Cuando sufrimos porque estamos unidos a Cristo, nosotros también nos regocijamos porque sabemos que cuando estamos sufriendo, estamos aprendiendo a soportar las cosas pacientemente. Y sabemos que cuando soportamos el sufrimiento pacientemente, Dios nos aprueba. Y cuando sabemos que Dios nos aprueba, nosotros confiadamente esperamos que Él hará cosas grandes para nosotros. Y nosotros estamos muy confiados que recibiremos las cosas que esperamos, porque Dios nos ama mucho. Su Espíritu Santo, que Él nos dió, nos causa entender cuánto Dios nos ama.