Pero después mientras yo estaba en la ciudad de Antioquía, después de Pedro llegar allí, lo miré a los ojos y le dije que lo que hacía estaba mal. Esto fue lo que pasó. Pedro fue a Antioquía y comenzó a comer regularmente con creyentes no Judíos que se encontraban allí. Más tarde habían ciertos creyentes Judíos que vinieron a Antioquía diciendo que Santiago, el líder de los creyentes en Jerusalén, los había enviado. Y cuando esos hombres llegaron Pedro paró de comer con los creyentes no Judíos y no se asoció con ellos. Tenía miedo de que los creyentes judíos de Jerusalén lo criticaran por asociarse con no Judíos.