Mientras bajaban del Monte de los Olivos todos los discípulos de Jesús comenzaron a alegrarse y alabar a Dios en voz alta por todos los milagros que habían visto a Jesús hacer. Decían cosas tales como, "¡Dios bendiga a nuestro rey que viene con la autoridad de Dios!" "¡Que haya paz entre Dios en los cielos y nosotros Su gente!" "¡Que todos alaben a Dios!"