Por la verdad que está en nosotros, y será perpetuamente con nosotros:
\v 3 Sea con vosotros gracia, misericordia, y paz de Dios Padre, y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.
\s5
\v 4 Mucho me he gozado, porque he hallado de tus hijos, que andan en verdad, como nosotros hemos recibido el mandamiento del Padre.
\v 5 Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino aquel que nosotros hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos á otros.
\v 6 Y este es amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: Que andéis en él, como vosotros habéis oído desde el principio.
\s5
\v 7 Porque muchos engañadores son entrados en el mundo, los cuales no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Este tal el engañador es, y el anticristo.
\v 8 Mirad por vosotros mismos, porque no perdamos las cosas que hemos obrado, sino que recibamos galardón cumplido.
\s5
\v 9 Cualquiera que se rebela, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene á Dios: el que persevera en la doctrina de Cristo, el tal tiene al Padre y al Hijo.
\v 10 Si alguno viene á vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡bienvenido!
\v 11 Porque el que le dice bienvenido, comunica con sus malas obras.
\s5
\v 12 Aunque tengo muchas cosas que escribiros, no he querido comunicarlas por medio de papel y tinta; mas espero ir á vosotros, y hablar boca á boca, para que nuestro gozo sea cumplido.
\v 13 Los hijos de tu hermana elegida te saludan. Amén.

30
65-3JN.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,30 @@
\id 3JN John's Third Letter - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h 3 Juan
\toc1 3 Juan
\toc2 3 Juan
\toc3 3jn
\mt1 3 Juan
\s5
\c 1
\p
\v 1 EL anciano al muy amado Gaio, al cual yo amo en verdad.
\v 2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas cosas, y que tengas salud, así como tu alma está en prosperidad.
\v 3 Ciertamente me gocé mucho cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, así como tú andas en la verdad.
\v 4 No tengo yo mayor gozo que éste, el oir que mis hijos andan en la verdad.
\s5
\v 5 Amado, fielmente haces todo lo que haces para con los hermanos, y con los extranjeros,
\v 6 Los cuales han dado testimonio de tu amor en presencia de la iglesia: á los cuales si ayudares como conviene según Dios, harás bien.
\v 7 Porque ellos partieron por amor de su nombre, no tomando nada de los Gentiles.
\v 8 Nosotros, pues, debemos recibir á los tales, para que seamos cooperadores á la verdad.
\s5
\v 9 Yo he escrito á la iglesia: mas Diótrefes, que ama tener el primado entre ellos, no nos recibe.
\v 10 Por esta causa, si yo viniere, recordaré las obras que hace parlando con palabras maliciosas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe á los hermanos, y prohibe á los que los quieren recibir, y los echa de la iglesia.
\s5
\v 11 Amado, no sigas lo que es malo, sino lo que es bueno. El que hace bien es de Dios: mas el que hace mal, no ha visto á Dios.
\v 12 Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la misma verdad: y también nosotros damos testimonio; y vosotros habéis conocido que nuestro testimonio es verdadero.
\s5
\v 13 Yo tenía muchas cosas que escribirte; empero no quiero escribirte por tinta y pluma:
\v 14 Porque espero verte en breve, y hablaremos boca á boca. Paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú á los amigos por nombre.

47
66-JUD.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,47 @@
\id JUD Jude's Letter - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Judas
\toc1 Judas
\toc2 Judas
\toc3 jud
\mt1 Judas
\s5
\c 1
\p
\v 1 JUDAS, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, á los llamados, santificados en Dios Padre, y conservados en Jesucristo:
\v 2 Misericordia, y paz, y amor os sean multiplicados.
\s5
\v 3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.
\v 4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo.
\s5
\v 5 Os quiero pues amonestar, ya que alguna vez habéis sabido esto, que el Señor habiendo salvado al pueblo de Egipto, después destruyó á los que no creían:
\v 6 Y á los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día:
\s5
\v 7 Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, las cuales de la misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carne extraña, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el juicio del fuego eterno.
\v 8 De la misma manera también estos soñadores amancillan la carne, y menosprecian la potestad, y vituperan las potestades superiores.
\s5
\v 9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió á usar de juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.
\v 10 Pero éstos maldicen las cosas que no conocen; y las cosas que naturalmente conocen, se corrompen en ellas, como bestias brutas.
\v 11 ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron en el error de Balaam por recompensa, y perecieron en la contradicción de Coré.
\s5
\v 12 Estos son manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;
\v 13 Fieras ondas de la mar, que espuman sus mismas abominaciones; estrellas erráticas, á las cuales es reservada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.
\s5
\v 14 De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adam, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares,
\v 15 A hacer juicio contra todos, y á convencer á todos los impíos de entre ellos tocante á todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y á todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.
\v 16 Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.
\s5
\v 17 Mas vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes han sido dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;
\v 18 Como os decían: Que en el postrer tiempo habría burladores, que andarían según sus malvados deseos.
\v 19 Estos son los que hacen divisiones, sensuales, no teniendo el Espíritu.
\s5
\v 20 Mas vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando por el Espíritu Santo,
\v 21 Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna.
\s5
\v 22 Y recibid á los unos en piedad, discerniendo:
\v 23 Mas haced salvos á los otros por temor, arrebatándolos del fuego; aborreciendo aun la ropa que es contaminada de la carne.
\s5
\v 24 A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría,
\v 25 Al Dios solo sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén.

669
67-REV.usfm Normal file
View File

@ -0,0 +1,669 @@
\id REV - Reina-Valera 1909
\ide UTF-8
\h Apocalipsis
\toc1 Apocalipsis
\toc2 Apocalipsis
\toc3 rev
\mt1 Apocalipsis
\s5
\c 1
\p
\v 1 LA revelación de Jesucristo, que Dios le dió, para manifestar á sus siervos las cosas que deben suceder presto; y la declaró, enviándo la por su ángel á Juan su siervo,
\v 2 El cual ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
\v 3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca.
\s5
\v 4 Juan á las siete iglesias que están en Asia: Gracia sea con vosotros, y paz del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono;
\v 5 Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre,
\v 6 Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; á él sea gloria é imperio para siempre jamás. Amén.
\s5
\v 7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén.
\v 8 Yo soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
\s5
\v 9 Yo Juan, vuestro hermano, y participante en la tribulación y en el reino, y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
\v 10 Yo fuí en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
\v 11 Que decía: Yo soy el Alpha y Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envía lo á las siete iglesias que están en Asia; á Efeso, y á Smirna, y á Pérgamo, y á Tiatira, y á Sardis, y á Filadelfia, y á Laodicea.
\s5
\v 12 Y me volví á ver la voz que hablaba conmigo: y vuelto, vi siete candeleros de oro;
\v 13 Y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo del hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con una cinta de oro.
\s5
\v 14 Y su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos como llama de fuego;
\v 15 Y sus pies semejantes al latón fino, ardientes como en un horno; y su voz como ruido de muchas aguas.
\v 16 Y tenía en su diestra siete estrellas: y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
\s5
\v 17 Y cuando yo le vi, caí como muerto á sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas: yo soy el primero y el último;
\v 18 Y el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos, Amén. Y tengo las llaves del infierno y de la muerte:
\s5
\v 19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de éstas:
\v 20 El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y los siete candeleros de oro. Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias; y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.
\s5
\c 2
\p
\v 1 ESCRIBE al ángel de la iglesia en EFESO: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el cual anda en medio de los siete candeleros de oro, dice estas cosas:
\v 2 Yo sé tus obras, y tu trabajo y paciencia; y que tú no puedes sufrir los malos, y has probado á los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
\s5
\v 3 Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido.
\v 4 Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor.
\v 5 Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré presto á ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
\s5
\v 6 Mas tienes esto, que aborreces los hechos de los Nicolaítas; los cuales yo también aborrezco.
\v 7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
\s5
\v 8 Y escribe al ángel de la iglesia en SMIRNA: El primero y postrero, que fué muerto, y vivió, dice estas cosas:
\v 9 Yo sé tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser Judíos, y no lo son, mas son sinagoga de Satanás.
\s5
\v 10 No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
\v 11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. El que venciere, no recibirá daño de la muerte segunda.
\s5
\v 12 Y escribe al ángel de la iglesia en PÉRGAMO: El que tiene la espada aguda de dos filos, dice estas cosas:
\v 13 Yo sé tus obras, y dónde moras, donde está la silla de Satanás; y retienes mi nombre, y no has negado mi fe, aun en los días en que fué Antipas mi testigo fiel, el cual ha sido muerto entre vosotros, donde Satanás mora.
\s5
\v 14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: porque tú tienes ahí los que tienen la doctrina de Balaam, el cual enseñaba á Balac á poner escándalo delante de los hijos de Israel, á comer de cosas sacrificadas á los ídolos, y á cometer fornicación.
\v 15 Así también tú tienes á los que tienen la doctrina de los Nicolaítas, lo cual yo aborrezco.
\s5
\v 16 Arrepiéntete, porque de otra manera vendré á ti presto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
\v 17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
\s5
\v 18 Y escribe al ángel de la iglesia en TIATIRA: El Hijo de Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al latón fino, dice estas cosas:
\v 19 Yo he conocido tus obras, y caridad, y servicio, y fe, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
\s5
\v 20 Mas tengo unas pocas cosas contra ti: porque permites aquella mujer Jezabel (que se dice profetisa) enseñar, y engañar á mis siervos, á fornicar, y á comer cosas ofrecidas á los ídolos.
\v 21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta de la fornicación; y no se ha arrepentido.
\s5
\v 22 He aquí, yo la echo en cama, y á los que adulteran con ella, en muy grande tribulación, si no se arrepintieren de sus obras:
\v 23 Y mataré á sus hijos con muerte; y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriño los riñones y los corazones: y daré á cada uno de vosotros según sus obras.
\s5
\v 24 Pero yo digo á vosotros, y á los demás que estáis en Tiatira, cualesquiera que no tienen esta doctrina, y que no han conocido las profundidades de Satanás, como dicen: Yo no enviaré sobre vosotros otra carga.
\v 25 Empero la que tenéis, tenedla hasta que yo venga.
\s5
\v 26 Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes;
\v 27 Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre:
\v 28 Y le daré la estrella de la mañana.
\v 29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.
\s5
\c 3
\p
\v 1 Y ESCRIBE al ángel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras, que tienes nombre que vives, y estás muerto.
\v 2 Sé vigilante y confirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
\s5
\v 3 Acuérdate pues de lo que has recibido y has oído, y guárda lo, y arrepiéntete. Y si no velares, vendré á ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré á ti.
\v 4 Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras: y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos.
\s5
\v 5 El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
\v 6 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.
\s5
\v 7 Y escribe al ángel de la iglesia en FILADELFIA: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
\v 8 Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
\s5
\v 9 He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, los que se dicen ser Judíos, y no lo son, mas mienten; he aquí, yo los constreñiré á que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado.
\v 10 Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar á los que moran en la tierra.
\v 11 He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
\s5
\v 12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo.
\v 13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.
\s5
\v 14 Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:
\v 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, ó caliente!
\v 16 Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
\s5
\v 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo;
\v 18 Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
\s5
\v 19 Yo reprendo y castigo á todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete.
\v 20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.
\s5
\v 21 Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
\v 22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.
\s5
\c 4
\p
\v 1 DESPUÉS de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo: y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de ser después de éstas.
\v 2 Y luego yo fuí en Espíritu: y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.
\v 3 Y el que estaba sentado, era al parecer semejante á una piedra de jaspe y de sardio: y un arco celeste había alrededor del trono, semejante en el aspecto á la esmeralda.
\s5
\v 4 Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.
\v 5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios.
\s5
\v 6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.
\s5
\v 7 Y el primer animal era semejante á un león; y el segundo animal, semejante á un becerro; y el tercer animal tenía la cara como de hombre; y el cuarto animal, semejante á un águila volando.
\v 8 Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor, y de dentro estaban llenos de ojos; y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir.
\s5
\v 9 Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,
\v 10 Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:
\v 11 Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud: porque tú criaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron criadas.
\s5
\c 5
\p
\v 1 Y VI en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos.
\v 2 Y vi un fuerte ángel predicando en alta voz: ¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos?
\s5
\v 3 Y ninguno podía, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro, ni mirarlo.
\v 4 Y yo lloraba mucho, porque no había sido hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
\v 5 Y uno de los ancianos me dice: No llores: he aquí el león de la tribu de Judá, la raíz de David, que ha vencido para abrir el libro, y desatar sus siete sellos.
\s5
\v 6 Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra.
\v 7 Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.
\s5
\v 8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos:
\s5
\v 9 Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
\v 10 Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
\s5
\v 11 Y miré, y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones de millones,
\v 12 Que decían en alta voz: El Cordero que fué inmolado es digno de tomar el poder y riquezas y sabiduría, y fortaleza y honra y gloria y alabanza.
\s5
\v 13 Y oí á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás.
\v 14 Y los cuatro animales decían: Amén. Y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros, y adoraron al que vive para siempre jamás.
\s5
\c 6
\p
\v 1 Y MIRÉ cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí á uno de los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven y ve.
\v 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco: y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fué dada una corona, y salió victorioso, para que también venciese.
\s5
\v 3 Y cuando él abrió el segundo sello, oí al segundo animal, que decía: Ven y ve.
\v 4 Y salió otro caballo bermejo: y al que estaba sentado sobre él, fué dado poder de quitar la paz de la tierra, y que se maten unos á otros: y fuéle dada una grande espada.
\s5
\v 5 Y cuando él abrió el tercer sello, oí al tercer animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo negro: y el que estaba sentado encima de él, tenía un peso en su mano.
\v 6 Y oí una voz en medio de los cuatro animales, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario: y no hagas daño al vino ni al aceite.
\s5
\v 7 Y cuando él abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto animal, que decía: Ven y ve.
\v 8 Y miré, y he aquí un caballo amarillo: y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía: y le fué dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.
\s5
\v 9 Y cuando él abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían.
\v 10 Y clamaban en alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?
\v 11 Y les fueron dadas sendas ropas blancas, y fuéles dicho que reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
\s5
\v 12 Y miré cuando él abrió el sexto sello, y he aquí fué hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre;
\v 13 Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento.
\v 14 Y el cielo se apartó como un libro que es envuelto; y todo monte y las islas fueron movidas de sus lugares.
\s5
\v 15 Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;
\v 16 Y decían á los montes y á las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero:
\v 17 Porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?
\s5
\c 7
\p
\v 1 Y DESPUÉS de estas cosas vi cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre la mar, ni sobre ningún árbol.
\v 2 Y vi otro ángel que subía del nacimiento del sol, teniendo el sello del Dios vivo: y clamó con gran voz á los cuatro ángeles, á los cuales era dado hacer daño á la tierra y á la mar,
\v 3 Diciendo: No hagáis daño á la tierra, ni al mar, ni á los árboles, hasta que señalemos á los siervos de nuestro Dios en sus frentes.
\s5
\v 4 Y oí el número de los señalados: ciento cuarenta y cuatro mil señalados de todas las tribus de los hijos de Israel.
\v 5 De la tribu de Judá, doce mil señalados. De la tribu de Rubén, doce mil señalados. De la tribu de Gad, doce mil señalados.
\v 6 De la tribu de Aser, doce mil señalados. De la tribu de Neftalí, doce mil señalados. De la tribu de Manasés, doce mil señalados.
\s5
\v 7 De la tribu de Simeón, doce mil señalados. De la tribu de Leví, doce mil señalados. De la tribu de Issachâr, doce mil señalados.
\v 8 De la tribu de Zabulón, doce mil señalados. De la tribu de José, doce mil señalados. De la tribu de Benjamín, doce mil señalados.
\s5
\v 9 Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos;
\v 10 Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación á nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero.
\s5
\v 11 Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos y los cuatro animales; y postráronse sobre sus rostros delante del trono, y adoraron á Dios,
\v 12 Diciendo: Amén: La bendición y la gloria y la sabiduría, y la acción de gracias y la honra y la potencia y la fortaleza, sean á nuestro Dios para siempre jamás. Amén.
\s5
\v 13 Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido?
\v 14 Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.
\s5
\v 15 Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.
\v 16 No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor.
\v 17 Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.
\s5
\c 8
\p
\v 1 Y CUANDO él abrió el séptimo sello, fué hecho silencio en el cielo casi por media hora.
\v 2 Y vi los siete ángeles que estaban delante de Dios; y les fueron dadas siete trompetas.
\s5
\v 3 Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fué dado mucho incienso para que lo añadiese á las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
\v 4 Y el humo del incienso subió de la mano del ángel delante de Dios, con las oraciones de los santos.
\v 5 Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y echólo en la tierra; y fueron hechos truenos y voces y relámpagos y terremotos.
\s5
\v 6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas, se aparejaron para tocar.
\v 7 Y el primer ángel tocó la trompeta, y fué hecho granizo y fuego, mezclado con sangre, y fueron arrojados á la tierra; y la tercera parte de los árboles fué quemada, y quemóse toda la hierba verde.
\s5
\v 8 Y el segundo ángel tocó la trompeta, y como un grande monte ardiendo con fuego fué lanzado en la mar; y la tercera parte de la mar se tornó en sangre.
\v 9 Y murió la tercera parte de las criaturas que estaban en la mar, las cuales tenían vida; y la tercera parte de los navíos pereció.
\s5
\v 10 Y el tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una grande estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó en la tercera parte de los ríos, y en las fuentes de las aguas.
\v 11 Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas fué vuelta en ajenjo: y muchos hombres murieron por las aguas, porque fueron hechas amargas.
\s5
\v 12 Y el cuarto ángel tocó la trompeta, y fué herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas; de tal manera que se oscureció la tercera parte de ellos, y no alumbraba la tercera parte del día, y lo mismo de la noche.
\s5
\v 13 Y miré, y oí un ángel volar por medio del cielo, diciendo en alta voz: ¡Ay! ¡ay! ¡ay! de los que moran en la tierra, por razón de las otras voces de trompeta de los tres ángeles que han de tocar!
\s5
\c 9
\p
\v 1 Y EL quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo en la tierra; y le fué dada la llave del pozo del abismo.
\v 2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y oscurecióse el sol y el aire por el humo del pozo.
\s5
\v 3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y fuéles dada potestad, como tienen potestad los escorpiones de la tierra.
\v 4 Y les fué mandado que no hiciesen daño á la hierba de la tierra, ni á ninguna cosa verde, ni á ningún árbol, sino solamente á los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes.
\s5
\v 5 Y les fué dado que no los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión, cuando hiere al hombre.
\v 6 Y en aquellos días buscarán los hombres la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, y la muerte huirá de ellos.
\s5
\v 7 Y el parecer de las langostas era semejante á caballos aparejados para la guerra: y sobre sus cabezas tenían como coronas semejantes al oro; y sus caras como caras de hombres.
\v 8 Y tenían cabellos como cabellos de mujeres: y sus dientes eran como dientes de leones.
\v 9 Y tenían corazas como corazas de hierro; y el estruendo de sus alas, como el ruido de carros que con muchos caballos corren á la batalla.
\s5
\v 10 Y tenían colas semejantes á las de los escorpiones, y tenían en sus colas aguijones; y su poder era de hacer daño á los hombres cinco meses.
\v 11 Y tienen sobre sí por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebraico es Abaddon, y en griego, Apollyon.
\v 12 El primer ¡Ay! es pasado: he aquí, vienen aún dos ayes después de estas cosas.
\s5
\v 13 Y el sexto ángel tocó la trompeta; y oí una voz de los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios,
\v 14 Diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata los cuatro ángeles que están atados en el gran río Eufrates.
\v 15 Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban aparejados para la hora y día y mes y año, para matar la tercera parte de los hombres.
\s5
\v 16 Y el número del ejército de los de á caballo era doscientos millones. Y oí el número de ellos.
\v 17 Y así vi los caballos en visión, y los que sobre ellos estaban sentados, los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de la boca de ellos salía fuego y humo y azufre.
\s5
\v 18 De estas tres plagas fué muerta la tercera parte de los hombres: del fuego, y del humo, y del azufre, que salían de la boca de ellos.
\v 19 Porque su poder está en su boca y en sus colas: porque sus colas eran semejantes á serpientes, y tenían cabezas, y con ellas dañan.
\s5
\v 20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, aun no se arrepintieron de las obras de sus manos, para que no adorasen á los demonios, y á las imágenes de oro, y de plata, y de metal, y de piedra, y de madera; las cuales no pueden ver, ni oir, ni andar:
\v 21 Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.
\s5
\c 10
\p
\v 1 Y VI otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
\v 2 Y tenía en su mano un librito abierto: y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
\s5
\v 3 Y clamó con grande voz, como cuando un león ruge: y cuando hubo clamado, siete truenos hablaron sus voces.
\v 4 Y cuando los siete truenos hubieron hablado sus voces, yo iba á escribir, y oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han hablado, y no las escribas.
\s5
\v 5 Y el ángel que vi estar sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
\v 6 Y juró por el que vive para siempre jamás, que ha criado el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no será más.
\v 7 Pero en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comenzare á tocar la trompeta, el misterio de Dios será consumado, como él lo anunció á sus siervos los profetas.
\s5
\v 8 Y la voz que oí del cielo hablaba otra vez conmigo, y decía: Ve, y toma el librito abierto de la mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra.
\v 9 Y fuí al ángel, diciéndole que me diese el librito, y él me dijo: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
\s5
\v 10 Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo devoré; y era dulce en mi boca como la miel; y cuando lo hube devorado, fué amargo mi vientre.
\v 11 Y él me dice: Necesario es que otra vez profetices á muchos pueblos y gentes y lenguas y reyes.
\s5
\c 11
\p
\v 1 Y ME fué dada una caña semejante á una vara, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y á los que adoran en él.
\v 2 Y echa fuera el patio que está fuera del templo, y no lo midas, porque es dado á los Gentiles; y hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.
\s5
\v 3 Y daré á mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos y sesenta días, vestidos de sacos.
\v 4 Estas son las dos olivas, y los dos candeleros que están delante del Dios de la tierra.
\v 5 Y si alguno les quisiere dañar, sale fuego de la boca de ellos, y devora á sus enemigos: y si alguno les quisiere hacer daño, es necesario que él sea así muerto.
\s5
\v 6 Estos tienen potestad de cerrar el cielo, que no llueva en los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.
\v 7 Y cuando ellos hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará.
\s5
\v 8 Y sus cuerpos serán echados en las plazas de la grande ciudad, que espiritualmente es llamada Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fué crucificado.
\v 9 Y los de los linajes, y de los pueblos, y de las lenguas, y de los Gentiles verán los cuerpos de ellos por tres días y medio, y no permitirán que sus cuerpos sean puestos en sepulcros.
\s5
\v 10 Y los moradores de la tierra se gozarán sobre ellos, y se alegrarán, y se enviarán dones los unos á los otros; porque estos dos profetas han atormentado á los que moran sobre la tierra.
\v 11 Y después de tres días y medio el espíritu de vida enviado de Dios, entró en ellos, y se alzaron sobre sus pies, y vino gran temor sobre los que los vieron.
\v 12 Y oyeron una grande voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron.
\s5
\v 13 Y en aquella hora fué hecho gran temblor de tierra, y la décima parte de la ciudad cayó, y fueron muertos en el temblor de tierra en número de siete mil hombres: y los demás fueron espantados, y dieron gloria al Dios del cielo.
\v 14 El segundo ¡Ay! es pasado: he aquí, el tercer ¡Ay! vendrá presto.
\s5
\v 15 Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y fueron hechas grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido á ser los reinos de nuestro Señor, y de su Cristo: y reinará para siempre jamás.
\s5
\v 16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus sillas, se postraron sobre sus rostros, y adoraron á Dios,
\v 17 Diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu grande potencia, y has reinado.
\s5
\v 18 Y se han airado las naciones, y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos, para que sean juzgados, y para que des el galardón á tus siervos los profetas, y á los santos, y á los que temen tu nombre, á los pequeñitos y á los grandes, y para que destruyas los que destruyen la tierra.
\s5
\v 19 Y el templo de Dios fué abierto en el cielo, y el arca de su testamento fué vista en su templo. Y fueron hechos relámpagos y voces y truenos y terremotos y grande granizo.
\s5
\c 12
\p
\v 1 Y UNA grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
\v 2 Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría tormento por parir.
\s5
\v 3 Y fué vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.
\v 4 Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para parir, á fin de devorar á su hijo cuando hubiese parido.
\s5
\v 5 Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fué arrebatado para Dios y á su trono.
\v 6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días.
\s5
\v 7 Y fué hecha una grande batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón; y lidiaba el dragón y sus ángeles,
\v 8 Y no prevalecieron, ni su lugar fué más hallado en el cielo.
\v 9 Y fué lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña á todo el mundo; fué arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
\s5
\v 10 Y oí una grande voz en el cielo que decía: Ahora ha venido la salvación, y la virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo; porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
\s5
\v 11 Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte.
\v 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido á vosotros, teniendo grande ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
\s5
\v 13 Y cuando vió el dragón que él había sido arrojado á la tierra, persiguió á la mujer que había parido al hijo varón.
\v 14 Y fueron dadas á la mujer dos alas de grande águila, para que de la presencia de la serpiente volase al desierto, á su lugar, donde es mantenida por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.
\s5
\v 15 Y la serpiente echó de su boca tras la mujer agua como un río, á fin de hacer que fuese arrebatada del río.
\v 16 Y la tierra ayudó á la mujer, y la tierra abrió su boca, y sorbió el río que había echado el dragón de su boca.
\v 17 Entonces el dragón fué airado contra la mujer; y se fué á hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo.
\s5
\c 13
\p
\v 1 Y YO me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos; y sobre sus cuernos diez diademas; y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia.
\v 2 Y la bestia que vi, era semejante á un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dió su poder, y su trono, y grande potestad.
\s5
\v 3 Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, y la llaga de su muerte fué curada: y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia.
\v 4 Y adoraron al dragón que había dado la potestad á la bestia, y adoraron á la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante á la bestia, y quién podrá lidiar con ella?
\s5
\v 5 Y le fué dada boca que hablaba grandes cosas y blasfemias: y le fué dada potencia de obrar cuarenta y dos meses.
\v 6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y á los que moran en el cielo.
\s5
\v 7 Y le fué dado hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También le fué dada potencia sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente.
\v 8 Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fué muerto desde el principio del mundo.
\s5
\v 9 Si alguno tiene oído, oiga.
\v 10 El que lleva en cautividad, va en cautividad: el que á cuchillo matare, es necesario que á cuchillo sea muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
\s5
\v 11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes á los de un cordero, mas hablaba como un dragón.
\v 12 Y ejerce todo el poder de la primera bestia en presencia de ella; y hace á la tierra y á los moradores de ella adorar la primera bestia, cuya llaga de muerte fué curada.
\s5
\v 13 Y hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo á la tierra delante de los hombres.
\v 14 Y engaña á los moradores de la tierra por las señales que le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando á los moradores de la tierra que hagan la imagen de la bestia que tiene la herida de cuchillo, y vivió.
\s5
\v 15 Y le fué dado que diese espíritu á la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable; y hará que cualesquiera que no adoraren la imagen de la bestia sean muertos.
\v 16 Y hacía que á todos, á los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusiese una marca en su mano derecha, ó en sus frentes:
\v 17 Y que ninguno pudiese comprar ó vender, sino el que tuviera la señal, ó el nombre de la bestia, ó el número de su nombre.
\s5
\v 18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia; porque es el número de hombre: y el número de ella, seiscientos sesenta y seis.
\s5
\c 14
\p
\v 1 Y MIRÉ, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes.
\v 2 Y oí una voz del cielo como ruido de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno: y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas:
\s5
\v 3 Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra.
\v 4 Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero.
\v 5 Y en sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.
\s5
\v 6 Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo á los que moran en la tierra, y á toda nación y tribu y lengua y pueblo,
\v 7 Diciendo en alta voz: Temed á Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida; y adorad á aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.
\s5
\v 8 Y otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, aquella grande ciudad, porque ella ha dado á beber á todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
\s5
\v 9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora á la bestia y á su imagen, y toma la señal en su frente, ó en su mano,
\v 10 Este también beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero:
\s5
\v 11 Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran á la bestia y á su imagen, no tienen reposo día ni noche, ni cualquiera que tomare la señal de su nombre.
\v 12 Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.
\s5
\v 13 Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos que de aquí adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos; porque sus obras con ellos siguen.
\s5
\v 14 Y miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda.
\v 15 Y otro ángel salió del templo, clamando en alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está madura.
\v 16 Y el que estaba sentado sobre la nube echó su hoz sobre la tierra, y la tierra fué segada.
\s5
\v 17 Y salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.
\v 18 Y otro ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra; porque están maduras sus uvas.
\s5
\v 19 Y el ángel echó su hoz aguda en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó la uva en el grande lagar de la ira de Dios.
\v 20 Y el lagar fué hollado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos por mil y seiscientos estadios.
\s5
\c 15
\p
\v 1 Y VI otra señal en el cielo, grande y admirable, que era siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas es consumada la ira de Dios.
\s5
\v 2 Y vi así como un mar de vidrio mezclado con fuego; y los que habían alcanzado la victoria de la bestia, y de su imagen, y de su señal, y del número de su nombre, estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios.
\s5
\v 3 Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
\v 4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y engrandecerá tu nombre? porque tú sólo eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán, y adorarán delante de ti, porque tus juicios son manifestados.
\s5
\v 5 Y después de estas cosas miré, y he aquí el templo del tabernáculo del testimonio fué abierto en el cielo;
\v 6 Y salieron del templo siete ángeles, que tenían siete plagas, vestidos de un lino limpio y blanco, y ceñidos alrededor de los pechos con bandas de oro.
\s5
\v 7 Y uno de los cuatro animales dió á los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive para siempre jamás.
\v 8 Y fué el templo lleno de humo por la majestad de Dios, y por su potencia; y ninguno podía entrar en el templo, hasta que fuesen consumadas las siete plagas de los siete ángeles.
\s5
\c 16
\p
\v 1 Y OÍ una gran voz del templo, que decía á los siete ángeles: Id, y derramad las siete copas de la ira de Dios sobre la tierra.
\s5
\v 2 Y fué el primero, y derramó su copa sobre la tierra; y vino una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la señal de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen.
\s5
\v 3 Y el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y se convirtió en sangre como de un muerto; y toda alma viviente fué muerta en el mar.
\s5
\v 4 Y el tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.
\v 5 Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas:
\v 6 Porque ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado á beber sangre; pues lo merecen.
\v 7 Y oí á otro del altar, que decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.
\s5
\v 8 Y el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol; y le fué dado quemar á los hombres con fuego.
\v 9 Y los hombres se quemaron con el grande calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
\s5
\v 10 Y el quinto ángel derramó su copa sobre la silla de la bestia; y su reino se hizo tenebroso, y se mordían sus lenguas de dolor;
\v 11 Y blasfemaron del Dios del cielo por sus dolores, y por sus plagas, y no se arrepintieron de sus obras.
\s5
\v 12 Y el sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de él se secó, para que fuese preparado el camino de los reyes del Oriente.
\v 13 Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos á manera de ranas:
\v 14 Porque son espíritus de demonios, que hacen señales, para ir á los reyes de la tierra y de todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
\s5
\v 15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
\v 16 Y los congregó en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
\s5
\v 17 Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una grande voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho es.
\v 18 Entonces fueron hechos relámpagos y voces y truenos; y hubo un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no fué jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.
\v 19 Y la ciudad grande fué partida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira.
\s5
\v 20 Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.
\v 21 Y cayó del cielo sobre los hombres un grande granizo como del peso de un talento: y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fué muy grande.
\s5
\c 17
\p
\v 1 Y VINO uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te mostraré la condenación de la grande ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas:
\v 2 Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.
\s5
\v 3 Y me llevó en Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia bermeja llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos.
\v 4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, y dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas, teniendo un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones, y de la suciedad de su fornicación;
\v 5 Y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS FORNICACIONES Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
\s5
\v 6 Y vi la mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús: y cuando la vi, quedé maravillado de grande admiración.
\v 7 Y el ángel me dijo: ¿Por qué te maravillas? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos.
\s5
\v 8 La bestia que has visto, fué, y no es; y ha de subir del abismo, y ha de ir á perdición: y los moradores de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se maravillarán viendo la bestia que era y no es, aunque es.
\s5
\v 9 Y aquí hay mente que tiene sabiduría. Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se asienta la mujer.
\v 10 Y son siete reyes. Los cinco son caídos; el uno es, el otro aun no es venido; y cuando viniere, es necesario que dure breve tiempo.
\s5
\v 11 Y la bestia que era, y no es, es también el octavo, y es de los siete, y va á perdición.
\s5
\v 12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aun no han recibido reino; mas tomarán potencia por una hora como reyes con la bestia.
\v 13 Estos tienen un consejo, y darán su potencia y autoridad á la bestia.
\v 14 Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es el Señor de los señores, y el Rey de los reyes: y los que están con él son llamados, y elegidos, y fieles.
\s5
\v 15 Y él me dice: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas.
\s5
\v 16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán á la ramera, y la harán desolada y desnuda: y comerán sus carnes, y la quemarán con fuego:
\v 17 Porque Dios ha puesto en sus corazones ejecutar lo que le plugo, y el ponerse de acuerdo, y dar su reino á la bestia, hasta que sean cumplidas las palabras de Dios.
\s5
\v 18 Y la mujer que has visto, es la grande ciudad que tiene reino sobre los reyes de la tierra.
\s5
\c 18
\p
\v 1 Y DESPUÉS de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia; y la tierra fué alumbrada de su gloria.
\v 2 Y clamó con fortaleza en alta voz, diciendo: Caída es, caída es la grande Babilonia, y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de todas aves sucias y aborrecibles.
\v 3 Porque todas las gentes han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.
\s5
\v 4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas;
\v 5 Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.
\v 6 Tornadle á dar como ella os ha dado, y pagadle al doble según sus obras; en el cáliz que ella os dió á beber, dadle á beber doblado.
\s5
\v 7 Cuanto ella se ha glorificado, y ha estado en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada reina, y no soy viuda, y no veré llanto.
\v 8 Por lo cual en un día vendrán sus plagas, muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios es fuerte, que la juzgará.
\s5
\v 9 Y llorarán y se lamentarán sobre ella los reyes de la tierra, los cuales han fornicado con ella y han vivido en deleites, cuando ellos vieren el humo de su incendio,
\v 10 Estando lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad de Babilonia, aquella fuerte ciudad; porque en una hora vino tu juicio!
\s5
\v 11 Y los mercaderes de la tierra lloran y se lamentan sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías:
\v 12 Mercadería de oro, y de plata, y de piedras preciosas, y de margaritas, y de lino fino, y de escarlata, y de seda, y de grana, y de toda madera olorosa, y de todo vaso de marfil, y de todo vaso de madera preciosa, y de cobre, y de hierro, y de mármol;
\v 13 Y canela, y olores, y ungüentos, y de incienso, y de vino, y de aceite; y flor de harina y trigo, y de bestias, y de ovejas; y de caballos, y de carros, y de siervos, y de almas de hombres.
\s5
\v 14 Y los frutos del deseo de tu alma se apartaron de ti; y todas las cosas gruesas y excelentes te han faltado, y nunca más las hallarás.
\s5
\v 15 Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido, se pondrán lejos de ella por el temor de su tormento, llorando y lamentando,
\v 16 Y diciendo: ¡Ay, ay, aquella gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, y de escarlata, y de grana, y estaba dorada con oro, y adornada de piedras preciosas y de perlas!
\v 17 Porque en una hora han sido desoladas tantas riquezas. Y todo patrón, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se estuvieron lejos;
\s5
\v 18 Y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante á esta gran ciudad?
\v 19 Y echaron polvo sobre sus cabezas; y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad, en la cual todos los que tenían navíos en la mar se habían enriquecido de sus riquezas; que en una hora ha sido desolada!
\v 20 Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles, y profetas; porque Dios ha vengado vuestra causa en ella.
\s5
\v 21 Y un ángel fuerte tomó una piedra como una grande piedra de molino, y la echó en la mar, diciendo: Con tanto ímpetu será derribada Babilonia, aquella grande ciudad, y nunca jamás será hallada.
\v 22 Y voz de tañedores de arpas, y de músicos, y de tañedores de flautas y de trompetas, no será más oída en ti; y todo artífice de cualquier oficio, no será más hallado en ti; y el sonido de muela no será más en ti oído:
\s5
\v 23 Y luz de antorcha no alumbrará más en ti; y voz de esposo ni de esposa no será más en ti oída; porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra; porque en tus hechicerías todas las gentes han errado.
\v 24 Y en ella fué hallada la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.
\s5
\c 19
\p
\v 1 DESPUÉS de estas cosas oí una gran voz de gran compañía en el cielo, que decía: Aleluya: Salvación y honra y gloria y potencia al Señor Dios nuestro.
\v 2 Porque sus juicios son verdaderos y justos; porque él ha juzgado á la grande ramera, que ha corrompido la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.
\s5
\v 3 Y otra vez dijeron: Aleluya. Y su humo subió para siempre jamás.
\v 4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales se postraron en tierra, y adoraron á Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya.
\s5
\v 5 Y salió una voz del trono, que decía: Load á nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.
\s5
\v 6 Y oí como la voz de una grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya: porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso.
\s5
\v 7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado.
\v 8 Y le fué dado que se vista de lino fino, limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos.
\s5
\v 9 Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados á la cena del Cordero. Y me dijo: Estas palabras de Dios son verdaderas.
\v 10 Y yo me eché á sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira que no lo hagas: yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús: adora á Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
\s5
\v 11 Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual con justicia juzga y pelea.
\v 12 Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno entendía sino él mismo.
\v 13 Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.
\s5
\v 14 Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.
\v 15 Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes: y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.
\v 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
\s5
\v 17 Y vi un ángel que estaba en el sol, y clamó con gran voz, diciendo á todas las aves que volaban por medio del cielo: Venid, y congregaos á la cena del gran Dios,
\v 18 Para que comáis carnes de reyes, y de capitanes, y carnes de fuertes, y carnes de caballos, y de los que están sentados sobre ellos; y carnes de todos, libres y siervos, de pequeños y de grandes.
\s5
\v 19 Y vi la bestia, y los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer guerra contra el que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército.
\v 20 Y la bestia fué presa, y con ella el falso profeta que había hecho las señales delante de ella, con las cuales había engañado á los que tomaron la señal de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego ardiendo en azufre.
\s5
\v 21 Y los otros fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo, y todas las aves fueron hartas de las carnes de ellos.
\s5
\c 20
\p
\v 1 Y VI un ángel descender del cielo, que tenía la llave del abismo, y una grande cadena en su mano.
\v 2 Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años;
\v 3 Y arrojólo al abismo, y le encerró, y selló sobre él, porque no engañe más á las naciones, hasta que mil años sean cumplidos: y después de esto es necesario que sea desatado un poco de tiempo.
\s5
\v 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fué dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni á su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
\s5
\v 5 Mas los otros muertos no tornaron á vivir hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección.
\v 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección: la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
\s5
\v 7 Y cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su prisión,
\v 8 Y saldrá para engañar las naciones que están sobre los cuatro ángulos de la tierra, á Gog y á Magog, á fin de congregarlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.
\s5
\v 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y circundaron el campo de los santos, y la ciudad amada: y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró.
\v 10 Y el diablo que los engañaba, fué lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.
\s5
\v 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fué hallado el lugar de ellos.
\v 12 Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fué abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
\s5
\v 13 Y el mar dió los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fué hecho juicio de cada uno según sus obras.
\v 14 Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
\v 15 Y el que no fué hallado escrito en el libro de la vida, fué lanzado en el lago de fuego.
\s5
\c 21
\p
\v 1 Y VI un cielo nuevo, y una tierra nueva: porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es.
\v 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalem nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
\s5
\v 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos.
\v 4 Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas.
\s5
\v 5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
\v 6 Y díjome: Hecho es. Yo soy Alpha y Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente.
\s5
\v 7 El que venciere, poseerá todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
\v 8 Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
\s5
\v 9 Y vino á mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la esposa, mujer del Cordero.
\v 10 Y llevóme en Espíritu á un grande y alto monte, y me mostró la grande ciudad santa de Jerusalem, que descendía del cielo de Dios,
\s5
\v 11 Teniendo la claridad de Dios: y su luz era semejante á una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal.
\v 12 Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.
\v 13 Al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al mediodía tres puertas; al poniente tres puertas.
\s5
\v 14 Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
\v 15 Y el que hablaba conmigo, tenía una medida de una caña de oro para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.
\s5
\v 16 Y la ciudad está situada y puesta en cuadro, y su largura es tanta como su anchura: y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios: la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.
\v 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es del ángel.
\s5
\v 18 Y el material de su muro era de jaspe: mas la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio.
\v 19 Y los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, calcedonia; el cuarto, esmeralda;
\v 20 El quinto, sardónica; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el nono, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
\s5
\v 21 Y las doce puertas eran doce perlas, en cada una, una; cada puerta era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio trasparente.
\v 22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
\s5
\v 23 Y la ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella: porque la claridad de Dios la iluminó, y el Cordero era su lumbrera.
\v 24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán en la lumbre de ella: y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor á ella.
\v 25 Y sus puertas nunca serán cerradas de día, porque allí no habrá noche.
\s5
\v 26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones á ella.
\v 27 No entrará en ella ninguna cosa sucia, ó que hace abominación y mentira; sino solamente los que están escritos en el libro de la vida del Cordero.
\s5
\c 22
\p
\v 1 DESPUÉS me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
\v 2 En el medio de la plaza de ella, y de la una y de la otra parte del río, estaba el árbol de la vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto: y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
\s5
\v 3 Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.
\v 4 Y verán su cara; y su nombre estará en sus frentes.
\v 5 Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lumbre de antorcha, ni de lumbre de sol: porque el Señor Dios los alumbrará: y reinarán para siempre jamás.
\s5
\v 6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor Dios de los santos profetas ha enviado su ángel, para mostrar á sus siervos las cosas que es necesario que sean hechas presto.
\v 7 Y he aquí, vengo presto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
\s5
\v 8 Yo Juan soy el que ha oído y visto estas cosas. Y después que hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
\v 9 Y él me dijo: Mira que no lo hagas: porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de este libro. Adora á Dios.
\s5
\v 10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro; porque el tiempo está cerca.
\v 11 El que es injusto, sea injusto todavía: y el que es sucio, ensúciese todavía: y el que es justo, sea todavía justificado: y el santo sea santificado todavía.
\s5
\v 12 Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar á cada uno según fuere su obra.
\v 13 Yo soy Alpha y Omega, principio y fin, el primero y el postrero.
\s5
\v 14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.
\v 15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira.
\s5
\v 16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana.
\s5
\v 17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga: y el que quiere, tome del agua de la vida de balde.
\s5
\v 18 Porque yo protesto á cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere á estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
\v 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.
\s5
\v 20 El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente, vengo en breve. Amén, sea así. Ven, Señor Jesús.
\v 21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

View File

@ -3,23 +3,23 @@ dublin_core:
contributor: contributor:
- 'Reina y Valera' - 'Reina y Valera'
creator: 'Reina y Valera' creator: 'Reina y Valera'
description: "A public domain Bible in Gallego, primary source language for translation projects in Spain" description: "A public domain Bible in Galician language, possible source language for translation projects in Spain"
format: 'text/usfm' format: 'text/usfm'
identifier: 'ulb' identifier: 'sparv'
issued: '2021-12-31' issued: '2022-01-03'
language: language:
direction: 'ltr'
identifier: 'gl' identifier: 'gl'
title: 'Galician (Gallego)' title: 'Galician (Gallego)'
modified: '2021-12-31' direction: 'ltr'
modified: '2022-01-03'
publisher: 'Wycliffe Associates' publisher: 'Wycliffe Associates'
relation: [] relation: []
rights: 'Public Domain' rights: 'Public Domain'
source: source:
- -
identifier: 'sparv' identifier: 'unk'
language: 'gl' language: 'unknown'
version: '1909' version: '1'
subject: 'Bible' subject: 'Bible'
title: 'Santa Biblia — Reina Valera 1909' title: 'Santa Biblia — Reina Valera 1909'
type: 'bundle' type: 'bundle'
@ -57,3 +57,164 @@ projects:
sort: 43 sort: 43
path: './44-JHN.usfm' path: './44-JHN.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ] categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Hechos'
versification: 'ufw'
identifier: 'act'
sort: 44
path: './45-ACT.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Romanos'
versification: 'ufw'
identifier: 'rom'
sort: 45
path: './46-ROM.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '1 Corintios'
versification: 'ufw'
identifier: '1co'
sort: 46
path: './47-1CO.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '2 Corintios'
versification: 'ufw'
identifier: '2co'
sort: 47
path: './48-2CO.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Gálatas'
versification: 'ufw'
identifier: 'gal'
sort: 48
path: './49-GAL.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Efesios'
versification: 'ufw'
identifier: 'eph'
sort: 49
path: './50-EPH.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Filipenses'
versification: 'ufw'
identifier: 'php'
sort: 50
path: './51-PHP.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Colosenses'
versification: 'ufw'
identifier: 'col'
sort: 51
path: './52-COL.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '1 Tesalonicenses'
versification: 'ufw'
identifier: '1th'
sort: 52
path: './53-1TH.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '2 Tesalonicenses'
versification: 'ufw'
identifier: '2th'
sort: 53
path: './54-2TH.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '1 Timoteo'
versification: 'ufw'
identifier: '1ti'
sort: 54
path: './55-1TI.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '2 Timoteo'
versification: 'ufw'
identifier: '2ti'
sort: 55
path: './56-2TI.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Tito'
versification: 'ufw'
identifier: 'tit'
sort: 56
path: './57-TIT.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Filemón'
versification: 'ufw'
identifier: 'phm'
sort: 57
path: './58-PHM.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Hebreos'
versification: 'ufw'
identifier: 'heb'
sort: 58
path: './59-HEB.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Santiago'
versification: 'ufw'
identifier: 'jas'
sort: 59
path: './60-JAS.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '1 Pedro'
versification: 'ufw'
identifier: '1pe'
sort: 60
path: './61-1PE.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '2 Pedro'
versification: 'ufw'
identifier: '2pe'
sort: 61
path: './62-2PE.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '1 Juan'
versification: 'ufw'
identifier: '1jn'
sort: 62
path: './63-1JN.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '2 Juan'
versification: 'ufw'
identifier: '2jn'
sort: 63
path: './64-2JN.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: '3 Juan'
versification: 'ufw'
identifier: '3jn'
sort: 64
path: './65-3JN.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Judas'
versification: 'ufw'
identifier: 'jud'
sort: 65
path: './66-JUD.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]
-
title: 'Apocalipsis'
versification: 'ufw'
identifier: 'rev'
sort: 66
path: './67-REV.usfm'
categories: [ 'bible-nt' ]